La juventud no es un estado inherente al folio del carnet de identidad, al parecer, se puede acumular a través de los años, tomando cada vez más fuerza la vieja frase “la política está llena de viejos chicos”, más en el mundo de las candidaturas, donde muchas veces quienes profesan las ideas juveniles no son necesariamente quienes tienen menos edad.
Sin embargo, es indudable que cuando existen más candidatos jóvenes, la participación de éstos aumenta, basta con mirar la alta concurrencia juvenil de las mesas electorales en las cuales participaron Gabriel Boric, Giorgio Jackson, Camila Vallejo y KarolCariola. Pero, cuando el discurso del candidato logra ser más juvenil y transformador que su apariencia, los jóvenes se inclinan abiertamente por las ideas, más que por las figuras.
Berni Sanders, senador socialista, y participante de la primaria demócrata en la carrera presidencial de EEUU, es el candidato más longevo en participación. Nacido el 8 de septiembre de 1941, Sanders tiene actualmente 74 años, 30 años más que el candidato más joven en la carrera Norteamérica, Marco Rubio de 44 años. A pesar de su edad, su pelo blanco y su apariencia de papá Noel, el hombre que marchó en los sesenta junto a Martin Luther King por la igualdad racial, hoy gana por amplia mayoría el apoyo de los jóvenes americanos.
Sanders, ha planteado la necesidad de reformular el sistema económico norteamericano, cuna del capitalismo mundial, generar igualdad de pago entre similar trabajo de hombres y mujeres, respetar y consolidar el pos natal de las mujeres trabajadoras en EEUU y generar un sistema de acceso igualitario a la salud, entre varias otras propuestas de corte “Socialista” o “Progresista”.
¿Cómo es qué el país cuna del libre mercado y la libertad del emprendimiento, hoy ve a un candidato de 74 años, socialista, recibir el apoyo mayoritario de los jóvenes?
¿Será acaso que el sistema económico imperante, si bien ha logrado generar riquezas, ya no puede contener las desigualdades sociales que el mismo forja?
Los jóvenes Norteamericanos hoy nos demuestran que no basta con ser joven para recibir su esquivo voto, sino que desde ahora en adelante, la generación “Milennium” clamará por candidaturas que pongan el acento en la disminución de las desigualdad sociales, y la necesidad de un sistema justo de equidad, de oportunidad, incluso aunque estas propuestas provengan del más longevo de los oferentes.
Ffinalmente los jóvenes han despertado, y votarán por las ideas y no por las apariencias.