Turrito fue llevado del lunfardo a la literatura por Roberto Arlt. De ahí son muchos los escritores que lo han usado. Significa “tonto”, o algo más fuerte.
Desde que estoy en Buenos Aires he leído casi exclusivamente literatura argentina y en un par de textos me he topado con el término: no sé si en Gombrowicz, Laiseca, Aira, Escari.
Jamás lo he escuchado en un bar, en la calle, en el colectivo, cosa que me extraña y me hace pensar en que los argentinos son tan cultos que tienen palabras reservadas para los escritores.
En Chile un turro es una pila o una acumulación, al menos yo ocupo así la palabra.Turro de discos, turro de libros, los turritos se acumulan y hay que deshacerse de ellos.
Un turrón, en cambio, aquí y en Santiago es un dulce duro, con almendras peladas y tostadas. Un turrón puede tirarte un diente. Un Turrón, de hecho, es el nombre de un humorista (fome) de la calle.
Confundido, entre el tontito o algo más, la pila o la acumulación y el dulce que puede sacarte un diente, un día me invitaron a Tu Rito, así, separado.
Tu Rito juega con los significados, porque es un lugar destinado a la literatura y a las artes.
Emplazado dentro de una pequeña galería comercial, Tu Rito es un lugar frío en un segundo piso, con suelo de cemento, y consta de lo que podrían llamarse una terraza y una piecita.
Sus únicas comodidades son la luz eléctrica y unas sillas. A veces se organizan exposiciones, lecturas de poesía, fiestas. He ido varias veces a Tu Rito y siempre sucede algo extraño.
Una vez un poeta chileno estaba tan intoxicado (consecuencias de la ingesta excesiva de whisky), que se puso a convulsionar antes de una lectura; otra fui bien vestido a la fiesta de los mal vestidos porque pensé que era una broma la invitación. En fin, tanto el lugar como el término llaman a equívocos.
Pero también Tu Rito, emplazado sobre Avenida Santa Fe, donde la gente compra ropa linda, tiene su antecedente, y ése es que sus mentoras –las poetas Cecilia Pavón y Fernanda Laguna– tuvieron algo similar llamado Belleza y Felicidad.
Editorial, librería, tienda de ropa, galería, era sitio de reunión de escritores, artistas visuales, e incluso de turritos. Hasta allí iban César Aira, María Moreno, Raúl Escari, en fin toda una escena porteña medio under.
Como no viví esa época, sólo puedo mencionar esto, ya que la única vez que fui a Belleza y Felicidad fue en un caluroso verano de 2004 y el local no me pareció nada del otro mundo.
Claro, había que ir de noche y a las fiestas, ésas no te la podías perder, me dijo Cecilia o Fernanda, no recuerdo bien.
Tu Rito y Belleza y Felicidad me hacen recordar aquellos lugares en donde la escena under, durante la dictadura, se reunía a preservar lo impresentable: performances, tocatas de los Pinochet Boys, muestra de pintura de la Contingencia Sicodélica, lecturas.
Hablo del Trolley, del Garaje de Matucana, incluso de lo que en los noventas se conoció como las Fiestas Spandex.
Hoy no sé si existan sitios así en Santiago o en otra ciudad de Chile. Puede que sí, puede que uno sea el mal informado o el desactualizado, o que simplemente la desidia me ganó, porque en resumidas cuentas qué me impedía crear algo semejante a Tu Rito.
Pero ya que estamos llegando al final, mejor volvamos al comienzo sin nostalgias. Turrito, según un diccionario, es una “persona desvergonzada y de malas intenciones”. ¡Eso soy!