En un artículo publicado en la revista Américas, Vol. 43, Número 3, año1991, la Doctora Georgette Dorn, jefe de la Hispanic Division de la Biblioteca del Congreso de EUA y profesora en la Universidad de Georgetown, Washington, escribió lo siguiente: “contestando a nuestras preguntas sobre el feminismo, [Elena] Castedo opina que pese a haber logrado resultados muy positivos, por otro lado éste sigue todavía sin solucionar los problemas más importantes: los derechos de la mujer llamada “no empleable” y el derecho fundamental del niño a recibir la atención debida de sus padres en la medida en que lo requiere cada etapa de su crecimiento emotivo.
Las ciencias sociales han demostrado ampliamente, dice Castedo, que la mayoría de los problemas de inestabilidad mental, incluyendo la drogadicción, provienen de dificultades nacidas en la infancia y adolescencia.
Sin embargo, agrega, los padres no están otorgándoles más tiempo a sus hijos. Los organismos internacionales, los gobiernos y las empresas privadas deben establecer y practicar reformas laborales que establezcan un sistema donde ambos padres tengan horarios alternados de trabajo, para así turnarse con el cuidado y la supervisión PERSONAL de sus hijos.”
Han transcurrido veinte años desde que yo proponía en diversos ámbitos la adopción de tales medidas. ¿Qué ha pasado?
Debido al mejor estándar de vida general en los países llamados desarrollados, jamás en la historia tantas personas han tenido la opción que existe ahora de vivir independientemente, en un núcleo familiar compuesto por padres e hijos.
Esto significa que los niños ya no viven normalmente en un amplio entorno familiar, que además de sus padres, incluía a abuelos, tíos o tías o/y otros parientes. Pese a algunos problemas de convivencia, aquellos familiares contribuían a suplir importantes necesidades, tales como cariño, comprensión, protección contra negligencia, o excesiva autoridad o excesiva indulgencia, etc.
En el reducido núcleo familiar de hoy, cuando ambos padres trabajan horarios similares fuera de casa, a menos que venga al rescate una abuela sacrificada (es raro ver a un abuelo), el niño pre-escolar queda a la deriva, al cuidado de personas ajenas.
Desde la antigüedad, los padres de familias acomodadas han recurrido a la servidumbre de mujeres sin recursos para que les críen a sus hijos. Al contrario de EUA, donde casi han desaparecido, en Latinoamérica y en Europa todavía existe la “trabajadora doméstica,” o “asistenta,” (en esta última son inmigrantes a menudo ilegales).
Estas encuentran empleo en casas donde las madres trabajan o por necesidad económica o por razones personales, y también en casas donde las madres no trabajan fuera de casa pero evitan la responsabilidad del cuidado de sus hijos.
A menos que una “trabajadora doméstica” sienta vocación por esa labor, este es un sistema indigno de una democracia. Peor aún cuando una mujer humilde está imposibilitada por las circunstancias de su proveniencia a cuidar de sus propios hijos y obligada a cuidar a los hijos de otros.
No hay lugar en este Blog para exponer el peligro y el daño psicológico que este sistema impone no solo a los hijos de empleadora y empleada, si no también a la trabajadora doméstica, (ni tampoco hay aquí lugar para discutir qué medidas deberían tomarse para que miles de mujeres puedan elegir otras alternativas y no solo la servidumbre “doméstica”).
La sociedad de muchos países ha respondido a la situación en que ambos padres trabajan con la creación de instituciones donde los niños a veces están bien cuidados y reciben cariño y a veces no. Este método es preferible al anterior, pero ninguno de los dos es capaz de sustituir el amor, la dedicación y la educación de un padre o una madre.
Lo que la sociedad no ha hecho, y no he sabido de ningún plan al respecto, es organizar los horarios laborales en forma alternativa para que los padres puedan cuidar a sus hijos personalmente, quizás con un interludio en que los niños estén en una institución un par de horas diarias.
¿Qué puede ser más importante para una sociedad, y para un padre o una madre, que influir en la salud mental (que además afecta la salud física), la felicidad, la ética y el sentido de responsabilidad social de un ser humano, cuyos gérmenes se desarrollan en los primeros años de su vida?