02 sep 2014

¡Winnipeg 10%!

En el mundo de las cifras que todo lo mide podemos observar que entre México y Chile la relación entre número de habitantes es 118.000.000 millones para México y 17.000.000 millones aproximadamente para Chile.

Es interesante vernos como el 10% aproximado de un país como México, porque en escala menor respondemos a los temas de desarrollo humano y cultural de manera parecida, los cuales motivan esta columna de opinión.

Al recordar que el día 3 de septiembre de 1939 desembarcaron en Valparaíso, cerca de 2.000 españoles republicanos, sus hijos e hijas sobrevivientes de la guerra civil española, entendemos mejor una de las tantas líneas de acción que nos unen con los mexicanos.

En el gobierno de Lázaro Cárdenas recibieron a unos 22.000 refugiados españoles y en Chile el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, siendo Cónsul Pablo Neruda recibió al Barco Winnipeg. Otros países también se hicieron cargo de inmigrantes españoles, pero no comprometidos como Estado.

El intercambio cultural constante, los sentimientos de mutuo cariño que nos llevan a buscar nuevos caminos que fortalezcan nuestras relaciones bilaterales, nos unen.Sin embargo las diferencias y la desigualdad, la brecha en la distribución del ingreso también nos identifican para buscar las respuestas adecuadas a estas debilidades.

El museo de la Ciudad de México albergó una muestra de la historia del exilio español, así como Chile en el Centro cultural Padre Carmelo hizo lo mismo. Recordar y conmemorar hitos dolorosos de la guerra española, sabiendo que la memoria y la transmisión a las nuevas generaciones, permiten sanar las heridas y que nazcan cosas nuevas.

El exilio español en Chile y México entregó y creó sabiduría, conocimiento, arte y cultura.

Más allá de la inmensidad y pequeñez de las cifras que nos hacen diferentes, por la cantidad de habitantes de cada país, la solidaridad y la cooperación nos hace igualmente humanos.

Agradecemos la llegada de esos españoles que en un mes como septiembre del año 39 iniciaron una travesía de resilientes que dejaron un legado de personas de bien que trabajan día a día por México y Chile.

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  • Rosario Ferrer

    Soy heredera orgullosa del legado que trajo consigo el Winnipeg, ese barco de carga habilitado para no más de 50 personas, pero que a las costas del país pudo traer a miles de refugiados para iniciar aquí su nueva vida. Me alegra saber que año a año se recuerda con gratitud y admiración este cargamento humano que tan bien hizo a Chile. Me alegra también que mi país, desde la solidaridad, haya cobijado a estos españoles a quienes hizo sus propios hijos.

  • Rosario Ferrer

    Soy heredera orgullosa del legado que trajo consigo el Winnipeg, ese barco de carga habilitado para no más de 50 personas, pero que a las costas del país pudo traer a miles de refugiados para iniciar aquí su nueva vida. Me alegra saber que año a año se recuerda con gratitud y admiración este cargamento humano que tan bien hizo a Chile. Me alegra también que mi país, desde la solidaridad, haya cobijado a estos españoles a quienes hizo sus propios hijos.