Las noticias que llegan de Haití son alarmantes. No se trata de otra epidemia de cólera o de rabia o de la mantención o baja de los índices sociales y económicos del país más pobre de América.
Se trata de que la PNH (Policía Nacional de Haití) está reprimiendo desde noviembre en las calles y matando opositores que protestan contra el fraude electoral del 25 de octubre, en la primera vuelta para elegir Presidente.
¿No vale igual un asesinato político en Port au Prince que en Caracas?
El día 30 de noviembre, la Conferencia Episcopal de Haití se sumó a las denuncias de fraude y reclamó los resultados mañosos entregados por el gobierno. Luego se creó una Comisión en reemplazo del tramposo CEP (Consejo Electoral Provisional) para investigar la cuantía del fraude y antes que ésta llegara al fin de su trabajo el Presidente de la República, Michel Martelly, anunció recién que la segunda vuelta, que debía realizarse en diciembre de 2015, se hará el 17 de enero de 2016, en pocos días más.
Es el momento más grave desde 2004, cuando fue derrocado por segunda vez Jean Bertrand Aristide. Y tal vez desde 1986, cuando huyó del país Baby Doc Duvalier, tirano, hijo de tirano.
En Chile no ha habido nota del gobierno, no ha habido declaración del Congreso (tan sensible a los atropellos a los derechos humanos) y ningún partido político ha tomado en cuenta la dramática situación actual de Haití.
El gobierno del cantante transformista Tet Kalé (Cabeza Rapada o simplemente Pelado o Pelao) Michel Martelly (2011 a 2015), dejó de ser un gobierno ridículo, estrafalario, grotesco, para transformarse en un gobierno tramposo, represivo y criminal. Se está eligiendo a su sucesor. La cosa es seria.
Tet Kalé asumió hace cinco años de extraña manera. Según observadores prestigiosos, esa vez en la primera vuelta Tet Kalé salió tercero y sin embargo pasó al ballotage. Allí enfrentó a quien había ganado en la primera vuelta y la ganó por amplio margen.
En 2011 la Secretaria de Estado de los EEUU era la Sra. Clinton.
Nadie conocía como político a Tet Kalé o Sweet Micky. Era un cantante popular de konpá, de buenos ingresos y, siendo haitiano, vivía en Palm Beach, Estados Unidos. Visitaba Haití en giras artísticas, especialmente en los carnavales, donde, además de tocar y cantar muy bien, hacía transformismo y habitualmente se bajaba los pantalones y hacía su “cara pálida” o simplemente se mostraba en pañales.
En su gobierno volvieron al país el ex dictador Baby Doc y el derrocado y exiliado Presidente Jean Bertrand Aristide. A ninguno de los dos les pasó algo. Aristide está dedicado a la educación y Baby Doc murió, de muerte natural, sin ser juzgado por sus crímenes.
Durante su mandato (digámoslo así) fundó un partido a su imagen y semejanza: el Partido Haitiano de los Pelados (Parti Haitien Tet Kalé). Fue el partido triunfador de las últimas elecciones. No plantea transformaciones de fondo, como otros.
M. Martelly fue en un principio partidario del retiro de la Misión de la ONU. Ahora es, claro, partidario de que se quede lo que queda. La Misión de la ONU sostiene el aparente “Estado de derecho” y ayuda a sostenerlo a él.
Desde el viernes 20 de noviembre decenas de miles de personas están saliendo a las calles de Port au Prince reclamando en contra del fraude electoral.
El partido de gobierno es una especie de máscara tragicómica de los verdaderos mandamases del actual Haití. Y una organización episódica que tiene como líder aparente al actual Presidente. Habría sido votado en 2011 para mitigar, entre los menos politizados, con canto y baile, los trágicos efectos del brutal terremoto de 2010.
La hecatombe sísmica de Port au Prince, la capital, fue el 12 de enero de ese año. Mató a un cuarto de millón de personas, dejó a cientos de miles de heridos, y sin techo a la mayor parte de la capital, una ciudad-población de alrededor de 3 millones de habitantes.
Martelly asumió un año después del terrible sismo con el visto bueno del “Comité para la Reconstrucción de Haití”, encabezado por Bill Clinton, el ex Presidente de EEUU, el dirigente norteamericano más interesado en Haití. Y con el apoyo de la Secretaría de Estado de los EEUU encabezada por la Sra. Clinton. Marido y mujer. El Comité para la Reconstrucción maneja los fondos de la cooperación internacional pos terremoto en Haití, revisa los proyectos de reconstrucción y decide las inversiones en un país donde el Estado pesa una pluma.
Martelly hizo campaña apoyado por EEUU y destacados duvalieristas y a algunos los nombró en su gobierno.
El secretario privado de Bill Clinton, el haitiano Gary Conille, fue nombrado Primer Ministro de Martelly, es decir Jefe de Gobierno de Haití, en 2011.
Además de la ONU, la seguridad del país (limítrofe de los EEUU) la supervisa el Pentágono, que interviene cuando quiere e invade cuando quiere (lo hizo incluso en 2011, cuando llevaban siete años allí las fuerzas de la ONU).
El 25 de octubre de 2015 compitieron, en la primera vuelta, unos 50 candidatos a Presidente y el jefe de la Comisión Electoral Provisional, Pierre Louis Opont, informó que llegó primero el candidato de Martelly y exportador de bananas, Juvenal Moise, del Parti Haitien Tet Kalé, y segundo un cercano al ex Presidente Preval, el ingeniero mecánico Jude Celestin.
Así, la segunda vuelta presidencial del 17 de enero, anunciada por el Presidente, se daría entre Juvenal Moise y Jude Celestin. De seguirse con la línea trazada por las autoridades, que favorecen al candidato del partido Tet Kalé, la segunda vuelta estaría asegurada para M. Juvenal Moise.
Y Martelly, Tet Kalé, el Pelao, después de dejar heredero, volvería a vivir en Palm Beach. Y a cantar konpá, que es lo que sabe hacer.
¿Para eso estamos en Haití ahora?