24 ago 2014

Premio Nacional de Artes Musicales

Una vez más se ha generado polémica por la designación del Premio Nacional de Artes Musicales.

Argumentos van y vienen acerca de quién es más que otros a la hora de entregar el Premio y muchos más a la hora de conocer al galardonado.

Lo cierto es que el Premio creado en la década del `40 con un Chile que se escribía de una manera muy distinta a la actual, ha mantenido ciertas directrices a mi parecer acertadas, pero totalmente alejado de los cambios en la Institucionalidad Cultural creada en los últimos años.

Sin entrar a juzgar a los galardonados, sobre lo cual hay mucho que conversar en favor y en contra en algunos casos, lo cierto es que existiendo desde más de una década una institución estatal a cargo de los asuntos musicales, el Premio sigue estando a cargo del ministerio de Educación. Sobre esto muchas voces, entre ellos el suscrito, hemos argumentado sobre la necesidad de trasladar el Premio Nacional de Artes Musicales al CNCA en su repartición disciplinaria.

Siendo integrante del Consejo de la Música, propuse a los ministros Cruz Coke y Ampuero revisar el tema y proponer al ejecutivo el traspaso respectivo.Lamentablemente no fue un tema que encontrara mayor interés en los titulares de la cartera.

Pues bien, ahora encontramos en las redes sociales cantidades de reclamos, la mayoría de ellos emocionales y a favor de algunos candidatos no galardonados. Pues lo cierto es que el Premio acertado o no, se dirime por personeros actualmente poco entendidos y por lo mismo poco adecuados, por lo que los reclamos encuentran asidero en la opinión
pública.

Dudo que a excepción de la representante de la Sociedad Nacional de Bellas Artes (una pianista de reconocida trayectoria) y el galardonado anterior (un Director de Orquesta de renombre internacional), los otros integrantes de la comisión conozcan siquiera los nombres de algunos de los postulados.Y en este año, el del galardonado de turno, el compositor León Schidlwosky, que dicho sea de paso, estoy totalmente de acuerdo con la designación.

Es menester cambiar la legislación, cambiar la conformación del Jurado y cambiar tal vez los mecanismos de postulación.

A la vez suscribo las palabras de Juan Pablo González, reconocido Musicólogo a la hora de referirse al tema, quién argumenta que el Premio es esencialmente un reconocimiento a quienes otorgan la materia prima de la Música, es decir, qué tocar, en los ámbitos de la más postergada de las profesiones, cual es la de Compositor de Música “Clásica”.

Con el cariño y respeto que tengo por los intérpretes, ellos interpretan las músicas compuestas por alguien. Ese alguien suele no ser reconocido en ninguna tribuna y este Premio es un mínimo reconocimiento a su quehacer.

Al mismo tiempo, los compositores de música de tradición escrita (llámese clásica, docta, de Arte, etc.), no tienen otros medios de reconocimiento –o de ingresos- como sí lo tienen los compositores de la música popular, más cercanos a los medios y por lo tanto a los derechos autorales y otros galardones ya implementados por instituciones y el mismo Estado.

Estando de acuerdo con el Premio entregado este año, sostengo el cambio en la legislación con la discusión correspondiente en asuntos legales –y a cargo de los especialistas por cierto- de manera de generar mayor consenso al menos en la conformación del Jurado, pues a pesar de a veces acertar en el galardón, el Jurado no es conocedor en su mayoría del medio, la trayectoria de los postulantes, las características que se deben considerar y un largo etcétera.

Finalmente, mis parabienes a León Schidlwosky, compositor reconocido internacionalmente y portador de un lenguaje musical propio y que ha aportado al repertorio musical una cantidad de obras que la historia sabrá reconocer como uno de los más importantes compositores chilenos.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Jose Arnaldo

    profe, siempre va a exister alguien mas postergado que el musico: el sonidista…

  • hernán Ramírez Avila

    Estimado maestro:

    Me parecen muy atinadas su reflexiones acerca de los cambios
    que habría que hacer en todo lo que atañe al mecanismo de elección de un premio
    Nacional de Artes Musicales y de las condiciones en que se manejan los llamados
    compositores cultos.

    Pero no estoy de acuerdo con la designación del maestro León
    Scilowsky por una simple razón: él se desvinculó de Chile y de los chilenos,
    desde 1968, al punto que se llevó todas su partituras a Israel y no dejó nada
    en el archivo del entonces llamado IEM
    (Instituto de Extensión Musical). Nada lo liga a nuestra patria y ha recibido
    un premio Nacional.

    Para mí, resulta engorroso
    entrar a opinar en este asunto por el hecho de haber sido uno de los
    nominados. Es fácil que alguien mal
    interprete mis palabras pensando que estoy personalmente afectado. En realidad no. Considero al maestro Schidlowsky
    un gran compositor y lo tuve entre mis preferidos en mis años de estudiante.
    Incluso quise estudiar con él pues admiraba su música enérgica, poderosa y
    libre.

