03 oct 2011

La conjura de los necios

Sobre el horrendo carácter de la televisión chilena nadie discute, a pesar de que los demás medios de comunicación se rindieron a su poder y reproducen cuanto pasa en ella.

Ninguna persona defiende la farándula, eje primordial de atención en nuestras cajas idiotas.

Con respecto a los noticieros, una voz tan ecuánime como Jimena Villegas expresó que “sus detractores suelen sostener que la calidad está tan mala que ya no tienen vuelta”, por su “sensacionalismo y falta de pluralidad”.

Las teleseries son harina de otro costal. Cada nueva producción merece colosales avisos publicitarios y gigantografías que cubren edificios, estaciones de metro, paraderos, supermercados, calles, páginas de los diarios, etc.

Es imposible salir indemne de tal avalancha, salvo que el espectador pertenezca al minoritario segmento que paga el cable.

En esencia, las teleseries chilenas son todas iguales y prescindibles, todas malas o pésimas, sean cuales sean las historias que desarrollan.

Indudablemente, el nivel técnico ha avanzado y la inversión es mayor, aun cuando la estética, las intrigas, los rostros y otros aspectos no han variado un ápice.

En ocasiones, los primeros capítulos están logrados, si bien 4, 5, 6 meses después las situaciones se repiten, los diálogos se eternizan, las expresiones bobaliconas de los personajes se congelan y tenemos sorpresas predecibles, miradas vengativas, portazos, revelaciones absurdas y una infinita serie de obviedades que convierten a los radioteatros de las décadas del 40 y 50 en joyas artísticas al compararlos con los burdos episodios de la pantalla chica.

Al final de estos melodramas, se mencionan récords de audiencia, se multiplican los titulares o surgen cientos de opiniones y enseguida pasan al olvido total.

Los guiones se encargan a autores locales –a veces autores de valor que dejan la creación literaria por los estratosféricos sueldos televisivos- quienes presentan un esquema, el cual luego es alargado, cortado, alterado, dependiendo del rating.

O sea, no hay y es imposible que haya un esfuerzo artístico serio si ni siquiera existe la seguridad de que las aventuras propuestas van a ser filmadas o descartadas según el capricho del público y sobre todo de los auspiciadores.

Así, el producto final es un híbrido de clichés, incoherencias, artificialidad, jerga vernácula, en suma, algo completamente ilegible si es que se imprimieran tales libretos.

Los productores, directores, actores y el resto del equipo son siempre los mismos, con esporádicas y divulgadas irrupciones de caras frescas.

Hay, claro, personas talentosas, aunque son una minoría ínfima.

La novelista Ngaio Marsh, fundadora del teatro neozelandés, dijo que las estrellas de cine eran una calamidad, pues nadie las podía oír desde la primera fila de un teatro.

Con nuestros héroes de teleseries sucede un fenómeno parecido, pero peor: en la pantalla son un cúmulo de tics, inexpresividad, gestos robóticos, incapacidad verbal, exageraciones faciales y otras deficiencias; si se presentan en un proscenio, el resultado es devastador: no se les escucha una palabra, no se les entiende nada, hablan en forma atroz, sin pronunciar, sin modular, carecen de presencia y atractivo, su actitud corporal es vacía, hasta el punto que cualquier integrante de un grupo amateur les da cancha, tiro y lado.

Y no es raro, porque la inmensa mayoría de ellos nunca ha estudiado o proviene de academias para modelos o futuros miembros del star system criollo.

Sin embargo, ganan millones, decenas de millones, centenas de millones.

Y si son rostros de multitiendas o empresas, sus ingresos son siderales.

¿Qué significa esto en un país donde el 60% de la población vive con el mismo ingreso per cápita que Angola?

De partida, es un escándalo, ya que mientras los estudiantes han remecido a la sociedad al revelar la iniquidad del sistema educacional, que los endeuda y endeuda a sus familias per sécula, vemos a diario a unos cuantos hombres y mujeres sin dotes, sin inteligencia, sin habilidades, que se embolsan astronómicas sumas de dinero por exhibir sus balbuceos.

Además, es una obscenidad que ilustra las monstruosas desigualdades del país. Así, la televisión y en concreto la industria de las teleseries, son otra prueba de que Chile, como lo escribió y cantó Violeta Parra, está en el centro de la injusticia.

Últimamente, los culebrones nativos han descubierto un tema tratado por el cine desde hace 50 años: las relaciones sexuales.

Nada hay de criticable en esas tomas, si es que la trama las necesita.

No obstante, obligar al televidente a soportar gemidos, jadeos, bramidos perpetrados por gente feúcha, envarada, caricaturesca plantea un dilema al gusto del consumidor.

Porque en lugar de los revolcones de Fulano o Zutana puede ser preferible ver una buena película, donde son menos frecuentes dichas imágenes o si uno quiere sexo de verdad, está la ilimitada oferta pornográfica de internet, donde sí hay gente que sabe hacer las cosas.

¿Es posible vislumbrar el futuro de esta fábrica masiva de imbecilidad que son las teleseries chilenas?

Cuando vivimos en un tiempo en que todo queda obsoleto de un momento a otro, hacer pronósticos es un ejercicio ocioso.

Aún así, seguramente continuaremos por unos lustros observando ese despilfarro insensato que se realiza en las “áreas dramáticas” de nuestros estudios de televisión.

Claro que llamar “áreas dramáticas” a las oficinas de los canales donde se originan estos engendros es otro menosprecio a la tradición cultural y específicamente a la literatura.

Es difícil, si no inviable, que una actividad tan lucrativa sufra mermas repentinas, incluso si estallan graves crisis económicas o severos conflictos sociales.

De cualquier forma, tarde o temprano las teleseries desaparecerán, tal como aconteció con los concursos radiales, las películas mudas o las superproducciones bíblicas.

Para entonces, no habrá una prensa uniforme que celebre cualquier culebrón.

Y el público se comenzará a preguntar cómo pudo existir la conjura de los necios que hizo factible esta apoteosis de vulgaridad.

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  • http://www.facebook.com/arturo.arriagadavignolo Arturo Arriagada Vignolo

    Hay mucha mediocridad en la televisión local. Los libretistas que allí trabajan en general no tienen creatividad y hacen un tratamiento tan grosero de los llamados temas “polémicos”, que al final el resultado es un producto irreal, afectado, con el cual nadie siente ni el menor nivel de identificación o simpatía. Ha habido, eso sí, un par de guiones de teleseries que, en mi opinión, escapan a la porquería general.

    Lo peor es que ciertos canales últimamente se han resignado a sus malos resultados artísticos y han comenzado a importar productos con objeto de entregar una versión chilenizada a su opaco y acrítico público. Tal es el caso de “Floribella”, donde Coca Guazzini le decía “negro” al pololo de su hija. Entiendo que en Argentina “negro” es una expresión despectiva para referirse a la gente pobre o marginal. “Flaite” o “roto” hubieran sido opciones más adecuadas para Coca en ese contexto. De esta manera, se sustituyó el clasismo argentino por el racismo chileno, lo que da cuenta de que incluso una copia de calidad merece un trabajo responsable y esmerado, ausente como todo lo demás en la pantalla nacional.

  • http://www.facebook.com/arturo.arriagadavignolo Arturo Arriagada Vignolo

    Hay mucha mediocridad en la televisión local. Los libretistas que allí trabajan en general no tienen creatividad y hacen un tratamiento tan grosero de los llamados temas “polémicos”, que al final el resultado es un producto irreal, afectado, con el cual nadie siente ni el menor nivel de identificación o simpatía. Ha habido, eso sí, un par de guiones de teleseries que, en mi opinión, escapan a la porquería general.

    Lo peor es que ciertos canales últimamente se han resignado a sus malos resultados artísticos y han comenzado a importar productos con objeto de entregar una versión chilenizada a su opaco y acrítico público. Tal es el caso de “Floribella”, donde Coca Guazzini le decía “negro” al pololo de su hija. Entiendo que en Argentina “negro” es una expresión despectiva para referirse a la gente pobre o marginal. “Flaite” o “roto” hubieran sido opciones más adecuadas para Coca en ese contexto. De esta manera, se sustituyó el clasismo argentino por el racismo chileno, lo que da cuenta de que incluso una copia de calidad merece un trabajo responsable y esmerado, ausente como todo lo demás en la pantalla nacional.

  • Maria Elena Pazos Mann

    Pero, peores son las TVSERIES venezolanas… Me inquieta más TODA la parrilla. Nada educa, nada enriquece. Los noticiarios no los veo, da miedo, prefiero escuchar radio. Programas culturales, casi nada. La excepción es “Una belleza nueva”, programa fantástico. Pero, ¡domingo a las 9 AM!

  • Maria Elena Pazos Mann

    Pero, peores son las TVSERIES venezolanas… Me inquieta más TODA la parrilla. Nada educa, nada enriquece. Los noticiarios no los veo, da miedo, prefiero escuchar radio. Programas culturales, casi nada. La excepción es “Una belleza nueva”, programa fantástico. Pero, ¡domingo a las 9 AM!

  • http://pulse.yahoo.com/_PSZEVZBAPLPEZC7S5QCTQLL7GE German

    Marx secribió: “la religión esel opio de los pueblos”… se equivocó en realidad son la teleseries y el futbol…

  • http://pulse.yahoo.com/_PSZEVZBAPLPEZC7S5QCTQLL7GE German

    Marx secribió: “la religión esel opio de los pueblos”… se equivocó en realidad son la teleseries y el futbol…

  • http://pulse.yahoo.com/_PSZEVZBAPLPEZC7S5QCTQLL7GE German

    Marx escribió:  “la religion es la droga de los pueblos”…. se equivocó;  la drogra de los puebkos son las telenovelas y el futbol.

  • http://pulse.yahoo.com/_PSZEVZBAPLPEZC7S5QCTQLL7GE German

    Marx escribió:  “la religion es la droga de los pueblos”…. se equivocó;  la drogra de los puebkos son las telenovelas y el futbol.

