Hace poco, tuve la grata oportunidad de ser invitado por el Gobierno de nuestro país para formar parte de la comitiva que acompañaría a la Presidenta Michelle Bachelet en su visita de Estado a España y Alemania. El viaje, tenía un objetivo claro: fortalecer los lazos comerciales de Chile con ambos países y promover las políticas de carácter energético y de infraestructura presentadas por la actual administración.
De acuerdo a ello, me gustaría compartir una serie de hechos que creo considerar relevante durante la visita al Viejo Continente.
Cuando pisamos el primer peldaño del avión, la unión entre todos los integrantes fue inmediata, puesto que nos convertimos en un verdadero equipo, en una verdadera selección, la que claramente, debía posicionar a nuestro país de la mejor manera en las materias a tratar. En esta ocasión, dejamos “un poco” de lado las diferencias ante diversos temas para trabajar por un objetivo común y créanme, que creo nunca haber visto al sector público y privado tan unidos, casi como una pareja, casi como un matrimonio “bien avenido”.
Quisiera destacar la importancia que tenía cada uno de los que fueron parte de este viaje, pues quizás nosotros nos preocupamos más de cómo nos representa “La Roja” en el exterior, cómo nos representan nuestros jugadores en diferentes equipos a nivel mundial, pero hay otra Selección a la que también le deberíamos dar importancia, pues el papel que cumple la Comitiva Presidencial en estas ocasiones, es fundamental para Chile, ya que de ellos dependen una serie de inversiones en áreas imprescindibles para el crecimiento nacional y la cooperación económica.
En este sentido, me llama mucho la atención el trato que tienen los ciudadanos de otros países con sus respectivos mandatarios, ya que a pesar de que pueden discrepar en diferentes aspectos, siempre se refieren a ellos como “mi Presidente”, manifestando así, una señal de unidad y de representación.
Creo que este acto debiese replicarse en nuestro país. Con el tiempo, las autoridades han perdido el respeto y la admiración de un país que tiene la virtud de poder escoger su representatividad, pero que al momento de asumir, no se sienten identificados con ella.
De acuerdo a lo recogido en España y Alemania, les puedo comentar que se tiene una imagen muy positiva de Chile y ello es gracias a las relaciones generadas entre diferentes autoridades a lo largo del tiempo.
Durante mi estadía en España, me llamó mucho la atención la aprobación que tienen los inversionistas hispanos en nuestro país, con respecto a las nuevas políticas económicas- Reforma Tributaria-, puesto que ninguno de ellos resaltó un hecho negativo ante esta materia. No me parece justo que tengamos que salir de nuestro territorio para que valoren nuestro trabajo, siendo que el principal reconocimiento debe provenir de “nuestra casa”.
Cuando la Presidenta Michelle Bachelet fue recibida por los Reyes de España, tuvo un lapsus lingüístico al momento de levantar la copa y decir “Viva Alemania”, en vez de nombrar al país en el que nos encontrábamos. Inmediatamente, supuse – no di por hecho- que los titulares de la prensa nacional, resaltarían este hecho y no todas las ideas y expresiones que tuvo la Mandataria para posicionar a Chile en el mejor nivel.
Si realizamos una analogía entre política y fútbol – comparación no muy agradable para muchos- nos podemos encontrar con la similitud de que en ocasiones se recuerda más a los futbolistas por los escándalos en los que se han visto involucrados en vez del éxito que han tenido durante su trayectoria. Eso sí, quiero dejar en claro, que esto a todos nos pasa, pues yo no sé si me acuerdo más de Pinilla por su fallido travesaño o por la historia del Rey León.
Volviendo al tema, creo que es momento de que en nuestro país veamos las cosas de mejor manera, no sólo no quedemos con lo negativo de las cosas, seamos más positivos.
Cuando llegué de retorno al aeropuerto de Santiago, me cuestioné el por qué las percepciones con respecto a Chile son tan diferentes, por qué temas tan importantes como fueron los abordados en Europa finalmente pasan a ser desapercibidos por dar tribuna a cosas que carecen de importancia.
Propongo comenzar a valorar a esta “otra Selección Nacional”, esa que está formada por empresarios, ministros, miembros del sector público, del sector privado etc., pues no me cabe duda de que la unidad que vivió este equipo, es el mejor activo que puede tener nuestro país en materias internacionales.