30 mar 2015

Ética, ciudadanía y política

He señalado en diversas oportunidades mi preocupación por la carencia reiterada de conductas éticas y aceptables, tanto personales como colectivas en la sociedad chilena. He recibido, por consiguiente respuestas de apoyo y respuestas de rechazo.

Las primeras valoran la insistencia en una materia fundacional de la República. Los rechazos apuntan a lo que les parece una majadería porque aluden que “la política y la vida financiera es así desde siempre y ponerla como esencial de nuestras instituciones de todo orden, es una pérdida de eficiencia porque no la respetarían”.

Valoro sinceramente ambos extremos porque del debate nace la democracia y en su respeto se funda su permanencia. Pero me quedo en mi insistencia, porque romper sus reglas abre el camino a la promiscuidad política y financiera sin límites que enardece a los justos y socava todas las virtudes.

La vieja frase de ” caiga quien caiga” sólo tiene fuerza si se sustentase en la ética de todas y todos los ciudadano hasta los más altos poderes.

En una nota de rechazo me preguntaba ¿y cuáles son los actos y conductas que deberíamos  respetar? En una respuesta breve.

1.- Deberíamos vivir como se habla y como se actúa.

2.-Asumirse una misma conducta en lo personal y colectivo.

3.-Obligarnos a respetar la palabra empeñada a todo evento.

4.-Acoger los principios fundacionales de los partidos e instituciones como regla de oro.

5.-Deberíamos asumir la fraternidad como norma de convivencia.

6.-Buscar la disciplina como criterio de unidad.

7.-Optar la verdad por encima de toda decisión.

8.- En la duda política o técnica optar siempre por el débil frente al poderoso y por el que menos tiene ante el rico.

9.- Entender siempre que primero está Chile, después los partido e instituciones y después nuestro yo.

10.- Deberíamos siempre respetar  la igualdad entre todas y todos en cuanto persona asumiendo los Derechos Humanos y establecer sus Deberes como individuos.

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