  • http://www.facebook.com/people/Javier-Correa-Muñoz/1272932180 Javier Correa Muñoz

    Me parece interesante la columna y comparto las ideas, pero le podemos dar otra mirada a la televisión chilena, específicamente en dos series que son un oasis en medio de la mediocridad: Los 80 y Los Archivos del Cardenal. Es un par de series de excelente calidad, cuidadas estéticamente y de buenos arcos narrativos. Además, de ser documentos históricos que sacan a la luz un par de verdades que los chilenos parece que tiramos bajo la alfombra. Creo que podemos tomarlas como un punto de partida para una mejor tele. Saludos, Camilo 

  • http://www.facebook.com/people/Javier-Correa-Muñoz/1272932180 Javier Correa Muñoz

    Me parece interesante la columna y comparto las ideas, pero le podemos dar otra mirada a la televisión chilena, específicamente en dos series que son un oasis en medio de la mediocridad: Los 80 y Los Archivos del Cardenal. Es un par de series de excelente calidad, cuidadas estéticamente y de buenos arcos narrativos. Además, de ser documentos históricos que sacan a la luz un par de verdades que los chilenos parece que tiramos bajo la alfombra. Creo que podemos tomarlas como un punto de partida para una mejor tele. Saludos, Camilo 

  • http://www.facebook.com/people/Guillermo-Barrientos-Ellenberg/100000569746577 Guillermo Barrientos Ellenberg

    Lo cierto es que Camilo dice cosas que pocos se atreven a decir dentro del establishment de los espacios de espectáculos que se nutren de farándula. Lo mas criticable es algo que él sostiene y es la increíble sucesión de rostros,el mismo equipo completo de actores y guionistas  que mas parecen clubes sociales de acceso restringido que conjuntos actorales nutridos de la diversidad para generar obras mas originales y en las cuales por repetidos, uno como espectador adivina sin márgen de error cual va a ser hasta la mueca facial ante tal o cual situación del repetido fulano o perengano.- Se entiende que es respetable que tal o cual actor muy relevante pueda tener contrato para repetirse – Señalo por ejemplo a la siempre notable Gloria Münchmeyer – pero de ahí a la ninguna renovación para diversificar elencos es como un chiste…Otra cosa..- El gancho sexual para pescar audiencia fácil es casi la revelación de la falta de buenas obras . Es cierto lo que dice Camilo por que si solo de eso se trata como elemento basal predominante , internet provee esa necesidad con pornografía especializada. Creo que han habido algunas buenas producciones – al márgen de la notable serie de Los 80 .-destaco entre ellas a “El Señor de la Querencia” como una buena teleserie pero es necesario mostrar renovación a todos los niveles. Material humano hay para hacer buenas cosas .- Los 12 capítulos de que consta “Los Archivos del Cardenal ” así lo revelan pero las series que repiten hasta el cansancio el mismo esquema de series semestrales con todos los mismos rostros termina cansando.

  • http://www.facebook.com/people/Guillermo-Barrientos-Ellenberg/100000569746577 Guillermo Barrientos Ellenberg

    Lo cierto es que Camilo dice cosas que pocos se atreven a decir dentro del establishment de los espacios de espectáculos que se nutren de farándula. Lo mas criticable es algo que él sostiene y es la increíble sucesión de rostros,el mismo equipo completo de actores y guionistas  que mas parecen clubes sociales de acceso restringido que conjuntos actorales nutridos de la diversidad para generar obras mas originales y en las cuales por repetidos, uno como espectador adivina sin márgen de error cual va a ser hasta la mueca facial ante tal o cual situación del repetido fulano o perengano.- Se entiende que es respetable que tal o cual actor muy relevante pueda tener contrato para repetirse – Señalo por ejemplo a la siempre notable Gloria Münchmeyer – pero de ahí a la ninguna renovación para diversificar elencos es como un chiste…Otra cosa..- El gancho sexual para pescar audiencia fácil es casi la revelación de la falta de buenas obras . Es cierto lo que dice Camilo por que si solo de eso se trata como elemento basal predominante , internet provee esa necesidad con pornografía especializada. Creo que han habido algunas buenas producciones – al márgen de la notable serie de Los 80 .-destaco entre ellas a “El Señor de la Querencia” como una buena teleserie pero es necesario mostrar renovación a todos los niveles. Material humano hay para hacer buenas cosas .- Los 12 capítulos de que consta “Los Archivos del Cardenal ” así lo revelan pero las series que repiten hasta el cansancio el mismo esquema de series semestrales con todos los mismos rostros termina cansando.

  • Jorge Gabriel Ruedlinger Vera

    Tratándose de televisión chilena, hay quienese sientan en el sofá para mirar el televisor. Por mi parte, encuentro mucho más entretenido y cultural sentarme en el televisor para mirar el sofá.

  • Jorge Gabriel Ruedlinger Vera

    Tratándose de televisión chilena, hay quienese sientan en el sofá para mirar el televisor. Por mi parte, encuentro mucho más entretenido y cultural sentarme en el televisor para mirar el sofá.

  • patricio chaparro navarrete

    Comparto gran parte de la sustancia de su columna don Camilo.
    De otro lado, la caja idiota a que usted se refiere tiene una gran ventaja: en alguna parte de ella -e incluso desde fuera de ella- existe un botón que si uno lo presiona, la caja y todos sus muchas veces estúpidos contenidos se va a negro y entonces se ve mejor que en colores.
    De otro lado, me permito recomendar la lectura del libro que al parecer inspiró el título de su columna, “La Conjura de los Necios”, del autor John Kennedy Toole, Editorial Anagrama S.A.,Barcelona, España, 1992 (aunque existen otras ediciones en castelano del original en inglés, “A Confederacy of Dundees”, 1980).
    Se trata de un gran libro, original, inteligente, poco conocido, que narra las aventuras y  desventuras de un personaje central inolvidable (Ignatius J. Reilly), lleno de situaciones absurdas y comiquísimas, escrito por un novelista extraordinario, lamentable y trágicamente fallecido.  Su lectura vale mil veces la pena que encender la TV y así dejarla en negro por varios días.
    Atentos saludos, PChN

  • luz lagarrigue

    Toda la Razón! Lo de las teleseries es un capítulo de esta conjura; espero que te inspires para escribir también de los noticieros.

  • luz lagarrigue

    Toda la Razón! Lo de las teleseries es un capítulo de esta conjura; espero que te inspires para escribir también de los noticieros.

  • http://www.facebook.com/people/Yorch-Chifla/100000721938052 Yorch Chifla

    Es mejor el opio que la tele, de todas maneras. (y que la religión y que la política y que el fútbol y que el periodismo y que el dolor)

  • Cecilia Palma

    Cuánta razón en lo que escribes, Camilo. Esta especie de esclavitud a la que se somete diariamente a la ciudadanía es, a mi parecer, un embobamiento colectivo muy adecuado para quienes les interesa mantener a la masa atontada. No sé si estoy hilando muy fino o es una falta de talento total no sólo de los actores y actrices sino de los ejecutivos del área de los canales. Historias tontas, siempre contadas desde una clase social alta, una fantasía para la gran mayoría de este país; y si intentan hacerlo desde otras clases, es una caricatura llevada al extremo. ¡Una total falta de respeto!
    Ni hablar de los noticiarios. Más de una hora al aire, pocos minutos de informaciones internacionales y nacionales, demasiado de delincuencia y luego, reportajes turísticos, rellenos innecesarios, y mucho, mucho, mucho fútbol. 
    Lo que dices de los sueldos millonarios es cierto. Imagino lo que sentirá el o la chilena promedio que saca la cresta trabajando día a día, mermando incluso su salud; el que se mató estudiando hasta altas horas de la noche para salir de la universidad o el instituto para ganar una miseria; el que realmente tiene talento para las tablas y no encuentra espacio donde demostrarlo y, peor aún, si no tiene curvas o atractivo físico. 

    Como bien dice mi hija: “Estamos jodidos”

  • Cecilia Palma

    Cuánta razón en lo que escribes, Camilo. Esta especie de esclavitud a la que se somete diariamente a la ciudadanía es, a mi parecer, un embobamiento colectivo muy adecuado para quienes les interesa mantener a la masa atontada. No sé si estoy hilando muy fino o es una falta de talento total no sólo de los actores y actrices sino de los ejecutivos del área de los canales. Historias tontas, siempre contadas desde una clase social alta, una fantasía para la gran mayoría de este país; y si intentan hacerlo desde otras clases, es una caricatura llevada al extremo. ¡Una total falta de respeto!
    Ni hablar de los noticiarios. Más de una hora al aire, pocos minutos de informaciones internacionales y nacionales, demasiado de delincuencia y luego, reportajes turísticos, rellenos innecesarios, y mucho, mucho, mucho fútbol. 
    Lo que dices de los sueldos millonarios es cierto. Imagino lo que sentirá el o la chilena promedio que saca la cresta trabajando día a día, mermando incluso su salud; el que se mató estudiando hasta altas horas de la noche para salir de la universidad o el instituto para ganar una miseria; el que realmente tiene talento para las tablas y no encuentra espacio donde demostrarlo y, peor aún, si no tiene curvas o atractivo físico. 

    Como bien dice mi hija: “Estamos jodidos”

  • http://www.facebook.com/people/Sebastián-Leon/1109374294 Sebastián Leon

    Conciso y al hueso como se dice vulgarmente, excelente crítica.

    • Anónimo

      Concuerdo absolutamente, porque no evalué el artículo antes, conciso, al hueso, sin nada de más ni nada de menos.

  • http://www.facebook.com/people/Sebastián-Leon/1109374294 Sebastián Leon

    Conciso y al hueso como se dice vulgarmente, excelente crítica.

    • lonkodel40

      Concuerdo absolutamente, porque no evalué el artículo antes, conciso, al hueso, sin nada de más ni nada de menos.

  • http://www.facebook.com/people/Isabel-Vergara-Navarrete/100000572570232 Isabel Vergara Navarrete

    100% DE ACUERDO.

  • http://www.facebook.com/people/Isabel-Vergara-Navarrete/100000572570232 Isabel Vergara Navarrete

    100% DE ACUERDO.

  • Cecilia Palma

    Se me pasó en el mensaje anterior señalar la vergüenza que me da el tema farandulero en nuestra televisión; lo bajo, ordinario, picante que es y no quiero dejar pasar tampoco la exacerbación sexual en todo, modelos, teleseries, publicidad…. pffttt ¡horrible! y lo que menciona Camilo; esos jadeos sin sentido de los actores y actrices…¡cueck!

