El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fue una derrota anunciada para la tesis jurídica presentada por nuestro país. El alegato se centró en si la Corte, tiene o no jurisprudencia, para tratar la demanda presentada por Bolivia.
Obviamente que ellos sentenciaron que si la tienen y de sobra.
Ningún Tribunal Internacional, jamás se auto inferirá una limitación de sus atribuciones, toda vez que aparece como ridículo que se corten las manos los jueces, en su rol de garante para dirimir controversias, entre naciones limítrofes, como es este caso.
Si este resultado hubiese sido un partido de fútbol, Bolivia nos propinó una paliza humillante con catorce goles contra apenas dos de Chile, que no alcanza siquiera para defender el honor patrio.
Esa es la sensación que quedó en el ambiente nacional, no otra, por más que se busquen argumentos falaces o triunfos morales donde no los hay, nos acostumbramos a escuchar de comentaristas supuestamente entendidos explicaciones absurdas, ante la evidencia absoluta, que el resultado nos fue adverso.
Fue una masacre jurídica por donde se mire. Otro desatino que se suma al resultado que se tuvo con Perú, en materia territorialidad marítima. El DT chileno, como sus ayudantes, tienen por dignidad que renunciar indeclinablemente, el resto es irresponsabilidad pura, ante los nuevos partidos que a Chile le tocará jugar en cancha adversa.
Aquí no cabe reforzar el equipo, como se señalara. La campaña realizada por el contrincante sigue dando buen crédito al rival. De hecho la opinión internacional está con ellos, basta ver las declaraciones de los conspicuos gobernantes del mundo, incluidas las del Papa argentino, que de fútbol, sí que sabe.
En definitiva cuando una selección nacional no cumple su cometido, el tratamiento es de schock.
Cambia de estrategia con equipo y todo, o simplemente se va para casa con la cola entre las piernas, lo que nos puede costar muy caro, si no nos entrenamos como corresponde, para enfrentar en mejores condiciones los desafíos que tenemos como país.
No olvidemos el equipo contrario reclama un estadio propio, con vista al mar.Especialmente cuando tiene el viento a su favor. Olvidándose de su pasado, belicoso y pendenciero, por lo que perdieron pan y pedazo.
Bolivia reclama una negociación para una salida al mar con soberanía absoluta y total, en este segundo tiempo, en donde se va al meollo del partido, con jugadores con un alto espíritu ganador, cuyos resultados previos obtenidos, le dan una clara ventaja, sobre nuestro equipo.
Chile entero abriga la legítima esperanza que no se seguirán cometiendo más errores, la hinchada no está de humor, tenemos de sobra con los terremotos y tsunami, para recibir otra tragedia que podemos impedir si salimos a defendernos con la pasión y garra que nos caracteriza.
Por cierto, sí obtuvimos la Copa América, con Sampaoli ese gran DT. Con Gary Medel como defensor en la cancha donde se ven los gallos, no dejaría pasar a ningún rival que intente cruzar la línea divisoria que nos pertenece.
La historia la escriben los ganadores, de los perdedores nadie se acuerda, aunque jugaran en nuestra contra con dos equipos juntos.