27 ago 2014

La cueva de Alí Babá

Los dos últimos gobiernos regionales se destacaron no por ser los más eficientes, si no por ser los más corruptos. Las autoridades, nombradas por el Ejecutivo, actuaron al margen de la ley convencidos que los fondos regionales eran un botín de guerra personal.

En la administración del Intendente Iván de la Maza a sus principales funcionarios poco les faltó para llevarse hasta la caja de fondo a su casa. Ni mencionar los departamentos que arrendaban, para mayor comodidad y privacidad, de sus cómplices y/o encubridoras.

La justicia es ciega, sorda y muda, tarda pero llega.Varios de ellos fueron condenados y están pagando sus fechorías en la cárcel.Es de esperar que no salgan muy pronto porque son un verdadero peligro en libertad.

Fue un duro golpe para el designado jefe regional de la época. Acusación de la que jamás podrá reponerse. El escándalo fue proporcional a los montos involucrados, ensuciando a moros y cristianos. Inclusive a algunos honestos servidores públicos que no tienen arte ni parte en el daño patrimonial causado.

Como maldición profética, nadie se escapa de esta epidemia incrustada en el corazón del gobierno de la V región, salvo honrosas excepciones.

Sebastián Piñera, entre otras de las tantas promesas incumplidas, juró, al asumir su mandato, acabar con la “corruptela” principalmente en los gobiernos regionales y comunales, nombrando específicamente a la Región de Valparaíso.

Había que ponerle atajo a las redes de inescrupulosos que se apropiaban indebidamente de los dineros del Estado, los cuales obtenían malamente a través de proyectos brujos o inexistentes. Hecho que conllevaba un engaño compulsivo a sus superiores.

La mancha negra y deshonrosa era ya un estigma que caracterizaba al gobierno de la Perla del Pacifico, por tanto la nueva autoridad debía estar atento, mano firme y mucho ojo.

El Intendente Raúl Celis, hombre de confianza del mandatario electo, fue nombrado para poner coto a tan malos hábitos. Barrer con aquellos que se acostumbran apropiarse de lo ajeno, sobre todo si son dineros de todos los chilenos. Al parecer, no estuvo atento ni puso el debido ojo, a sus malévolos colaboradores perversos.

Las sorpresas no se dejan esperar. Antes de terminar su infausto mandato, se vio en la triste y dolorosa obligación de denunciar ante los Tribunales de Justicia a sus principales y más cercanos asesores, por malversación de fondos públicos.

Recientemente se dictó sentencia sobre ellos. Condena con años de cárcel para acompañar a sus predecesores, quienes conforman un equipo de expertos en cómo hacer fraude al papá fisco.

El mérito del Intendente Celis fue el coraje que tuvo al denunciar a sus compañeros de partido, sin importarle la opinión de sus correligionarios, superponiendo ante todo y por sobre todo el resguardo de los bienes públicos, en un ejemplo escaso de ética personal.

La pregunta del millón: ¿ en qué estaban los Consejeros Regionales cuya principal obligación es fiscalizar el gasto y las cuentas ? Al parecer el poncho les quedó muy grande o, simplemente, son cómplices por error u omisión.

Es por ello que me asalta una duda, ¿ no será más de lo mismo cuando se otorguen por ley nuevas facultades y atribuciones a los Intendentes, Gobernadores y Alcaldes ?

La Comisión Nacional de Reforma Administrativa Regionalización y Descentralización debe entregar pronto a la Presidenta un proyecto de ley que modernice el gobierno regional con poder autónomo, independiente del agobiante y absorbente centralismo capitalino.

La promesa de campaña de SE fue clara y precisa. Los futuros Intendentes no serán nombrados por cuoteo políticos, menos aún a discreción de Palacio. Al igual que los Consejeros Regionales, hoy electos por voluntad popular, ellos también tendrán que someterse al veredicto de las urnas.

Lo que no significa que por el hecho de ser elegidos estén ajenos a la maldición de que sus cercanos colaboradores caigan en la tentación de ponerles ruedas a los dineros públicos que sirven para desarrollar y hacer crecer las comunas apartadas y con menos posibilidades.

El olor nauseabundo que se respiraba en la V región, debe comenzar a disiparse en pos de una nueva era. La cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones tiene que desaparecer.Si no, será simplemente pan por charqui.

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  • JAIme

    Y cuanto lo necesita nuestra regiòn, cambios incidentes y con una etica a prueba de tentaciones.

  • JAIme

    y falta que lñe hace a la region resolver los intereses mezquinos de quienes no piensan en su dearrollo.-