  • Cecilia Palma

    Se me pasó en el mensaje anterior señalar la vergüenza que me da el tema farandulero en nuestra televisión; lo bajo, ordinario, picante que es y no quiero dejar pasar tampoco la exacerbación sexual en todo, modelos, teleseries, publicidad…. pffttt ¡horrible! y lo que menciona Camilo; esos jadeos sin sentido de los actores y actrices…¡cueck!

  • Anónimo

    ¿Es necesario decir que estoy totalmente de acuerdo con Cecilia Palma?

  • faruca450

    ¿Es necesario decir que estoy totalmente de acuerdo con Cecilia Palma?

  • Anónimo

    El artículo me parece algo unilateral y exagerado, porque no deja títere con cabeza, algo parecido a lo que Camilo Marks hace en sus críticas escritas o hizo en Hora 25. Sin embargo, suscribo, al igual que otros, el 100% de lo que se dice: la televisión chilena no tiene perdón de Dios, es una explosión de vulgaridad y las teleseries parecen hechas por subnormales, para subnormales, por fantoches que ganan fortunas por poner caras de buenitos o malitos o sensualitos o sensualitas, por gente que nos obliga a verlos en todas partes, aunque no sigamos las teleseries, por débiles  mentales que lucran mientras la inmensa mayoría de la gente pasa penurias. A mi me da lo mismo que la tv venezolana sea peor o que en la salvadoreña se vea un canal, porque con seguridad tienen mejores periodistas, noticieros y más vitalidad y polémica que aquí. Las teleseries chilenas son una vergüenza y no se salva ninguna, porque en Los archivos del Cardenal meten romances con la cara bovina de Vicuña o ponen al insufrible Melo, que se las da de galán irresistible, es siempre lamentable y tampoco encuentro que Los 80 sea una maravilla, aunque merezca el Noberl al lado de las demás. 

  • faruca450

    El artículo me parece algo unilateral y exagerado, porque no deja títere con cabeza, algo parecido a lo que Camilo Marks hace en sus críticas escritas o hizo en Hora 25. Sin embargo, suscribo, al igual que otros, el 100% de lo que se dice: la televisión chilena no tiene perdón de Dios, es una explosión de vulgaridad y las teleseries parecen hechas por subnormales, para subnormales, por fantoches que ganan fortunas por poner caras de buenitos o malitos o sensualitos o sensualitas, por gente que nos obliga a verlos en todas partes, aunque no sigamos las teleseries, por débiles  mentales que lucran mientras la inmensa mayoría de la gente pasa penurias. A mi me da lo mismo que la tv venezolana sea peor o que en la salvadoreña se vea un canal, porque con seguridad tienen mejores periodistas, noticieros y más vitalidad y polémica que aquí. Las teleseries chilenas son una vergüenza y no se salva ninguna, porque en Los archivos del Cardenal meten romances con la cara bovina de Vicuña o ponen al insufrible Melo, que se las da de galán irresistible, es siempre lamentable y tampoco encuentro que Los 80 sea una maravilla, aunque merezca el Noberl al lado de las demás. 

  • http://www.lmery.blogspot.com L Mery

    Mala anestesia es la televisión. Y  tienes razón, se cuela a los otros medios (aunque uno decida no iluminar la pantalla, la teleserie te aparece ahí, en la radio, en los diarios, como invitada de piedra). Mala anestesia, pero buen negocio, parece.
    “Anochece y en la bola de vidrio una cabeza da los buenos días”, eso decía Millán a propósito de la televisión. Me gusta la frase, sutil señal de alerta al sinsentido.
     

  • http://www.lmery.blogspot.com L Mery

    Mala anestesia es la televisión. Y  tienes razón, se cuela a los otros medios (aunque uno decida no iluminar la pantalla, la teleserie te aparece ahí, en la radio, en los diarios, como invitada de piedra). Mala anestesia, pero buen negocio, parece.
    “Anochece y en la bola de vidrio una cabeza da los buenos días”, eso decía Millán a propósito de la televisión. Me gusta la frase, sutil señal de alerta al sinsentido.
     

  • http://www.lmery.blogspot.com L Mery

    Mala anestesia es la televisión. Y  tienes razón, se cuela a los otros medios (aunque uno decida no iluminar la pantalla, la teleserie te aparece ahí, en la radio, en los diarios, como invitada de piedra). Mala anestesia, pero buen negocio, parece.
    “Anochece y en la bola de vidrio una cabeza da los buenos días”, eso decía Millán a propósito de la televisión. Me gusta la frase, sutil señal de alerta al sinsentido.
     

  • http://pulse.yahoo.com/_FRXZUK5BYVVCKWAGMP7FDVN2LE Reynaldo

    Lúcida y necesaria opinión, que ayuda a entender fenómenos de masa que están cada vez más alejados de verdadera cultura que nos humaniza y nos olaca de frente a la vida como protagonistas y no como simples espectadores de un circo cada vez más cacofónico.

  • http://pulse.yahoo.com/_FRXZUK5BYVVCKWAGMP7FDVN2LE Reynaldo

    Lúcida y necesaria opinión, que ayuda a entender fenómenos de masa que están cada vez más alejados de verdadera cultura que nos humaniza y nos olaca de frente a la vida como protagonistas y no como simples espectadores de un circo cada vez más cacofónico.

  • http://www.facebook.com/people/Luis-Cruz/1166881172 Luis Cruz

    Creo que es una opinión certera, sin embargo, los que ven teleseries hoy en día lo hacen porque no tienen, o no quieren, adentrarse en el fabuloso mundo del streaming, donde podemos ver desde Los Borgia hasta Breaking Bad sin tener que desembolsar un copec.

    Hay tanto contenido disponible en la red, documentales, series, películas y demases, que sufrir por la mala calidad de las teleseries chilenas es casi anacrónico. Lo que sí es una aberración total es la cantidad de dinero que ganan los canales y los actores, rostros como bien lo ilustra esta crítica.

    Pero eso responde a que finalmente quienes deciden los contenidos que se dan en la televisión son las empresas que auspician dichos espacios.

  • http://www.facebook.com/people/Luis-Cruz/1166881172 Luis Cruz

    Creo que es una opinión certera, sin embargo, los que ven teleseries hoy en día lo hacen porque no tienen, o no quieren, adentrarse en el fabuloso mundo del streaming, donde podemos ver desde Los Borgia hasta Breaking Bad sin tener que desembolsar un copec.

    Hay tanto contenido disponible en la red, documentales, series, películas y demases, que sufrir por la mala calidad de las teleseries chilenas es casi anacrónico. Lo que sí es una aberración total es la cantidad de dinero que ganan los canales y los actores, rostros como bien lo ilustra esta crítica.

    Pero eso responde a que finalmente quienes deciden los contenidos que se dan en la televisión son las empresas que auspician dichos espacios.

  • Anónimo

    Coincido en lo que puso Luis Cruz, pero tal como se dice en el artículo, son pocos los que pueden pagar el cable o tienen acceso al fabuloso mundo de las teleseries extranjeras que se pueden ver por internet. Y en el caso de TVN, la situación es mucho más grave, porque se trata de una empresa estatal sostenida con los bolisllos de todos nosotros. Y además, como también se dice implícitamente aquí, es imposible no enterarnos de la existencia de las teleseries chilenas si todos los espacios públicos están invadidos por la grosera publicidad que se les hace. Entonces, quiéralo uno o no, todos los días y a toda hora del día hay que encontrarse con las mismas caras de los mismos actores, quienes no deben tener toda la culpa, aunque acepten el jueguito, ya que sus jugosos contratos les obligan a salir en todas partes en poses seudo atrevidas, seudo eróticas, seudo cómicas, seudo intensas, seudo hipnóticas, seudo todo.

  • faruca450

    Coincido en lo que puso Luis Cruz, pero tal como se dice en el artículo, son pocos los que pueden pagar el cable o tienen acceso al fabuloso mundo de las teleseries extranjeras que se pueden ver por internet. Y en el caso de TVN, la situación es mucho más grave, porque se trata de una empresa estatal sostenida con los bolisllos de todos nosotros. Y además, como también se dice implícitamente aquí, es imposible no enterarnos de la existencia de las teleseries chilenas si todos los espacios públicos están invadidos por la grosera publicidad que se les hace. Entonces, quiéralo uno o no, todos los días y a toda hora del día hay que encontrarse con las mismas caras de los mismos actores, quienes no deben tener toda la culpa, aunque acepten el jueguito, ya que sus jugosos contratos les obligan a salir en todas partes en poses seudo atrevidas, seudo eróticas, seudo cómicas, seudo intensas, seudo hipnóticas, seudo todo.

  • Andres Zuniga

    La última teleserie que vi fue “Fuera de Control” y si la viera hoy, de seguro la encontraría mala o “de culto” que en realidad es un término para agrupar todas aquellas cosas que no fueron lo suficientemente buenas para alcanzar popularidad. Las telenovelas chilenas hace rato que vienen dando tumbos y lo demuestran sus sintonías, sus inverosímiles tramas ultra repetidas además, sus protagonistas y, como usted menciona, sus desesperados intentos de “polemizar” con una tetita al aire o retratar a un caricaturesco personaje homosexual. 

    Me acuerdo que cuando era chico la teleserie era un evento familiar. Decidirse por la del 7 o el 13, era una decisión concienzuda y democrática. Pero, repito, cuando era chico. El televidente tiene la responsabilidad y el deber de cortar por lo sano y no esperar una maravilla de producciones de este tipo. Y creo que es en parte lo que ha pasado, el público responde con el más certero acto de desaprobación: la indiferencia.

    Como dice Luis, hay alternativas. La oferta se vuelve cada vez más grande y por último, si no hay otra opción, no hay cable, no hay internet, no hay plata pal pirateo o pedirle al sobrino que le baje Dexter, se apaga la tele un rato y salimos a comprar el pan con vuelta de manzana incluida. En una de esas a los cabros chicos de la esquina les falta un arquero para la pichanga. Qué mejor. 

  • Andres Zuniga

    La última teleserie que vi fue “Fuera de Control” y si la viera hoy, de seguro la encontraría mala o “de culto” que en realidad es un término para agrupar todas aquellas cosas que no fueron lo suficientemente buenas para alcanzar popularidad. Las telenovelas chilenas hace rato que vienen dando tumbos y lo demuestran sus sintonías, sus inverosímiles tramas ultra repetidas además, sus protagonistas y, como usted menciona, sus desesperados intentos de “polemizar” con una tetita al aire o retratar a un caricaturesco personaje homosexual. 

