En múltiples spots publicitarios se invita a los afiliados a la AFP a ahorrar voluntariamente (además de lo definido por ley) con el fin de que el cotizante obtenga una “buena jubilación”. Y los actores contratados para la propaganda, con vehemencia “trágica” (lo pongo en comillas para intentar graficar la buena teatralidad de los slogan) intentan convencer a los usuarios de los beneficios de esta práctica.
Por otra parte, algunas AFP usan “rostros” (se me viene a la mente un exitoso entrenador de fútbol) para intentar convencernos de las mismas benevolencias del sistema.
Sin considerar que ninguna mente sana pueda creer que millonarios personajes tengan preocupación real por sus jubilaciones y que incluso se nos haga creer que “rostros” que trabajan en el extranjero ( el mismo entrenador de fútbol), coticen en el sistema nacional y para jubilar con una buena pensión, según se dice, parecida a su remuneración histórica.
Bienaventurados los “rostros” que han hecho de su fama un medio generador de dividendos y por cierto de seguramente abultados honorarios por aparecer en las campañas publicitarias.
Innumerables estudios dan fe de la falacia del sistema de AFP. Incluso uno de sus inventores -y hermano de un ex presidente de la República- ha argumentado de la ineficacia de la sociedad para darse cuenta del evidente robo y por lo mismo reclamar ante este hecho.
Elocuente es el silencio de los parlamentarios, que pululan (si no ellos mismos sus parientes) en los directorios de las mismas administradoras.
Muchos han puesto en evidencia las ganancias del sistema para sus dueños y más que muchos hemos callado.
Se suma a esto la desvergonzada incapacidad del sistema para elegir dónde hacer crecer los fondos y se le ha entregado a los cotizantes la responsabilidad de mantenerse al día en asuntos bursátiles a la hora de elegir y/o cambiarse de fondo (desde el más riesgoso hasta el más conservador).
Ni los administradores forzados del Estado en los años `70 y `80 se cambiaron al nuevo sistema (me refiero a los militares por si hay alguna duda), inventado por ellos y sus secuaces. Seguramente tenían información privilegiada y no se suscribieron a sabiendas de ante mano que el sistema era malo.
En suma, el porcentaje legal que entrega el sistema te dará una jubilación miserable y debes entregar más dinero para lograr una mejor jubilación, la que seguramente será menos miserable, pero te queda el consuelo de haber hecho más ricos a los que administraron tus dineros.
Al César lo que es del César dijo el hijo del carpintero de Belén. Y dar hasta que duela dijo el Santo, aunque esto signifique haber dado al menesteroso dueño del Sistema que construye locales con 20 box de atención pero sólo contrata cinco dependientes.No sea cosa que le bajen las ganancias por contratar tanta gente para atender a los usuarios.
Suma total, ruina completa. Menos mal -dice el creyente- que existe el infierno, porque si las injusticias y pecados se pagaran en este mundo, hay algunos que debieran y/o debieron haber vivido más de 500 años.