18 nov 2014

Prepotencia, seguridad y derechos, un caso paradigmático

Si algo debe caracterizar a las democracias es la seguridad de los ciudadanos, no sólo respecto de los delincuentes, sino sobre todo de que las policías actúan de modo legal, justo y respetuoso.Nadie es culpable mientras no haya antecedentes para suponerlo vinculado a un delito y todos los ciudadanos deben ser tratados en forma respetuosa.

Cuando las policías se sienten con derecho a  cualquier cosa, la sociedad sufre y se pueden producir tragedias. Por ejemplo, cuando un policía entra a una vivienda de modo subrepticio, sin identificarse como tal, sin permiso y sin mostrar la orden que respalda su conducta, se expone a que el dueño de casa suponga que es un delincuente y le dispare en defensa propia.

Los ciudadanos necesitamos saber que nuestro respeto a la ley y a las personas, encuentra en la conducta de los policías y de las autoridades un referente ético superior. En tiempos de dictadura pasaba de todo y por eso luchamos con empeño sin igual y riesgo de nuestras vidas. Y siempre esperábamos que eso no pasara en democracia. Pero no es así y para muestra un botón.

A ver, a ver, botones hay todos los días, pero los aparatos comunicacionales de las policías, apoyados por canales de televisión y otros aparatos publicitarios desarrollan una capacidad para presentar las cosas que borra las evidencias de su arbitrariedad. Pero cuando eso pasa en sectores diferentes, quedan en evidencia, lo que da pábulo a que reclamemos no sólo por el caso cercano, sino además por el derecho de esos habitantes de Chile que viven en zonas pobres de las ciudades.

La noche del sábado al domingo, cuando el reloj marcaba la una y media de la madrugada, sonó el timbre en la casa de Ricardo Hormazábal, abogado, ex diputado y senador, ex embajador, candidato a la Presidencia de la Democracia Cristiana, a 50 metros de la Guardia de la Escuela de Carabineros en la comuna de Providencia.

Contestó el citófono su esposa. Preguntaban por un sujeto que no vivía ni estaba allí (y de paso que jamás había vivido en esa casa). El tono era perentorio y la insistencia rayana en la majadería. Atendida la imprudencia de la hora y luego de que el requirente se identificó de palabra como funcionario de Investigaciones, Hormazábal bajó a la puerta.

Repitieron la pregunta sobre el desconocido – de quien luego el dueño de casa se enteró que era buscado por estafa – en tono y actitud descomedidos. El diálogo no fue grato, pues Hormazábal reclamó su derecho a la tranquilidad hogareña, señalando que esa pregunta sobre si el prófugo vivía o no allí podía hacerse en horas normales y si tenían dudas podrían marcar un punto de vigilancia o algo así.

La respuesta, prepotente, fue que ellos trabajan a la hora que quieren y amenazaron a Hormazábal con detenerlo si acaso no les mostraba de inmediato su cédula de identidad.

Podemos imaginar el cuadro. Estaban en la misma zona en la que tiempo antes habían entrado a robar en casas vecinas, a vista y presencia de las guardias policiales, en el silencio del famosillo e inútil plan cuadrante y la imposibilidad de conseguir que concurrieran detectives a investigar los delitos. Pues ahora, sin nada mejor que hacer, realizaban este hostigamiento inaceptable.Por cierto que no hubo detención, pues el jefe de la patrulla se percató de que sería contraproducente seguir adelante.

Es claro que se trataba de una típica actitud abusiva de los que sienten que no hay poder suficiente para oponerse a ellos y que los derechos de los demás sólo existen en el papel y en la teoría.

No es, como han creído algunos adherentes de la causa que encabeza Ricardo Hormazábal contra las AFP por sus abusos ilícitos, de una represalia política. No creo que la policía haya llegado a esas bajezas. Al menos no todavía.

Es sólo su conducta de estirar la cuerda tanto como se pueda, como lo dejó de manifiesto el comisario, jefe de estos infractores con placa policial, que a instancias de un ex diputado y ex detective, llamó a Ricardo con el pretexto de excusarse, pero en realidad lo que hizo fue ratificar y respaldar la conducta de su personal.

Un amigo de Hormazábal se preguntaba, si esto pasa con alguien de esta importancia política, ¿cómo será el trato para los ciudadanos comunes y corrientes y con los pobres que viven en las poblaciones? La pregunta es válida, sobre todo cuando vemos algunos programas de televisión en que los detectives salen con periodistas a hacer allanamientos. Se actúa con prepotencia, no siempre con respaldo de órdenes y los ciudadanos temen oponerse a quienes sienten todopoderosos.

La actual conducción de la policía civil ha tratado de mejorar la imagen de una institución desprestigiada por las conductas de sus integrantes por décadas. Incluso ha separado de sus funciones a algunos de los suyos que han sido sorprendidos cometiendo delitos graves o han estado vinculados a narcotráfico. La corrupción anida en los organismos cuyos integrantes creen que nadie les pone límites. Pero en democracia no es así y todos, incluso los que están buscados por la policía, tienen derechos y deben ser respetados como personas.

Este caso, grave, delicado, debe llamar la atención de las autoridades para dirigir con más cuidado sus instituciones y debe poner en estado de alerta a una ciudadanía que tendrá que perder el miedo y fijar límites claros a las prepotencias policiales.