    Me acuerdo que cuando era chico la teleserie era un evento familiar. Decidirse por la del 7 o el 13, era una decisión concienzuda y democrática. Pero, repito, cuando era chico. El televidente tiene la responsabilidad y el deber de cortar por lo sano y no esperar una maravilla de producciones de este tipo. Y creo que es en parte lo que ha pasado, el público responde con el más certero acto de desaprobación: la indiferencia.

    Como dice Luis, hay alternativas. La oferta se vuelve cada vez más grande y por último, si no hay otra opción, no hay cable, no hay internet, no hay plata pal pirateo o pedirle al sobrino que le baje Dexter, se apaga la tele un rato y salimos a comprar el pan con vuelta de manzana incluida. En una de esas a los cabros chicos de la esquina les falta un arquero para la pichanga. Qué mejor. 

  • Anónimo

    Yo la última que vi fue “Romané”, que comenzó muy bien, los primeros capítulos eran notables y muy entretenidos, bellos, bien actuados, pero varios meses  después aparecía la gran Marés González poniendo cara de mala media hora y mirando fijo al cura Melo, que hacía desesperados esfuerzos por simular perplejidad, resultando en muecas de payaso y se alargaba, se alargaba hasta el aburrimiento total. No, miento, después, creo, vino “Machos”, una tontería indescriptible, un desperdicio grosero. Ahora leí en la portada de un diario que “La doña” había tenido buen rating en su estreno por las escenas atrevidas, pero ¿qué es esto por favor? Llevamos, como dice Camilo, 50 años viendo a estrellas espectaculares en pelota, como Brigitte Bardot, Sofía Loren o Elizabeth Taylor y ahora nos ponen a una dama algo decrépita, no la voy a mencionar para no ofender y a mocetones tan atractivos sexualmente como un refrigerador en una trama tonta, racista, sin ninguna bse histórica, porque se ha demostrado que la Quintrala no tuvo ninguno de los atributos malignos que se le imputan, que fue analfabeta, que jamás hizo cosas indebidas, se han escrito excelentes novelas sobre ella y la Colina, se han hecho esudios y nos vienen con esta payasada. Ni aunque me paguen la veo.

  • faruca450

    Yo la última que vi fue “Romané”, que comenzó muy bien, los primeros capítulos eran notables y muy entretenidos, bellos, bien actuados, pero varios meses  después aparecía la gran Marés González poniendo cara de mala media hora y mirando fijo al cura Melo, que hacía desesperados esfuerzos por simular perplejidad, resultando en muecas de payaso y se alargaba, se alargaba hasta el aburrimiento total. No, miento, después, creo, vino “Machos”, una tontería indescriptible, un desperdicio grosero. Ahora leí en la portada de un diario que “La doña” había tenido buen rating en su estreno por las escenas atrevidas, pero ¿qué es esto por favor? Llevamos, como dice Camilo, 50 años viendo a estrellas espectaculares en pelota, como Brigitte Bardot, Sofía Loren o Elizabeth Taylor y ahora nos ponen a una dama algo decrépita, no la voy a mencionar para no ofender y a mocetones tan atractivos sexualmente como un refrigerador en una trama tonta, racista, sin ninguna bse histórica, porque se ha demostrado que la Quintrala no tuvo ninguno de los atributos malignos que se le imputan, que fue analfabeta, que jamás hizo cosas indebidas, se han escrito excelentes novelas sobre ella y la Colina, se han hecho esudios y nos vienen con esta payasada. Ni aunque me paguen la veo.

  • Anónimo

    Que gran articulo, una verdad profunda sobre esa mugre que es la tv chilena, dada a conocer con el estilo y dominio de las letras de Camilo Marks. No dice mas que la verdad: la tv chilena es espantosamente mala,  malos actores, que no saben hablar, ni pronunciar, y en las escenas parece que en vez de actuar estan tocando el timbre, cero expresion, cero cultura, actores malisimos que llegan a actores de tv porque hay gente que se preocupa de promoverlos, con unas ganancias estratosfericas.. Los actores que mas aparecen en la pantall de tv, ganan entre 5, y 14 millones de pesos, animadores pesimos, para programas pesimos ganan hasta 23 millones de pesos, y asi, un Profesor que se saca la mugre, en escuela  de campo:$115.000, con suerte, ese es Chile, transformado en una circo, con fanfarria de circo.Ingrid Lara

  • IngridLaraLeon

    Que gran articulo, una verdad profunda sobre esa mugre que es la tv chilena, dada a conocer con el estilo y dominio de las letras de Camilo Marks. No dice mas que la verdad: la tv chilena es espantosamente mala,  malos actores, que no saben hablar, ni pronunciar, y en las escenas parece que en vez de actuar estan tocando el timbre, cero expresion, cero cultura, actores malisimos que llegan a actores de tv porque hay gente que se preocupa de promoverlos, con unas ganancias estratosfericas.. Los actores que mas aparecen en la pantall de tv, ganan entre 5, y 14 millones de pesos, animadores pesimos, para programas pesimos ganan hasta 23 millones de pesos, y asi, un Profesor que se saca la mugre, en escuela  de campo:$115.000, con suerte, ese es Chile, transformado en una circo, con fanfarria de circo.Ingrid Lara

  • Anónimo

    Ingrid Lara dice toda la verdad, nada más que la verdad y solo la verdad. Quiero agregar que nuestras estrellas son deplorables, tanto ellas como ellos. El único país del mundo donde se destruye nuestra historia, nuestros clásicos de la literatura o nuestras tradiciones mediante el espanto de las teleseries es Chile: recordemos el Martín Rivas del año pasado, con una Leonor que fue abusada sexualmente, ¿pero cuándo, por favor? o Manuel Rodríguez, guerrilllero del amor, con ese actor enteco, macilento, pésimo y ahora la Quintrala, con esa bisabuela histericona que mira fijo porque no sabe hacer otra cosa o un titular en primera plana que anuncia ¡el retorno de Gonzalo Valenzuela a las teleseries! Qué milagro, qué maravilla, que regalo nos cae gratis con ese este que, según nos dicen, triunfa en Argentina, entonces, ¿por qué no sigue allá? Y los críticos, por favor, todos, todos los críticos o comentaristas de televisión, en todos los medios, solamente prorrumpen en halagos, fanfarrias, exclamaciones de júbilo ante estos bodrios. Luego vienen las entrevistas, se dirigen a cada uno de ellos y ellas como si hablaran con Greta Garbo, Marlene Dietrich, Humphrey Bogart, todos los días, todos los fines de semana, portadas de revistas, páginas enteras dedicadas a estos genios y genias que dicen puras nimiedades, cuando el tema no es su último lifting o liposucción. Y mejor no hablemos de animadores, figuras estelares de matinales, rostros petrificados en la sonrisita multimillonaria, como Tonka Tomicic o locutores frente a laptops con cara de seriedad o concentración para luego decir una sarta de lugares comunes.  

  • faruca450

    Ingrid Lara dice toda la verdad, nada más que la verdad y solo la verdad. Quiero agregar que nuestras estrellas son deplorables, tanto ellas como ellos. El único país del mundo donde se destruye nuestra historia, nuestros clásicos de la literatura o nuestras tradiciones mediante el espanto de las teleseries es Chile: recordemos el Martín Rivas del año pasado, con una Leonor que fue abusada sexualmente, ¿pero cuándo, por favor? o Manuel Rodríguez, guerrilllero del amor, con ese actor enteco, macilento, pésimo y ahora la Quintrala, con esa bisabuela histericona que mira fijo porque no sabe hacer otra cosa o un titular en primera plana que anuncia ¡el retorno de Gonzalo Valenzuela a las teleseries! Qué milagro, qué maravilla, que regalo nos cae gratis con ese este que, según nos dicen, triunfa en Argentina, entonces, ¿por qué no sigue allá? Y los críticos, por favor, todos, todos los críticos o comentaristas de televisión, en todos los medios, solamente prorrumpen en halagos, fanfarrias, exclamaciones de júbilo ante estos bodrios. Luego vienen las entrevistas, se dirigen a cada uno de ellos y ellas como si hablaran con Greta Garbo, Marlene Dietrich, Humphrey Bogart, todos los días, todos los fines de semana, portadas de revistas, páginas enteras dedicadas a estos genios y genias que dicen puras nimiedades, cuando el tema no es su último lifting o liposucción. Y mejor no hablemos de animadores, figuras estelares de matinales, rostros petrificados en la sonrisita multimillonaria, como Tonka Tomicic o locutores frente a laptops con cara de seriedad o concentración para luego decir una sarta de lugares comunes.  

  • Anónimo

    Yo sinceramente y con todo respeto, no tengo el más mínimo interés en leer o escuchar sobre la pésima calidad de los noticieros chilenos. Ya está todo dicho y todo oleado y sacramentado. Ídem con la farádnula, a nadie en su sano juicio se le ocurriría defenderla. En cambio, las teleseries parecen alucinar a todo el mundo, si hasta a Lagos, que se las da de intelectual, lo mostraban viendo el último capítulo de una basura intragable, para no mencionar a sesudos caídos en desgracia que hasta las consideran un nuevo género literario o centenares de periodistas que se ganan la vida comentándolas, como si estuvieran escribiendo sobre poesía latina.

  • faruca450

    Yo sinceramente y con todo respeto, no tengo el más mínimo interés en leer o escuchar sobre la pésima calidad de los noticieros chilenos. Ya está todo dicho y todo oleado y sacramentado. Ídem con la farádnula, a nadie en su sano juicio se le ocurriría defenderla. En cambio, las teleseries parecen alucinar a todo el mundo, si hasta a Lagos, que se las da de intelectual, lo mostraban viendo el último capítulo de una basura intragable, para no mencionar a sesudos caídos en desgracia que hasta las consideran un nuevo género literario o centenares de periodistas que se ganan la vida comentándolas, como si estuvieran escribiendo sobre poesía latina.

