Domingo 10 de agosto.Este día es, después del 24 de diciembre, un día marcado por la ansiedad de consumo y materializada en los regalos que los padres se apresuran a comprar para sus niños, ignorando que el verdadero regalo que esos niños desean recibir no se compra en ninguna tienda, es gratuito pero sobrecogedoramente esquivo: se llama Buen Trato, y es un regalo que actualmente sólo uno de cada tres niños chilenos afirma recibir de sus padres todos los días del año.
El Buen Trato en la infancia y la niñez tiene un sinónimo, Trato Amoroso, y representa la más espléndida acción de prevención en salud integral del niño. Un niño a quien sus padres aman, respetan y protegen está recibiendo neurotróficos, una invisible corriente química y energética que fortalece su organismo, en especial su cerebro, otorgándole resiliencia e incrementando las habilidades cognitivas y socioemocionales, dones que se van a expresar no sólo en ese niño cuando adulto, sino que atravesarán el umbral generacional por más de una generación.
Es preciso recalcar que las experiencias vividas durante la niñez marcan al individuo y se expresan en el futuro, alcanzando a sus hijos , a los hijos de esos hijos, tejiendo una urdimbre de destinos individuales en un solo destino común, feliz o desgraciado.
El Mal Trato al niño, representado por el maltrato físico y psicológico, la negligencia, el abuso y la disfunción familiar como escenario donde se desenvuelve la vida de ciertos niños provoca, por el contrario, una enorme liberación de sustancias tóxicas para el organismo, en especial para las delicadas estructuras cerebrales de la vida emocional y para la igualmente delicada trama vital del corazón.
Estos neurotóxicos, cardiotóxicos, inmunotóxicos , son particularmente dañinos en los infantes menores de cinco años de edad, por cuanto las estructuras cerebrales de la vida emocional primaria en ese tramo de la vida poseen el triple de receptores sinápticos, sensibles tanto a las sustancias neurotróficas como a los neurotóxicos provenientes del maltrato y de la negligencia afectiva.
El daño a las estructuras cerebrales de la vida emocional suele ser irreversible si nadie hace nada por reparar esas heridas. Ese daño se denomina técnicamente “ Estrés Post Traumático” (EPT) , y su escueto nombre no alcanza a dimensionar su escalofriante magnitud.
Por más de una generación, el EPT marcará el destino común de muchas personas ligadas a quien fue maltratado cuando niño y se expresará como desesperanza, ira, pérdida de la capacidad de disfrutar , incapacidad para aprender de la experiencia, inestabilidad emocional, incluso crueldad.
En otras palabras, dos de cada tres niños chilenos recibe muchos días al año el “ anti regalo” del Mal Trato de parte de sus padres, quienes quizá sólo este “ Día del Niño” le obsequiarán un juguete y le dedicarán atención, ignorantes de la magnitud devastadora de su conducta habitual el resto del año sobre sus hijos.
Imposible no pensar en esos niños sobrevivientes del horror en Gaza.Un conflicto del mundo adulto actual, justificado o injustificado, está marcando para siempre sus vidas y las de sus hijos y nietos, enlazándoles en el más trágico de los destinos. Nada más gratuito y más brutal.