La Caja de Pandora ya se abrió.
Pandora en la mitología griega era una mujer, cuñada de Prometeo, que abrió una caja regalada maliciosamente por Zeus a la humanidad. A pesar de la prohibición de hacerlo, al abrirla Pandora dejó que salieran volando de la caja todos los males que inundaron el porvenir del hombre: enfermedades, achaques, la muerte, el vicio y la pasión etc., etc.
Agréguesele en clave chilena: la corrupción empresarial, los funcionarios ineptos, los cuoteos políticos, la desconfianza.Todo.Para colmo , suman y siguen noticias sobre comportamiento de las elites, sumándose al desolador panorama .
Y parafraseando a Murphy , las cosas pueden empeorar.Entra en escena la “arista Soquimich” quien parece que hizo carne en su debido tiempo la vieja premisa de “mojarlos a todos”.A la palestra saldrán nuevas boletas ideológicamente falsas, ahora con mayor cobertura que Penta , abarcando más amplios espectros, y cabe esperar que el escenario se replete con nuevos murciélagos. Por de pronto un ex ministro y actual consejero de un Banco, nos ha mostrado un anticipo de lo que tendremos que oir, cuando reconoce que su Fundación Siglo XXI recibía aportes de Soquimich, “cerrando los ojos”. Desafortunada expresión que los chilenos leemos como la confirmación hamletiana de que “algo huele mal en la comarca”.
Entonces se empieza a debatir si el país, la institucionalidad democrática, la empresarial, la política, están preparados para lo que viene. Por eso algunos hablan de llegar a acuerdos institucionales .
Creo que sería bueno .
Siempre que previamente se conozca la verdad. No puede haber “borrón y cuenta nueva”. No lo hubo en el caso Mop Gate, donde hasta un ministro fue a parar a la Cárcel. Menos puede haberlo ahora.
Si hubiese contubernio, “ alianza o liga vituperable”, para esconder la verdad, sería simplemente caer en la contumacia. Ya sabemos por encuestas, y por todos los medios posibles que existe una crisis de confianza. Los partidos políticos reducidos a una camarilla desacreditada ya no pueden conducir a la sociedad porque sencillamente la ciudadanía ha dejado de ver en ellos la virtud – esa “virtu” de la República romana-, que les confería autoridad.
Es cierto que en política hay una dialéctica entre la moral de la ética y la moral de la conveniencia.También sabemos que en ocasiones hay que “hacer de tripas corazón” y esperar la verdad “en la medida de lo posible”.
Pero creo que en la situación que enfrentamos ni aun esos renuncios son ya posible. Además estimo que las dos conductas morales – la de la ética y de la conveniencia- no se hacen fuego en este caso.
¿Qué hacer?
Partamos dejando que los fiscales hagan su trabajo; que los jueces y la prensa hagan el suyo.Saldrá la pus. Durante un tiempo habrá un rasgar de vestiduras, nos echaremos ceniza en el pelo y tocaremos las campanas a rebato. Los efectos de esto, serían a lo menos dos: sabríamos de que madera están hechos nuestros representantes. Mal que mal en ellos hemos delegado nuestra soberanía.
Y en su oportunidad les quitaremos el mandato si han obrado incorrectamente o se los renovaremos si consideramos que su actuación ha sido buena. Como siempre. Pero con toda la información disponible En segundo término empujaría a las elites a una Glasnot a un gran acuerdo transversal que regenere la democracia y dinamice el país, incluyendo aquellas medidas que Comisiones ya están por proponer, incluyendo las del Presidente Lagos y su excelente página www.tuconstitución.cl
Pero saltarse el paso de darles a los chilenos la verdad amén de ignominioso sería, dadas las actuales circunstancias, inútil. Solo agravaría hasta extremos difíciles de prever, la crisis de confianza que se ha instalado precisamente por actos opacos y poco éticos. Perseverar a nivel mayúsculo en ellos sería más que un crimen, una estupidez.
Volvamos a Pandora y su cajita nefasta.
Dice la leyenda que solo la Esperanza, que de algún modo consiguió encerrarse en el cofre junto con las Plagas, se quedó con nosotros. No se fue volando. La mitología no nos dice que la esperanza haga que las Plagas se vayan o desaparezcan . Pero, de alguna manera misteriosa nos proporciona la Fe.
Tengamos fe en las instituciones. En todas. En especial en la Presidencia de la República , démosle apoyo porque- a pesar de la desgracia de CAVAL-, ha dado instrucciones claras disponiendo que la transparencia sea la norma a todo nivel. Las comisiones creadas por ella apuntan en el sentido correcto.
Así, paso a paso, a despecho de los contratiempos, el bajoneo, la irritabilidad, con la verdad en la mano, hay que confiar .Tener a la Esperanza de nuestro lado. Para que, con su luz frágil, nos permita a todos encontrar un camino racional de salida y enfrentar de ese modo un nuevo y buen comienzo.