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    El artículo me parece sobresaliente y no lo encuentro para nada ofensivo. Camilo no menciona nombres, reconoce que hay talento, aunque sea malgastado, en libretistas, actores y actrices, rescata, aunque sea en forma escueta, que hay teleseries que comienzan bien y, sobre todo, no insinúa siquiera cuáles son los teleactores malos, cuando todos los conocemos, no se refiere a nadie, no insulta a nadie.  Lo mismo hace en sus críticas dominicales e hizo en Hora 25, puede o podía encontrar pésimo un libro, pero no se metía con las personas de los escritores ni llegaba a la grosería ni injurias gratuitas y mal escritas de una tal Espinosa, reina de la farándula en Las últimas noticias. Esta es crítica cultural seria y documentada y siempre de paso, sin alardes, nos menciona a buenísimas novelistas, como Ngaio Marsh, cita a buenas periodistas, como Jimena Villegas y el mismo título es un acierto total, a muchos no se nos ha pasado por alto que es el mismo de la novela de John Kennedy Toole. Ojalá que escribiera más seguido y no como algunos apernados de todas las semanas. Felicitaciones.

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    El artículo me parece sobresaliente y no lo encuentro para nada ofensivo. Camilo no menciona nombres, reconoce que hay talento, aunque sea malgastado, en libretistas, actores y actrices, rescata, aunque sea en forma escueta, que hay teleseries que comienzan bien y, sobre todo, no insinúa siquiera cuáles son los teleactores malos, cuando todos los conocemos, no se refiere a nadie, no insulta a nadie.  Lo mismo hace en sus críticas dominicales e hizo en Hora 25, puede o podía encontrar pésimo un libro, pero no se metía con las personas de los escritores ni llegaba a la grosería ni injurias gratuitas y mal escritas de una tal Espinosa, reina de la farándula en Las últimas noticias. Esta es crítica cultural seria y documentada y siempre de paso, sin alardes, nos menciona a buenísimas novelistas, como Ngaio Marsh, cita a buenas periodistas, como Jimena Villegas y el mismo título es un acierto total, a muchos no se nos ha pasado por alto que es el mismo de la novela de John Kennedy Toole. Ojalá que escribiera más seguido y no como algunos apernados de todas las semanas. Felicitaciones.

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    El artículo es sobresaliente y no está escrito ni con mala leche, ni con saña, tampoco es nada de vitriólico, simplemente dice la pura y simple verdad, algo que todos sabemos. No menciona nombres, no insulta a nadie, tampoco agrede gratuitamente, simplemente expone hechos archisabidos, en el estilo que siempre Camilo ha tenido, tanto en sus críticas semanales, como en sus histriónicas intervenciones en Hora 25. Ahí jamás ha atacado a las personas, como lo hace la reina de la farándula rasca, esa ordinaria  Patricia Espinosa de Las últimas noticias. Camilo puede encontrar pésimo un libro pero no se va a fijar en la  persona del autor. Y de paso, siempre hay alusiones cultas para los que quieran, como la referencia a la gran novelista policial Ngaio Marsh, buenos fundamentos, como referirse a la destacada periodista especializada en televisión Jimena Villegas y, finalmente, hasta el título de la columna no le pasará por alto a los admiradores de la genial novela del mismo nombre de John Kennedy Toole. 

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    El artículo es sobresaliente y no está escrito ni con mala leche, ni con saña, tampoco es nada de vitriólico, simplemente dice la pura y simple verdad, algo que todos sabemos. No menciona nombres, no insulta a nadie, tampoco agrede gratuitamente, simplemente expone hechos archisabidos, en el estilo que siempre Camilo ha tenido, tanto en sus críticas semanales, como en sus histriónicas intervenciones en Hora 25. Ahí jamás ha atacado a las personas, como lo hace la reina de la farándula rasca, esa ordinaria  Patricia Espinosa de Las últimas noticias. Camilo puede encontrar pésimo un libro pero no se va a fijar en la  persona del autor. Y de paso, siempre hay alusiones cultas para los que quieran, como la referencia a la gran novelista policial Ngaio Marsh, buenos fundamentos, como referirse a la destacada periodista especializada en televisión Jimena Villegas y, finalmente, hasta el título de la columna no le pasará por alto a los admiradores de la genial novela del mismo nombre de John Kennedy Toole. 

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    Debo agregar que estoy de acuerdo con todos los comentarios que esta columna ha recibido y que me gustaría ver más a menudo a Camilo Marks, un lujo al lado de tantos opinólgos lateros.

  • FRANCISCO FERNÁNDEZ

    Debo agregar que estoy de acuerdo con todos los comentarios que esta columna ha recibido y que me gustaría ver más a menudo a Camilo Marks, un lujo al lado de tantos opinólgos lateros.

  • http://pulse.yahoo.com/_LIL6LMR44QUPJAN3K5RWAKHJAA camilo

    El artículo ha sido muy celebrado y lo merece, pero no creo que todas las teleseries chilenas sean tan malas, las de Pablo Illanes y Jorge Marchant tenían calidad y eran bien actuadas, por lo general. El problema no son solo las teleseries, sino la televisión en conjunto, que se ha echado tanto a perder, hasta llegar a niveles nunca vistos de grosería, estupidez, falta de cualquier iniciativa decente, que eso afecta forzosamente el “area dramática”, como tan pomposamente se llama a los departamentos donde se cocina este opio del pueblo que han pasado a ser las teleseries, junto con los matinales, los programas de farándula y los noticieros. 

  • http://pulse.yahoo.com/_LIL6LMR44QUPJAN3K5RWAKHJAA camilo

    El artículo ha sido muy celebrado y lo merece, pero no creo que todas las teleseries chilenas sean tan malas, las de Pablo Illanes y Jorge Marchant tenían calidad y eran bien actuadas, por lo general. El problema no son solo las teleseries, sino la televisión en conjunto, que se ha echado tanto a perder, hasta llegar a niveles nunca vistos de grosería, estupidez, falta de cualquier iniciativa decente, que eso afecta forzosamente el “area dramática”, como tan pomposamente se llama a los departamentos donde se cocina este opio del pueblo que han pasado a ser las teleseries, junto con los matinales, los programas de farándula y los noticieros. 

  • Anónimo

    Estoy de acuerdo con todas las opiniones vertidas en este blog, pero quiero ir más lejos. Quienes dirigen, controlan y organizan los medios de comunicación y en concreto la televisión, han decidido, hace años, que la gente es idiota, imbécil, subnormal, cretina y que debe mantenérsela en ese estado por el mayor tiempo posible, así unos pocos ganrán dinero sin cesar, viajarán, se darán la gran vida, lucrarán y el resto padecerá la anestesia televisiva. Como método de control social no puede ser más eficaz. Pero no es cierto que los pueblos tienen la televisión que se merecen, el gobierno que se merecen, etc., ya que las personas están controladas e incapacitadas de expresarse. De esta manera, la televisión y las teleseries mantienen el adormecimiento social, la quietud, la falta de acción política. Tarde o temprano eso se terminará y llegará un momento que, en lugar de pedirles autógrafos a los “famosos” -en los diairos y en cuatrocuadras de Chile- la gente va a tratar de meterlos en la cárcel o lincharlos, como está pasando en Islandia.

  • panama60

    Estoy de acuerdo con todas las opiniones vertidas en este blog, pero quiero ir más lejos. Quienes dirigen, controlan y organizan los medios de comunicación y en concreto la televisión, han decidido, hace años, que la gente es idiota, imbécil, subnormal, cretina y que debe mantenérsela en ese estado por el mayor tiempo posible, así unos pocos ganrán dinero sin cesar, viajarán, se darán la gran vida, lucrarán y el resto padecerá la anestesia televisiva. Como método de control social no puede ser más eficaz. Pero no es cierto que los pueblos tienen la televisión que se merecen, el gobierno que se merecen, etc., ya que las personas están controladas e incapacitadas de expresarse. De esta manera, la televisión y las teleseries mantienen el adormecimiento social, la quietud, la falta de acción política. Tarde o temprano eso se terminará y llegará un momento que, en lugar de pedirles autógrafos a los “famosos” -en los diairos y en cuatrocuadras de Chile- la gente va a tratar de meterlos en la cárcel o lincharlos, como está pasando en Islandia.

  • http://pulse.yahoo.com/_LIL6LMR44QUPJAN3K5RWAKHJAA camilo

    Sería bueno que el movimiento de los indignados, que ya se extiende por todo el mundo, alcanzara a Chile y además de ocupar la bolsa de comercio, los bancos, las grandes empresas, el parlamento y cercar a los gobernantes, arrinconara a todos los estudios chilenos de televisión o a las productoras, obligándolos a cambiar sus transmisiones o bien cerrarlas y también forzarlos a terminar con la calamidad de las teleseries y, de paso, sitiar las casas y encerrar a las estrellitas y estrellitos de ellas, tal como en Nueva York se está haciendo con ese tipo de gente.  

  • http://pulse.yahoo.com/_LIL6LMR44QUPJAN3K5RWAKHJAA camilo

    Sería bueno que el movimiento de los indignados, que ya se extiende por todo el mundo, alcanzara a Chile y además de ocupar la bolsa de comercio, los bancos, las grandes empresas, el parlamento y cercar a los gobernantes, arrinconara a todos los estudios chilenos de televisión o a las productoras, obligándolos a cambiar sus transmisiones o bien cerrarlas y también forzarlos a terminar con la calamidad de las teleseries y, de paso, sitiar las casas y encerrar a las estrellitas y estrellitos de ellas, tal como en Nueva York se está haciendo con ese tipo de gente.  

  • Anónimo

    Me parece muy interesante la discusión que se ha generado a propósito de las teleseries y también que se haya extendido a nuestra televisión en general. Como lo dice Camilo, nadie discute, en sus palabras, lo horrendo de nuestra televisión actual, pero hasta donde sé, nadie se ha detenido en la multimillonaria industria de la porquería que son las teleseries, un ataque a la cultura, una agresión a la inteligencia, un atentado a la cordura y sensatez. En cuanto a que han progresado mucho en lo escenográfico, el lenguaje visual, la parte técnica, que el crítico literario reconoce, no puedo estar más en desacuerdo. Y no se trata de compararnos con las brillantes producciones inglesas, francesas, americanas actuales, sino de mirar nada más que lo que eran sagas entretenidas y sin pretensiones de hace 30 o más años, como Kojack, Baretta, El fugitivo, la modestísima Coronation Street, que duró décadas en blanco y negro y luego poco tiempo en color, Soap, Las calles de San Francisco, en fin, cualquier cosa que se hizo en el pasado merece respeto y admiración si vemos las tonterías que se producen aquí, donde no hay talento, sensibilidad y ni una cuota de verosimilutud. Pero algún día, más tarde que temprano, se terminarán y nadie las recordará.

