Cada año, 40 jóvenes de diversas regiones de Chile y Argentina, se reúnen en el extremo austral del país en el Campamento Científico Bayer Kimlu, programa que tiene la misión de formar a la próxima generación de jóvenes líderes en ciencia. De igual forma, cada semana Ciencia Joven trabaja con más de 400 estudiantes en diversas aulas de clases, buscando despertar el interés por la ciencia en niños, niñas y jóvenes.
Hoy, hemos inspirado a más de mil jóvenes en ciencia y, es cuando me cuestiono ¿A qué futuro profesional los estamos incentivando? ¿Qué seguridad les podemos otorgar cuando vivimos en un país con una baja apreciación por la ciencia?
¿Será correcto que más jóvenes sean científicos y se den cuenta que -cuando profesionales- tendrán un futuro incierto y con malas condiciones laborales?
Estas ideas se vieron reflejadas en la carta pública titulada “Nuestros Gobiernos han elegido la ignorancia”, en donde se da cuenta de la deficiente situación que vive el país en términos de ciencia; baja inversión pública y privada, las dificultades en la gestión de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT y, el desentendimiento del Gobierno a las recomendaciones de las diversas comisiones creadas, que recomiendan la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Es ahora, cuando nuestro compromiso por el desarrollo del país y las futuras generaciones debe verse reflejado en pasar de comisiones a acciones concretas que rompan la relación estática del gobierno con la ciencia. Si deseamos abrir más oportunidades para los jóvenes líderes científicos del mañana, es ahora cuando estas demandas presentan su mayor urgencia.
Más que nunca, la formación de los próximos científicos del país y de una comunidad alfabetizada en ciencia, se vuelve central para aportar al desarrollo de Chile. Es la única forma para salir de la ignorancia y ser una sociedad del conocimiento.