La semana pasada se aprobó en París el histórico acuerdo en la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, más conocida como COP21, del cual nuestro país ha sido parte. En dicho acuerdo se hizo presente que las promesas de mitigación comprometidas por los distintos países del mundo han sido insuficientes. Los 195 países que participaron lograron por primera vez en la historia de la humanidad un acuerdo universal sobre los métodos para enfrentar el cambio climático y la reducción de los gases de efecto invernadero (GEI).
Un factor generalmente subestimado cuando se habla de emisiones de GEI a escala global es la generación de residuos. Es cierto que los residuos contribuyen en alrededor de un 3 a un 5% de GEI a nivel global, pero es necesario considerar que la cantidad de basura que generamos a nivel global está aumentando agresivamente. Se ha estimado que para el año 2025, la generación de residuos sólidos aumentaría un 70% respecto del 2012. Esto implicaría que hacia el año 2025 la humanidad generaría 6 millones de toneladas diarias de residuos.
La disminución en la generación de residuos es también clave porque es un área que potencialmente puede contribuir mucho a reducir los GEI. Además, la prevención y la valorización de residuos por medio de reutilización y reciclaje evitan emisiones en otros sectores de la economía.
Como país podemos hacer más de lo que hemos hecho para evitar esta forma de contaminación. En Chile los residuos constituyen el cuarto mayor factor emisor de GEI, representando el año 2012 un aumento de cerca de un 44% respecto de los niveles calculados en 1990.
Sólo se recicla en el país menos del 10% y cada habitante produce anualmente en promedio al menos 384 kg de residuos domiciliarios, lo que implica más 6,5 millones de toneladas al año de basura domiciliaria generada en nuestro país.
Por lo demás, la primera evaluación ambiental a Chile elaborada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), comprometió al país a fomentar la valorización de residuos e implementar el uso de instrumentos económicos para el cumplimiento de metas ambientales.
Es en ese contexto, que la próxima aprobación de una ley marco de reciclaje representa un paso fundamental que daremos como país. Esta ley introducirá en nuestra legislación la jerarquía en el manejo de residuos, la cual considera como primera alternativa, la prevención en la generación de residuos y luego la reutilización y/o el reciclaje de los mismos.
Este proyecto de ley, además, fortalece la legislación ambiental, porque establece nuevas competencias del ministerio del Medio Ambiente en gestión de residuos. Ello a través de la dictación de reglamentos que considerarán instrumentos para prevenir la generación, o bien, promover la valorización de desechos mediante el eco-diseño, creando envases con mayor factibilidad de reciclaje; la certificación, rotulación y etiquetado de envases; sistemas de depósito y reembolso de residuos y la recolección selectiva de residuos en su origen.
Otra de las herramientas centrales que utiliza esta ley marco de reciclaje es el establecimiento de un régimen especial de gestión de residuos, llamado Responsabilidad Extendida del Productor (REP).
En dicho régimen se obliga a ciertos productores, importadores o fabricantes, de determinados productos que generan un residuo, a financiar y organizar una cadena de recolección y valorización de tales desechos. Este mecanismo se aplica extendidamente en países europeos, con tasas de reciclaje ostensiblemente elevadas, donde alcanzan porcentajes de revalorización de cerca de 75% y de 100% en ciertos productos.
Esta ley permitirá, además, asumir las externalidades ambientales propias de los residuos -contaminación de suelo y aguas, olores, emisiones, vectores-, disminuir la disposición final de residuos, aumentando con ello la vida útil de los rellenos sanitarios, formalizando, además, el mercado de reciclaje que existe actualmente en nuestro país.
Como país y frente a los compromisos a los que nos hemos comprometido en la Cumbre, tenemos que continuar avanzando en el trabajo legislativo para tramitar la urgente y necesaria ley que crea el Servicio de Biodiversidad; el proyecto de ley que prohíbe el vertimiento de relaves en el mar; y el proyecto ley que fortalece y actualiza la legislación delictual en materia ambiental, el cual ingresé hace un par de años al Senado.
De esta manera, en el contexto de la cumbre COP21 podemos celebrar esta próxima aprobación de la ley marco de reciclaje, como paso fundamental para el fortalecimiento de nuestra institucionalidad ambiental, reduciendo los gases de efecto invernadero para enfrentar el cambio climático.