  • tashkent_1990

    Me parece muy interesante la discusión que se ha generado a propósito de las teleseries y también que se haya extendido a nuestra televisión en general. Como lo dice Camilo, nadie discute, en sus palabras, lo horrendo de nuestra televisión actual, pero hasta donde sé, nadie se ha detenido en la multimillonaria industria de la porquería que son las teleseries, un ataque a la cultura, una agresión a la inteligencia, un atentado a la cordura y sensatez. En cuanto a que han progresado mucho en lo escenográfico, el lenguaje visual, la parte técnica, que el crítico literario reconoce, no puedo estar más en desacuerdo. Y no se trata de compararnos con las brillantes producciones inglesas, francesas, americanas actuales, sino de mirar nada más que lo que eran sagas entretenidas y sin pretensiones de hace 30 o más años, como Kojack, Baretta, El fugitivo, la modestísima Coronation Street, que duró décadas en blanco y negro y luego poco tiempo en color, Soap, Las calles de San Francisco, en fin, cualquier cosa que se hizo en el pasado merece respeto y admiración si vemos las tonterías que se producen aquí, donde no hay talento, sensibilidad y ni una cuota de verosimilutud. Pero algún día, más tarde que temprano, se terminarán y nadie las recordará.

  • Anónimo

    Con respecto a lo que dice Luz Lagarrigue, creo que no vale la pena ni pensar en los noticieros. Además, nadie los ve o los que tienen la televisión prendida a esa hora, es porque la tienen prendida todo el día. Tienen nombres que sugieren noticias, pero ni siquiera podría decirse que entregan información, no conozco a nadie que los comente, que pregunte si vieron lo que se dijo la noche anterior en tal o cual programa, que recuerden algo de esa chachara que dura 1 hora o 1 hora y media.

  • tashkent_1990

    Con respecto a lo que dice Luz Lagarrigue, creo que no vale la pena ni pensar en los noticieros. Además, nadie los ve o los que tienen la televisión prendida a esa hora, es porque la tienen prendida todo el día. Tienen nombres que sugieren noticias, pero ni siquiera podría decirse que entregan información, no conozco a nadie que los comente, que pregunte si vieron lo que se dijo la noche anterior en tal o cual programa, que recuerden algo de esa chachara que dura 1 hora o 1 hora y media.

  • Anónimo

    ¿Pero la gente está realmente viendo las teleseries de ahora? Entiendo que el rating ha bajado a niveles alarmantes si lo comparamos con lo que sucedía en la década pasada o comienzos de la actual. Ojalá todo el mundo o la gran mayoría de las personas dejara de verlas, para librarnos de esa epidemia de idiotez.

  • tashkent_1990

    ¿Pero la gente está realmente viendo las teleseries de ahora? Entiendo que el rating ha bajado a niveles alarmantes si lo comparamos con lo que sucedía en la década pasada o comienzos de la actual. Ojalá todo el mundo o la gran mayoría de las personas dejara de verlas, para librarnos de esa epidemia de idiotez.

  • Anónimo

    He leído varias veces el artículo y con mucha detención, porque traté de no estar de acuerdo con él, al menos en algunos aspectos. Sin embargo, al igual  que todos los que han opinado aquí, coincido en un 100% en lo que se dice e incluso voy más lejos: aparte de la tontería inconcebible de las teleseries, de la falsedad de su mundo, del nulo valor de sus historias, el resto de la televisión chilena, sobre todo los noticiarios, es muchísimo peor. Mal que mal, uno puede apagar la caja idiota o hacerse el leso ante las escalofriantes aventuras de la sesentona Quintrala, pero la forma en que ahora se han dado las noticias acerca del movimiento estudiantil es simplemente escandalosa, parcial, sesgada, distorsionadora, embustera. No necesitamos a Hinzpeter ni la Ley de Seguridad del Estado, tampoco a fuerzas especiales de Carabineros que reprimen sin contemplaciones, menos a infiltrados que se meten a las marchas, para eso tenemos los noticiarios, los comentaristas políticos, las imágenes que constantemente nos entregan todos los canales de televisión.

  • lonkodel40

    He leído varias veces el artículo y con mucha detención, porque traté de no estar de acuerdo con él, al menos en algunos aspectos. Sin embargo, al igual  que todos los que han opinado aquí, coincido en un 100% en lo que se dice e incluso voy más lejos: aparte de la tontería inconcebible de las teleseries, de la falsedad de su mundo, del nulo valor de sus historias, el resto de la televisión chilena, sobre todo los noticiarios, es muchísimo peor. Mal que mal, uno puede apagar la caja idiota o hacerse el leso ante las escalofriantes aventuras de la sesentona Quintrala, pero la forma en que ahora se han dado las noticias acerca del movimiento estudiantil es simplemente escandalosa, parcial, sesgada, distorsionadora, embustera. No necesitamos a Hinzpeter ni la Ley de Seguridad del Estado, tampoco a fuerzas especiales de Carabineros que reprimen sin contemplaciones, menos a infiltrados que se meten a las marchas, para eso tenemos los noticiarios, los comentaristas políticos, las imágenes que constantemente nos entregan todos los canales de televisión.

  • Anónimo

    Se me olvidaba agregar algo: es realmente insoportable, repulsivo, deleznable que en un país donde el sueldo mínimo no da ni para comer, que la gente que trabaja en teleseries gane 15, 30, 50 millones de pesos, que sus “contratos” sean  cotizados y ventilados como si fueran estrellas de cine hollywoodenses, que vivan en medio de un star system grotesco cuando hay gente que pasa hambre o se muere sin que lo atiendan en los hospitales, y que, si muestran sus sonrisitas bobaliconas en tiendas y firmas comerciales, ganan más millonadas, que además tengan agentes que los promueven y representan, ¿pero en qué país estamos o en qué país se cree esa gente que estamos?

  • lonkodel40

    Se me olvidaba agregar algo: es realmente insoportable, repulsivo, deleznable que en un país donde el sueldo mínimo no da ni para comer, que la gente que trabaja en teleseries gane 15, 30, 50 millones de pesos, que sus “contratos” sean  cotizados y ventilados como si fueran estrellas de cine hollywoodenses, que vivan en medio de un star system grotesco cuando hay gente que pasa hambre o se muere sin que lo atiendan en los hospitales, y que, si muestran sus sonrisitas bobaliconas en tiendas y firmas comerciales, ganan más millonadas, que además tengan agentes que los promueven y representan, ¿pero en qué país estamos o en qué país se cree esa gente que estamos?

  • Anónimo

    Sí con respecto a lo que dice Camilo del patético descubrimiento del sexo en las teleseries y totalmente de acuerdo en lo que señala Cecilia Palma más abajo, porque ellas degradan a los hombres y mujeres que simulan jadear, berrear, gruñir, graznar, cacarear y además de ser poco atractivos -en la calle, unas insignificancias- son pésimos actores. Sin embargo, tienen que tener un físico apropiado a juicio de directores, productores y fotógrafos, porque claro, una gorda, un guatón, una chica entrada en carnes, un flacuchento, alguien con unos añitos encima no califica para estos bodrios. Además, ¿son en la realidad las relaciones sexuales tales como las muestan en teleseries, incluso en películas de calidad? ¿No ocurre, como se ha comprobado desde el Informe Kinsey en adelante, que la inmensa mayoría de las veces son aburridoras para las mujeres y un mero trámite para los hombres? Y en el caso de los chilenos, que somos el pueblo más cartuchón e hipócrita del mundo -así nos calificó el New York Times cuando se eligió a Bachelet, en una editorial que reflejaba sorpresa- ahora pretenden mostrarnos como reyes de la cama. ¡Es como para llorar a gritos o reirse hasta morir!

  • santana55

    Sí con respecto a lo que dice Camilo del patético descubrimiento del sexo en las teleseries y totalmente de acuerdo en lo que señala Cecilia Palma más abajo, porque ellas degradan a los hombres y mujeres que simulan jadear, berrear, gruñir, graznar, cacarear y además de ser poco atractivos -en la calle, unas insignificancias- son pésimos actores. Sin embargo, tienen que tener un físico apropiado a juicio de directores, productores y fotógrafos, porque claro, una gorda, un guatón, una chica entrada en carnes, un flacuchento, alguien con unos añitos encima no califica para estos bodrios. Además, ¿son en la realidad las relaciones sexuales tales como las muestan en teleseries, incluso en películas de calidad? ¿No ocurre, como se ha comprobado desde el Informe Kinsey en adelante, que la inmensa mayoría de las veces son aburridoras para las mujeres y un mero trámite para los hombres? Y en el caso de los chilenos, que somos el pueblo más cartuchón e hipócrita del mundo -así nos calificó el New York Times cuando se eligió a Bachelet, en una editorial que reflejaba sorpresa- ahora pretenden mostrarnos como reyes de la cama. ¡Es como para llorar a gritos o reirse hasta morir!

  • Anónimo

    Agrego, además, que a esa gente que le pagan fortunas, le deben exigir “desnudos”, como en forma tan siútica se califica a la mínima exposición de cuerpos muy poco privilegiados y también obligar a aullar como condenados al fusilamiento para mantenerles sus jugosos y vergonzosos contratos.

  • santana55

    Agrego, además, que a esa gente que le pagan fortunas, le deben exigir “desnudos”, como en forma tan siútica se califica a la mínima exposición de cuerpos muy poco privilegiados y también obligar a aullar como condenados al fusilamiento para mantenerles sus jugosos y vergonzosos contratos.

  • santana55

    Alguien citó a Islandia, porque en ese país, mediante plebiscito, se decidió no pagar la deuda externa, ignorar al FMI y, acto seguido, se está persiguiendo judicialmente, en tribunales del crimen,a políticos, personalidades y empresarios corruptos que han estafado al país. De eso nadie sabe, nadie se entera, a ningún medio le interesa. A mí me encantaría que pasara lo mismo en Chile, pero lo veo muy difícil, aunque puede llegar el día en que empecemos siquiera a funar a los famositos.