    Como premiado de este año, tiene el derecho a formar parte
    del jurado del año 2016. Me pregunto
    ¿Está informado del quehacer de los compositores chilenos, como para
    juzgar?

    Como yo veo el asunto, se trata de una falencia e inmadurez
    de nuestro Chile, que tiene la mirada puesta en lo que hacen los extranjeros. Hace
    falta más sentido de identidad nacional.
    Estamos como los rusos de la época zarista, que hablaban francés en la corte.

    Tampoco estoy de acuerdo en que el premiado de un año, sea
    jurado en el período próximo. Esto se presta a prolongar una cadena de
    amistades, nepotismos y preferencias que
    nada tienen que ver con lo musical. Yo mismo, al hacer estas observaciones me estoy
    condenando a ser rechazado, pero no puedo dejar de hacer saber mi opinón.

    Tampoco debiera solicitarse cartas de apoyo ni numerosas presentaciones
    de instituciones: el jurado debiera llegar
    a conclusiones sólo con el currículo
    del candidato. Según la ley puede
    existir la auto postulación y no es completamente necesario que lo presenten
    instituciones. No lo rechazo el todo, pero es bueno que se explique, pues el
    vulgo piensa que juntando firmas se
    puede hacer ganar a un determinado postulante.

    Apoyo al colega Zamora en la defensa que hace de los
    creadores. La historia de la música la escriben los compositores. Por eso
    rechazo categóricamente que se acepte a los musicólogos como candidatos al
    premio. Finalmente, opino que debe eliminarse la posibilidad de dar el premio a
    un extranjero. Han pasado 200 años sin que aparezca un intelecto como el de
    Andrés Bello.

    Saludos cordiales.

    Hernán Ramírez Ávila

  • hernán Ramírez Avila

    Estimado maestro:

    Me parecen muy atinadas su reflexiones acerca de los cambios
    que habría que hacer en todo lo que atañe al mecanismo de elección de un premio
    Nacional de Artes Musicales y de las condiciones en que se manejan los llamados
    compositores cultos.

    Pero no estoy de acuerdo con la designación del maestro León
    Scilowsky por una simple razón: él se desvinculó de Chile y de los chilenos,
    desde 1968, al punto que se llevó todas su partituras a Israel y no dejó nada
    en el archivo del entonces llamado IEM
    (Instituto de Extensión Musical). Nada lo liga a nuestra patria y ha recibido
    un premio Nacional.

    Para mí, resulta engorroso
    entrar a opinar en este asunto por el hecho de haber sido uno de los
    nominados. Es fácil que alguien mal
    interprete mis palabras pensando que estoy personalmente afectado. En realidad no. Considero al maestro Schidlowsky
    un gran compositor y lo tuve entre mis preferidos en mis años de estudiante.
    Incluso quise estudiar con él pues admiraba su música enérgica, poderosa y
    libre.

    Como premiado de este año, tiene el derecho a formar parte
    del jurado del año 2016. Me pregunto
    ¿Está informado del quehacer de los compositores chilenos, como para
    juzgar?

    Como yo veo el asunto, se trata de una falencia e inmadurez
    de nuestro Chile, que tiene la mirada puesta en lo que hacen los extranjeros. Hace
    falta más sentido de identidad nacional.
    Estamos como los rusos de la época zarista, que hablaban francés en la corte.

    Tampoco estoy de acuerdo en que el premiado de un año, sea
    jurado en el período próximo. Esto se presta a prolongar una cadena de
    amistades, nepotismos y preferencias que
    nada tienen que ver con lo musical. Yo mismo, al hacer estas observaciones me estoy
    condenando a ser rechazado, pero no puedo dejar de hacer saber mi opinón.

    Tampoco debiera solicitarse cartas de apoyo ni numerosas presentaciones
    de instituciones: el jurado debiera llegar
    a conclusiones sólo con el currículo
    del candidato. Según la ley puede
    existir la auto postulación y no es completamente necesario que lo presenten
    instituciones. No lo rechazo el todo, pero es bueno que se explique, pues el
    vulgo piensa que juntando firmas se
    puede hacer ganar a un determinado postulante.

    Apoyo al colega Zamora en la defensa que hace de los
    creadores. La historia de la música la escriben los compositores. Por eso
    rechazo categóricamente que se acepte a los musicólogos como candidatos al
    premio. Finalmente, opino que debe eliminarse la posibilidad de dar el premio a
    un extranjero. Han pasado 200 años sin que aparezca un intelecto como el de
    Andrés Bello.

    Saludos cordiales.

    Hernán Ramírez Ávila