El compositor y tecladista de la reconocida banda de metal nacional “Delta”, Nicolás Quinteros, nos presenta su álbum debut como solista donde demuestra su faceta más docta y experimental, fusionando diversos estilos en su elaboración.
Contando con la participación de reconocidos intérpretes de la escena musical chilena como son “Pato” Trujillo, guitarrista y docente de UNIACC ; Marcos Sánchez en el bajo, quien también es integrante de Delta y en batería Carlos Figueroa ,actual director musical del Festival Internacional de Viña del Mar, nos presenta un trabajo riguroso.
La primera pieza del álbum se titula “Abducción” – título que también denomina el presente trabajo- y que nos aísla del mundo con potentes sonidos de sintetizadores espaciales, preludio al siguiente tema.
“Odisea 78” poderoso trabajo instrumental de unos siete minutos –concepto y estilo que caracteriza a la totalidad del álbum-, que con un inicio progresivo en métricas irregulares, un potente y muy buen “riff” de guitarra y una perceptible base de bajo, da la introducción para que Quinteros entre como el protagonista de tan intenso álbum.
Soleando con un lead de teclado – “a la vieja escuela”-encima de una armonía con órgano Hammond, Odisea 78 es una fusión entre modernidad y rock progresivo característico de la década de los 70, donde ninguno de los integrantes del power cuarteto pasa inadvertido.
En este sentido, la pieza juega con la presentación de los demás integrantes “soleando” al igual que Quinteros, para finalmente terminar en un silencio largo con un pequeño giro rítmico marcando un muy buen comienzo del álbum.
Luego de tan virtuoso tema nos encontramos con “Por la Buena Onda” –título que considero fuera de concepto para el disco- encontrándonos con uno de los mejores track del álbum, con un riff muy mid tiempo con el sonido timbrístico del órgano Hammond en su esplendor y con un muy llenador “Wah- wah” en la guitarra.
Asimismo, el duelo de solos entre teclado y guitarra es increíble. Cada solo muy bien pensado con su desarrollo y fin, logrando una completa integración instrumental y un desarrollo del tema acabadísimo y entretenido.
“Gris Denso”, hace honor a su nombre. Es el tema más denso y gris del disco, con desplazamientos rítmicos, variaciones de intensidad y una guitarra que suena espectacular en los solos.
Lo más destacable es el “ostinato” de la guitarra, como también la improvisación que Carlos Figueroa ejecuta desplazándose del tiempo, logrando una atmósfera irreal para el oyente.
La parte ambiental, ejecutada con un Theremin y un arpegio de guitarra que va “in crescendo”, logra un tema acabado y muy inteligente tanto en su composición y ejecución por Nicolás Quintero.
Para terminar de destacar las más llamativas piezas de este disco en solitario, cerramos con la descripción de “Suite de la Tormenta”, pieza que al más estilo barroco se compone de tres partes que encierran un todo en un solo concepto, la tormenta.
Su primera parte, “La invasión de las Nubes”, un tema de “mid” tiempo con notas largas y un piano propio del barroco es la introducción para lo que viene, “Tormenta” que inicia con un sonido sereno y tranquilo, en el que irrumpe Nicolás demostrando todo su talento como intérprete y compositor.
Con quiebres rítmicos y solos destacadísimos a cargo de Pato Trujillo, finaliza con una base rítmica agresiva y poderosa, terminando con la tercera y última parte más pausada y lenta titulada “Calma y Luz”.
En suma, Nicolás Quinteros nos brinda una excelente obra en su primer álbum como solista bajo el sello “Mylodon Record”, en el que no abusando de su protagonismo y dejando participar a los demás intérpretes, logra un disco dinámico y entretenido.
Estamos frente a una gran creación de un destacado y joven pianista, tecladista y compositor chileno, muy recomendable para los amantes del progresivo y de la buena música.