  • Anónimo

    Creo que el artículo es muy bueno y está muy bien escrito, con la acidez, ironía y a veces virulencia características de Camilo Marks. Sin embargo, la industria de las teleseries también da trabajo a buenos actores que no podrían vivir del teatro, lo que les permite tener un buen pasar que jamás tendrían si solo actuaran en vivo. Y eso no es nada de criticable. Y también da trabajo a sonidistas, camarógrafos, vestuaristas, diseñadores, secretarias, periodistas, en fin, una gama muy amplia de personas que no salen en pantalla, pero pueden recibir ingresos decentes en este medio. Entonces no es llegar y condenar a rajatabla a las teleseries, que poseen una realidad mucho más compleja y menos glamorosa de lo que se ve o se cree. En cuanto a la calidad, estoy de acuerdo en todo lo que se ha dicho, nada excusa la mediocridad, la vulgaridad, la estulticia, incluso los esperpentos a que nos someten a diario, año tras año, todos los canales abiertos. Y frente a esto, no queda más que refugiarse en el cable o bien seguir las brillantes producciones de otros países o verlas por internet.

  • Ulises1945

    Creo que el artículo es muy bueno y está muy bien escrito, con la acidez, ironía y a veces virulencia características de Camilo Marks. Sin embargo, la industria de las teleseries también da trabajo a buenos actores que no podrían vivir del teatro, lo que les permite tener un buen pasar que jamás tendrían si solo actuaran en vivo. Y eso no es nada de criticable. Y también da trabajo a sonidistas, camarógrafos, vestuaristas, diseñadores, secretarias, periodistas, en fin, una gama muy amplia de personas que no salen en pantalla, pero pueden recibir ingresos decentes en este medio. Entonces no es llegar y condenar a rajatabla a las teleseries, que poseen una realidad mucho más compleja y menos glamorosa de lo que se ve o se cree. En cuanto a la calidad, estoy de acuerdo en todo lo que se ha dicho, nada excusa la mediocridad, la vulgaridad, la estulticia, incluso los esperpentos a que nos someten a diario, año tras año, todos los canales abiertos. Y frente a esto, no queda más que refugiarse en el cable o bien seguir las brillantes producciones de otros países o verlas por internet.

  • Anónimo

    Toda esta discusión es interesante, pero revela el típico clima intelectual de los países subdesarrollados, atrasados, retrógrados, reaccionarios, patéticamente a trasmano, como es el caso de Chile, que en materias culturales está tan lejos de lo que REALMENTE  ocurre en el mundo como lo 

  • anglicana2008

    Toda esta discusión es interesante, pero revela el típico clima intelectual de los países subdesarrollados, atrasados, retrógrados, reaccionarios, patéticamente a trasmano, como es el caso de Chile, que en materias culturales está tan lejos de lo que REALMENTE  ocurre en el mundo como lo 

  • Anónimo

    Todo esto refleja el clima cultural de Chile, que en ese sentido es fiel espejo de lo que es un país subdesarrollado, atrasado, retrógrado, reaccionario, a trasmano, tan patéticamente limitado como podría ser el caso de Burkina-Fasso, Bhutan o Andorra, con la diferencia que en esas naciones de todos modos hay culturas ancestrales, propias, autóctonas, con estilos de vida que se mantienen intactos por siglos y aportan algo que nosotros somos incapaces de proyectar. Porque nuestra televisión -el cine es otra cosa, tal vez peor, tal vez mejor, eso se sabrá más adelante-, en el caso de las teleseries, lo único que ha hecho ha sido reproducir modelos narrativos anquilosados, decrépitos, mentecatos, absolutamente convencionales, que tranquilizan, adormecen, hipnotizan, tal como lo hacen las benzodiazepinas o los antidepresivos de última generación. Con Los soprano o Madmen, por citar un par de ejemplos archiconocidos, nadie queda indiferente, satisfecho o atontado. Con Los archivos del Cardenal o Los 80, que son trabajos serios, aunque edulcorados y efectistas, para un público ignorante, nadie termina cuestionando nada, ya que al final creemos que hay cierta justicia en una sociedad donde la justicia jamás ha existido, todo ha sido arreglado y negociado, todo han sido parches, remiendos, componendas y contubernios cupulares para acallar las peores atrocidades cometidas por una dictadura qye nunca las reconoció.

  • anglicana2008

    Todo esto refleja el clima cultural de Chile, que en ese sentido es fiel espejo de lo que es un país subdesarrollado, atrasado, retrógrado, reaccionario, a trasmano, tan patéticamente limitado como podría ser el caso de Burkina-Fasso, Bhutan o Andorra, con la diferencia que en esas naciones de todos modos hay culturas ancestrales, propias, autóctonas, con estilos de vida que se mantienen intactos por siglos y aportan algo que nosotros somos incapaces de proyectar. Porque nuestra televisión -el cine es otra cosa, tal vez peor, tal vez mejor, eso se sabrá más adelante-, en el caso de las teleseries, lo único que ha hecho ha sido reproducir modelos narrativos anquilosados, decrépitos, mentecatos, absolutamente convencionales, que tranquilizan, adormecen, hipnotizan, tal como lo hacen las benzodiazepinas o los antidepresivos de última generación. Con Los soprano o Madmen, por citar un par de ejemplos archiconocidos, nadie queda indiferente, satisfecho o atontado. Con Los archivos del Cardenal o Los 80, que son trabajos serios, aunque edulcorados y efectistas, para un público ignorante, nadie termina cuestionando nada, ya que al final creemos que hay cierta justicia en una sociedad donde la justicia jamás ha existido, todo ha sido arreglado y negociado, todo han sido parches, remiendos, componendas y contubernios cupulares para acallar las peores atrocidades cometidas por una dictadura qye nunca las reconoció.

  • Anónimo

    Deseo agregar que los argentinos, uruguayos, brasileños, en forma abierta, recurriendo a a la forma más democrática de expresión, el plebiscito, reconocieron las indescriptibles violaciones a los DDHH perpetradas por las dictaduras que fueron contemporáneas con la que rigió a Chile entre 1973-1990. Más allá de sus aciertos o desaciertos, Kirchner hizo pedazos los retratos de los generales que cometieron el peor genocidio en la historia de Argentina. Ni aún en nuestras fantasías más delirantes ¿podríamos imaginar a Aylwin, Frei, Lagos o Bachelet haciendo algo parecido? Jamás. El momento estelar en la vida de Bachelet, cuyo padre fue asesinado por sus camaradas de la FACH, y ella misma y su madre pasaron por Villa Grimaldi, parece haber sido esa última parada militar de su gobierno, cuando su hijo mayor desfiló como reservista del Ejército y ella, en un arranque de emoción, abrazó con lágrimas al general Oscar Izurieta, alguien que, obviamente, votó por y está feliz con Piñera. Entonces no me vengan con Los archivos del Cardenal, Los 80 o cualquiera de esas sedantes historietas que “humanizan” al FPMR, a los presos políticos, a los subversivos, a todos los que siguen estigmatizados y caricaturizados por la prensa, la radio y tv, la literatura y todos los medios de expresión. Así como vendemos nuestro fabuloso modelo económico, también exportamos nuestra maravillosa solución al tema de los DDHH: informes con golpes en el pecho, parciales y estrechos, calificaciones “obejtivas”, pensiones miserables y todos contentos y felices. Yo haría una teleserie con los degradantes trámites de los últimos beneficiarios de la Comisión Valech, pero seguramente no sería “comercial”.

  • anglicana2008

    Deseo agregar que los argentinos, uruguayos, brasileños, en forma abierta, recurriendo a a la forma más democrática de expresión, el plebiscito, reconocieron las indescriptibles violaciones a los DDHH perpetradas por las dictaduras que fueron contemporáneas con la que rigió a Chile entre 1973-1990. Más allá de sus aciertos o desaciertos, Kirchner hizo pedazos los retratos de los generales que cometieron el peor genocidio en la historia de Argentina. Ni aún en nuestras fantasías más delirantes ¿podríamos imaginar a Aylwin, Frei, Lagos o Bachelet haciendo algo parecido? Jamás. El momento estelar en la vida de Bachelet, cuyo padre fue asesinado por sus camaradas de la FACH, y ella misma y su madre pasaron por Villa Grimaldi, parece haber sido esa última parada militar de su gobierno, cuando su hijo mayor desfiló como reservista del Ejército y ella, en un arranque de emoción, abrazó con lágrimas al general Oscar Izurieta, alguien que, obviamente, votó por y está feliz con Piñera. Entonces no me vengan con Los archivos del Cardenal, Los 80 o cualquiera de esas sedantes historietas que “humanizan” al FPMR, a los presos políticos, a los subversivos, a todos los que siguen estigmatizados y caricaturizados por la prensa, la radio y tv, la literatura y todos los medios de expresión. Así como vendemos nuestro fabuloso modelo económico, también exportamos nuestra maravillosa solución al tema de los DDHH: informes con golpes en el pecho, parciales y estrechos, calificaciones “obejtivas”, pensiones miserables y todos contentos y felices. Yo haría una teleserie con los degradantes trámites de los últimos beneficiarios de la Comisión Valech, pero seguramente no sería “comercial”.

  • http://pulse.yahoo.com/_PWHG3PF4HJLQOKE4JNDXM46YUU Graciela

    Completamente de acuerdo con el comentario de Camilo. La TV chilena -con la honrosa excepción de algunos programas- ha pasado a ser un elemento completamente prescindible ¡A apagar la caja idiota!

    • Anónimo

      Coincido completamente con Graciela, pero como dije, he optado por no ver más televisión chilena, así que me he perdido las honrosas excepciones de algunos programas buenos. Prefiero ver películas clásicas y la oferta del cable es enorme, programas de calidad, con posibilidades infinitas o, como creo que alguien lo dijo antes, me voy a la internet y, además de lo cultural o la entretención, leo El País, The Independent, The Guardian, etc., sin necesidad de tener que soportar tandas de una hora a una hora y media que no informan nada con locutores que parecen robots programados para decir siempre lo mismo, es decir, nada de nada o peor aún, esforzarse por parecer inteligentes con improvisaciones necias y banales. 

  • http://pulse.yahoo.com/_PWHG3PF4HJLQOKE4JNDXM46YUU Graciela

    Completamente de acuerdo con el comentario de Camilo. La TV chilena -con la honrosa excepción de algunos programas- ha pasado a ser un elemento completamente prescindible ¡A apagar la caja idiota!