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  • Pedro Vergara Garcia

    Que esperamos de una institución que no entrega una formación adecuada,donde no se controla la idoneidad moral y sicologica del personal,donde con unos meses de formación se le entrega un arma y la autoridad a jóvenes que no saben ni escribir o redactar un parte.el abuso de autoridad y fuerza contra la ciudadanía es frecuente,y nadie dice nada,si el policía se hubiese identificado y no hubiese pateado la puerta es posible que estuviese vivo.

    • Hugo Cortés

      Disculpe Pedro pero usted tiene información errónea. La carrera policial de carabinero dura 4 semestres por lo que, si la comparamos con las carreras universitarias en cuanto a tiempos de estudio, podría equivaler fácilmente a una carrera técnica. Por otro lado, un supuesto bajo nivel educativo no tiene que ver con corrupción ¿cuántos personajes hemos visto en los máximos poderes del país, algunos hasta con doctorado, coludidos con la delincuencia?

  • Víctor Pérez Arancibia

    Sr. Hales de acuerdo en muchas de sus palabras y también sorprendido por el gran espacio que tiene para poder dar su opinión, espacio que nos gustaría tener las personas como dice el amigo de Hormazábal sin la importancia política, o sea comunes y corrientes.
    Desde el punto de vista que Ud. hace que necesitamos de la policía y autoridades un referente ético superior es cierto, en la lucha diaria contra la dictadura siempre buscamos lo mismo, pero Ud. está viendo un solo lado y no comenta o no sabe lo que está ocurriendo en estos momentos(y hace años)en la “zona roja de la araucanía” donde la policía no puede actuar para defender a sus ciudadanos porque es “politicamente incorrecto” para la autoridad de turno poner freno a la violación de los derechos humanos , constitucionales, despojos y posterior ocupación de tierras ya sembradas y trabajadas durante años por la mal llamada “causa mapuche”.
    Cuando escribía lo priviligiado de que Ud. pueda tener un gran espacio de opinión me refería a que radio Cooperativa presto nulo interes a una carta enviada donde hacía notar las injusticias que se están cometiendo en la zona señalada, nulo interes al ser una persona sin importancia política, común y corriente que ve con desesperación lo que esta sucediendo, esperan una masacre, un paro general del transportes para actuar?.
    Nuestras autoridades tienen a carabineros de brazos cruzados, con balines de goma contra escopetas y pistolas de verdad que tienen estos delincuentes donde no dudan en poner a sus mujeres y niños frente de una barricada o enfrentamiento, no hablo por lo que dice El Mercurio y asociados hablo por lo que he vivido, repito lo que escribe: “botones hay en todos lados, pero el aparato comunicacional……….”se da cuenta que es lo mismo, la información que le doy no se da en ningún medio y/o se achica hasta hacerla invisible.
    Botones hay muchos, uno de estos es de mi familia que tuvo que abandonar un campo pequeño(muy pequeño para que las autoridades solucionen…..”sin importancia política…”) 50 años
    de trabajo por nada, años de hostigamiento por una familia muy grande de comuneros mapuches donde tienen un “lonco”que en los últimos días de Octubre destruyó cercos para poner sus animales, disparando en las noches, quebrando vidrios y golpeando las humildes paredes de madera de la casa, amenazando directamente al matrimonio ya grande(70 años y más)que le quemarían casa(ya lo habían hecho con otros parceleros)si no se iban, este “lonco” llegó a amenazar cuando estaba la dueña de casa sola…sola..que cobardía ,
    Fue la gota que llenó el vaso y decidieron dejar sus tierras por MIEDO, hay denuncias en fiscalía, carabineros….no hubo caso y salieron casi con lo puesto porque estos comuneros no dejaron sacar más cosas, se pudieron retirar los muebles de casa y dejaron herramientas, materiales….TODO, esto en medio de balazos y barricadas, a pesar de que carabineros tenía una orden de custodia para esta forzada mudanza esta no se pudo cumplir porque estos “infantiles revolucionarios” como los llama el Intendente se habían tomado un fundo(imagino grande…con importancia política) y todos los recursos humanos y materiales los destinaron al desalojo de ese fundo dejandonos con la orden de fiscalía…..en la mano.
    El INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS se hace parte en varias causas…algunas causas. Fui a sus oficinas, envié cartas a una directora pero nada, no hay interes, tengo pruebas donde el ESTADO no ha protegido a sus ciudadanos, donde los atropellos humanos son evidentes, donde se discrimina por “SER CHILENO”..nada.
    Sr. Hales sí está en Ud. averiguar estos problemas y comentarlos vería que el titular de su opinión es también para los que están sufriendo “en la otra cara del conflicto mapuche”
    Hoy el matrimonio de la tercera edad está EXILIADO, expulsado de sus tierras, solo por el hecho de que nadie se ha hecho cargo de este problema y lo más irónico “por ser chilenos”.
    El “infantilismo revolucionario” está en estos momentos viviendo en una casa y terreno que no les pertenece y ya usufructuando de una cosecha de frutos y bosque que no les pertenece…Sr. Hales que nos pasó para permitir lo mismo que en los años setenta y ochenta tanto nos costó recuperar. DERECHOS HUMANOS Y CONSTITUCIONALES.