Lograr acuerdos transversales del espectro político, para llevar adelante reformas estructurales relevantes para el país, es sin lugar a dudas importante para el sistema democrático. Adoptar criterios comunes con el adversario político ante definiciones que implican cambios profundos en la sociedad, da cuenta de una madurez política que se traduce en mayores niveles de legitimidad para la reforma misma y gobernabilidad para el futuro.
En definitiva, es lograr instalar una visión de Estado, una mirada con sentido común por el bienestar, calidad de vida y progreso de Chile.
El acuerdo logrado en torno a la Reforma Tributaria constituye un gran logro político para el gobierno, la Nueva Mayoría y el país. El gobierno llevó adelante una reforma resistida por la derecha, que atentaba contra su ethos económicamente liberal y de apoyo al empresariado, pero logró sentarla a la mesa de negociación y sellar su apoyo.
Es un logro relevante que estuvo relacionado con el contexto político.A pesar de la campaña desplegada en contra de la reforma, un sector importante de la opinión pública se mantuvo firme en su apoyo, lo que hacía elevado el costo de mantenerse en contra.
El apoyo político que mantuvo la Nueva Mayoría fue un elemento imprescindible para que el gobierno pudiese lograr un acuerdo con la derecha.Este es un factor que se pasa por alto, pero tuvo la mayor importancia, sin ese respaldo no habría habido piso para llevar adelante la negociación. Finalmente, es un éxito para el país, ya que con los recursos obtenidos se podrá avanzar en lograr mayores niveles de igualdad en nuestra sociedad.
Sin duda en la negociación con la derecha se perdieron puntos relevantes que fue doloroso entregar. También podemos decir que no se avanzó lo suficiente, ya que no se abordaron de forma específica sectores claves de la estructura productiva.
Considerando lo anterior, sí se puede afirmar que se mantuvo su núcleo básico, avanzar en un sistema tributario menos regresivo, cerrar espacios para la elusión y recaudar 3.2 puntos del PIB. Esta es una lección que nos debe servir para el futuro, los acuerdos tienen un límite que está dado por los objetivos de la reforma.
La manera en que se desarrolló la negociación es un punto sobre el cual debemos colocar atención.Este fue uno de los aspectos que generaron los mayores costos para la Nueva Mayoría. La forma en cómo se llegó al acuerdo se hizo a costa de la transparencia que la política debe tener tanto entre sus actores como ante la ciudadanía.
El proceso de toma de decisiones también afecta la legitimidad, no nos podemos escudar en los resultados de un acuerdo para sostenerlo a cualquier costo. La desconfianza que se instala en la opinión pública puede opacar la foto de todo el espectro político sonriente sentado en la mesa firmando un acuerdo.
Descuidar la transparencia sólo perjudicará la percepción de la gente y la legitimidad de los cambios.Los cuestionamientos a esta manera de alcanzar acuerdos reflejan precisamente el ánimo distinto con el que asume la ciudadanía el entendimiento al que pueden llegar los actores políticos sin el escrutinio público.
Nuestro sistema democrático ya no resiste esta forma de tomar decisiones. La distancia de los ciudadanos con los actores políticos sólo se acrecienta en situaciones como estas, lo que debilita nuestras instituciones.
Hoy se nos exige un ejercicio transparente de la función pública, que incluya deliberación y entendimiento entre los actores políticos en conjunto con la sociedad civil. La desconfianza de la ciudadanía hacia la clase política y las instituciones socava profundamente la calidad de nuestra democracia. Este es otro aprendizaje para las reformas que tenemos por delante.
Finalmente, es importante que se cumplan las medidas que el gobierno ha prometido impulsar, las que en buena medida ayudaron a su aprobación. Algunos de estos puntos son: la creación de un comité de expertos que proponga una nueva institucionalidad alternativa al DL 600 para la inversión extranjera; el fortalecimiento de los Tribunales Tributarios y Aduaneros y la profundización de los impuestos correctivos mediante el establecimiento de un gravamen a alimentos con alto contenido de azúcar, propuesta que deberá surgir de una comisión de expertos de Hacienda y del ministerio de Salud.
El proceso de reformas no ha terminado, quedan importantes desafíos por delante.Lograr acuerdos en torno a las reformas será un objetivo primordial. Solamente quisiera reiterar, que para alcanzarlos, es preciso tener presente por lo menos cuatro elementos.
Primero, la unidad política de la Nueva Mayoría que se ve tensionada por el afán del gobierno por llegar a acuerdos con la derecha. Segundo, la transparencia en el proceso de articulación de los acuerdos. Tercero, cumplir con lo estipulado en los mismos y cuarto, el límite para llegar a acuerdo son los objetivos que persigue la reforma.