    • negritadel68

      Coincido completamente con Graciela, pero como dije, he optado por no ver más televisión chilena, así que me he perdido las honrosas excepciones de algunos programas buenos. Prefiero ver películas clásicas y la oferta del cable es enorme, programas de calidad, con posibilidades infinitas o, como creo que alguien lo dijo antes, me voy a la internet y, además de lo cultural o la entretención, leo El País, The Independent, The Guardian, etc., sin necesidad de tener que soportar tandas de una hora a una hora y media que no informan nada con locutores que parecen robots programados para decir siempre lo mismo, es decir, nada de nada o peor aún, esforzarse por parecer inteligentes con improvisaciones necias y banales. 

  • Anónimo

    No he tenido la paciencia para leer todos los comentarios y me da la leve impresión de que el artículo de Camilo ha sido una especie de catarsis colectiva frente al tremendo desierto cultural, ideológico, ético, intelectual y de todo orden que nos tiene devastados. Y estoy más que absolutamente de acuerdo con todo lo que él dice, aunque debo confesar que hace años que no veo teleseries y que he terminado por prender la televisión en cada año bisiesto.

  • negritadel68

    No he tenido la paciencia para leer todos los comentarios y me da la leve impresión de que el artículo de Camilo ha sido una especie de catarsis colectiva frente al tremendo desierto cultural, ideológico, ético, intelectual y de todo orden que nos tiene devastados. Y estoy más que absolutamente de acuerdo con todo lo que él dice, aunque debo confesar que hace años que no veo teleseries y que he terminado por prender la televisión en cada año bisiesto.

  • Anónimo

    Quise hacer el esfuerzo de leer todos los comentarios del blog, pero me agoté y los encontré un poco repetitivos. Si todos estamos de acuerdo en que la televisión chilena es tan mala que es mejor apagar la caja idiota y que las teleseries solo añaden basura a la basura, tal vez habería que tratar de explicarse el por qué de ese fenómeno. Yo, sinceramente, no lo sé. Pero indudablemente que hay causas y solo me atrevo a insinuar que la principal de ellas es el descenso o caída vertiginosa de nuestro nivel cultural, empezando por la crisis del libro, la debacle educacional, la ruptura con la tradición literaria, la absoluta mercantilziación de toda la vida.

  • negritadel68

    Quise hacer el esfuerzo de leer todos los comentarios del blog, pero me agoté y los encontré un poco repetitivos. Si todos estamos de acuerdo en que la televisión chilena es tan mala que es mejor apagar la caja idiota y que las teleseries solo añaden basura a la basura, tal vez habería que tratar de explicarse el por qué de ese fenómeno. Yo, sinceramente, no lo sé. Pero indudablemente que hay causas y solo me atrevo a insinuar que la principal de ellas es el descenso o caída vertiginosa de nuestro nivel cultural, empezando por la crisis del libro, la debacle educacional, la ruptura con la tradición literaria, la absoluta mercantilziación de toda la vida.

  • Anónimo

    Este país se hunde irremisiblemente en la estupidez, la vulgaridad, la agresión diaria a todos y todo lo que tenga valor y la televisión abierta es una de las muestras evidentes de eso, pero hay muchas otras cosas, la salud y la educación colapsadas, el consumismo desaforado, la violencia como forma de vida, la política como manera de hacer fortunas y corromper a las personas, la estridencia exhibicionista de los medios de comunicación, la generalizada superficialidad de las relaciones humanas, la destrucción sistemática e inexorable del medio ambiente, el horrible y devastado entorno urbano, la banalidad de dirigentes y gobernantes, el cinismo como máxima expresión de vida. Tal vez después de terminar de hundirnos, podamos pensar en la posibilidad de salir adelante, es decir, los que sobrevivan. 

  • monica9LN

    Este país se hunde irremisiblemente en la estupidez, la vulgaridad, la agresión diaria a todos y todo lo que tenga valor y la televisión abierta es una de las muestras evidentes de eso, pero hay muchas otras cosas, la salud y la educación colapsadas, el consumismo desaforado, la violencia como forma de vida, la política como manera de hacer fortunas y corromper a las personas, la estridencia exhibicionista de los medios de comunicación, la generalizada superficialidad de las relaciones humanas, la destrucción sistemática e inexorable del medio ambiente, el horrible y devastado entorno urbano, la banalidad de dirigentes y gobernantes, el cinismo como máxima expresión de vida. Tal vez después de terminar de hundirnos, podamos pensar en la posibilidad de salir adelante, es decir, los que sobrevivan. 

  • Anónimo

    Ah, me olvidé decir que cuando no nos que de nada de nuestra identidad, la televisión, y naturalmente, las teleseries, ni siquiera serán tema de conversación.

  • monica9LN

    Ah, me olvidé decir que cuando no nos que de nada de nuestra identidad, la televisión, y naturalmente, las teleseries, ni siquiera serán tema de conversación.

  • Anónimo

    Cuando se invento la television, muchos creyeron que iba a ser un instrumento de paz y entendimiento entre los pueblos, un adelanto que evitaria las guerras, un avance cultural al alcance de todos lospueblos del mundo. La euforia que produce la tecnologia es asi, hace creer en el progreso indefinido y en el bien de la humanidad. Y miren en lo que ha terminado, exhibiendo masacres, ejecuciones, secuestros, crimenes indescriptibles, genocidios, lo que no ha impedido que dejen de cometerse cada vez en mayor escala, sin que se vea cuando disminuira el horror en el mundo. En cuanto a la cultura, y a la cultura chilena, ya se ha dicho bastante aqui.

  • Sevensisters76

    Cuando se invento la television, muchos creyeron que iba a ser un instrumento de paz y entendimiento entre los pueblos, un adelanto que evitaria las guerras, un avance cultural al alcance de todos lospueblos del mundo. La euforia que produce la tecnologia es asi, hace creer en el progreso indefinido y en el bien de la humanidad. Y miren en lo que ha terminado, exhibiendo masacres, ejecuciones, secuestros, crimenes indescriptibles, genocidios, lo que no ha impedido que dejen de cometerse cada vez en mayor escala, sin que se vea cuando disminuira el horror en el mundo. En cuanto a la cultura, y a la cultura chilena, ya se ha dicho bastante aqui.

  • Anónimo

    Me doy cuenta de que lo que escribi no tiene nada que ver con el articulo ni con lo que se ha opinado, porque acabo de tener la sublime ocurrencia de releerlo. Y por supuesto que estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho sobre nuestras teleseries, por eso mismo no he tocado el tema.

  • Sevensisters76

    Me doy cuenta de que lo que escribi no tiene nada que ver con el articulo ni con lo que se ha opinado, porque acabo de tener la sublime ocurrencia de releerlo. Y por supuesto que estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho sobre nuestras teleseries, por eso mismo no he tocado el tema.

  • Anónimo

    Si, parodiando a Marx,  la televisión es el opio de los pueblos, las teleseries chilenas son la peor enfermedad mental que aqueja a los cientos de miles de chilenos que siguen esta serie de tonterías sin fondo. “Los medios de comunicación se rindieron a su poder y reproducen cuanto pasa en ella”, cito a Camilo porque no hay un solo día en que las portadas de los diarios, todos los diarios, no nos anuncien las peleas por el rating, los cambios de actores de un canal al otro, los dimes y diretes de estos protagonistas indiscutibles de la farándula, por más que algunos se las quieran dar de “serios”, “intelectuales” o “profesionales”. Si la Sra. di Girolamo se ha prestado para que todo el mundo comente que, a su edad, mantiene bien sus pechos, no puedo creer que no le quepa ninguna responsabilidad en ello. Y eso sin contar con las indescriptibles y necias aventuras que encabeza, junto a esos fantoches que apenas saben pronunciar un par de palabras. Por suerte, como bien se dice al final de esta columna, todas estas payasadas se olvidan muy luego y, ahora citando a Trotski, toda la gente que participa en estos negociados son el polvo de la historia.

  • Julietadel50

    Si, parodiando a Marx,  la televisión es el opio de los pueblos, las teleseries chilenas son la peor enfermedad mental que aqueja a los cientos de miles de chilenos que siguen esta serie de tonterías sin fondo. “Los medios de comunicación se rindieron a su poder y reproducen cuanto pasa en ella”, cito a Camilo porque no hay un solo día en que las portadas de los diarios, todos los diarios, no nos anuncien las peleas por el rating, los cambios de actores de un canal al otro, los dimes y diretes de estos protagonistas indiscutibles de la farándula, por más que algunos se las quieran dar de “serios”, “intelectuales” o “profesionales”. Si la Sra. di Girolamo se ha prestado para que todo el mundo comente que, a su edad, mantiene bien sus pechos, no puedo creer que no le quepa ninguna responsabilidad en ello. Y eso sin contar con las indescriptibles y necias aventuras que encabeza, junto a esos fantoches que apenas saben pronunciar un par de palabras. Por suerte, como bien se dice al final de esta columna, todas estas payasadas se olvidan muy luego y, ahora citando a Trotski, toda la gente que participa en estos negociados son el polvo de la historia.

  • Anónimo

    La televisión, y en concreto las teleseries, ha destruido la literatura, el teatro, el ballet, los conciertos públicos, todas las formas de representación, el arte, la cultura, las formas de vida. Y terminará por destruirnos a todos como personas, a menos que reaccionemos a tiempo y dejemos de verla para siempre.

  • Mozambique111

    La televisión, y en concreto las teleseries, ha destruido la literatura, el teatro, el ballet, los conciertos públicos, todas las formas de representación, el arte, la cultura, las formas de vida. Y terminará por destruirnos a todos como personas, a menos que reaccionemos a tiempo y dejemos de verla para siempre.

  • Anónimo

    Esta columna me ha producido una enorme satisfacción por lo bien que está escrita, por la valentía de Camilo, porque dice las cosas como son sin andarse con rodeos ni eufemismos y porque he visto las reacciones, casi todas completamente positivas, mejor dicho indignadas ante la avalancha de vulgaridad y estupidez en que nos han sumido las teleseries.

  • piotrilichtchaikowsky98

    Esta columna me ha producido una enorme satisfacción por lo bien que está escrita, por la valentía de Camilo, porque dice las cosas como son sin andarse con rodeos ni eufemismos y porque he visto las reacciones, casi todas completamente positivas, mejor dicho indignadas ante la avalancha de vulgaridad y estupidez en que nos han sumido las teleseries.