El Gobierno ha lanzado una campaña destinada a la vacunación de niñas contra el virus del papiloma humano (VPH). Éste se contrae por el contacto sexual. Sin embargo, causa muchos más problemas a las mujeres que a los hombres. Mientras para ellos es, en el mayor parte de los casos, asintomático y sólo en un porcentaje menor de varones ocasiona males severos, en las mujeres algunas de sus variedades pueden acarrear problemas tan graves como el cáncer cérvicouterino que lleva a la muerte a unas 600 jóvenes al año, siendo la segunda causa de muerte en el género femenino.
Con la vacunación se recoge una preocupación que por años habíamos venido planteando junto a organizaciones de mujeres. Desde hace algún tiempo se contaba con vacunas probadas a nivel mundial para reducir el riesgo de contraer el VPH, las que no se habían logrado incorporar a los planes masivos del ministerio de Salud. Sólo estaban disponibles para quienes pudieran pagarlas, lo que era muy injusto.
Se ha determinado por las instancias especializadas que la vacuna se inoculará a todas las niñas de entre 9 y 10 años, vale decir de cuarto básico, en los colegios, sean públicos o privados. En total serán unas 125.000 escolares. Se aplica a esta edad porque la eficacia mayor se logra cuando aún no se han tenido relaciones sexuales. Para asegurar efectos duraderos en el tiempo se requieren dos dosis, por lo que el año venidero se pondrá la primera a las nuevas alumnas de ese curso y la segunda a quienes sean vacunadas este año.
Las autoridades han asegurado que la vacuna es inofensiva para las niñas, habiendo sido testeada ya en más de 65 millones de personas en los Estados Unidos no presentando consecuencias adversas distintas a las de cualquiera otra vacuna incluida en el Programa Nacional de Inmunización, como algún grado de enrojecimiento y dolor.
De este modo, luego de unos años de aplicación se habrá logrado disminuir la probabilidad de contraer estos tipos de cáncer a muchas mujeres, minimizando, además, la brecha social que existía entre quienes podían acceder a la vacuna y quienes no.Nuestro país alcanza con esto a naciones que la habían incorporado a sus planes de inmunización masiva en años recientes.
Debe señalarse con claridad que la vacuna no excluye la realización habitual del papanicolau para las chicas vacunadas cuando alcancen la edad adulta, pues la vacuna logra un importante abanico de protección, pero no es total. Con mayor razón el PAP es imprescindible para quienes no recibieron nunca la vacuna. La detección a tiempo de lesiones precursoras en el cuello del útero logra prevenir o curar el 100% de los casos.
Por ello, en el Parlamento estamos también tramitando una moción que presentamos junto a diversos diputados para que pueda otorgarse media jornada de permiso laboral anual para realizarse exámenes preventivos como éste.
La idea es evitar este cáncer y también otros, como el de próstata en los hombres, con una prevención activa y responsable de cada persona y el apoyo de los programas públicos.