El DT de la selección chilena de fútbol, en una entrevista a la prensa extranjera, indica que solo tiene un deber moral de dirigir nuestro país hasta la final de la Copa América, que se realizará en nuestro país a mediados del próximo año.
Más allá del ámbito deportivo llama la atención la diferenciación que el entrenador hace de la moral y el derecho. De acuerdo al contrato que han suscrito las partes- Sampaoli ANFP- el acuerdo rige hasta una vez finalizada la participación de la selección de fútbol en las próximas eliminatorias para el mundial de Rusia del año 2018, con una cláusula de salida anticipada con indemnización de por medio.
Quien argumenta que la palabra empeñada es más importante que la suscripción de un contrato, debemos dudar desde ya de la persona que indica esta falaz argumentación.
Cuando las partes acuerdan suscribir un contrato, que es un acuerdo de voluntades, actúan de buena fe, la cual en nuestra legislación se presume , y actúan libre y espontáneamente en la suscripción de este. Es decir dan su palabra por escrito que lo que acordaron lo van a cumplir.
Es por ello que nuestro Código Civil establece que el contrato es aquel en que las partes se obligan recíprocamente.Y por supuesto una de las obligaciones que impone es el cumplimiento de los plazos impuestos, es decir, en el caso de esta relación laboral, de la duración del Contrato.
El contrato es por esencia, un acuerdo que nace de las conversaciones o negociaciones entre las partes, y que una vez que estas llegan acuerdo se obligan mutuamente.
Así las cosas no parece de buen gusto que el DT nacional establezca presiones indebidas a su empleador, mandando recados desde fuera de nuestra fronteras, y más encima se esfuerce en hacernos creer que su estatura moral es superior al resto, pues esto no es así ya que como lo dije su palabra al momento de firmar su contrato era conducir nuestra selección hasta después del mundial de Rusia, si se clasifica o bien después del proceso eliminatorio, si no se logra un cupo para esa cita mundialista.
Una de las características que se indica del DT Nacional, es que es fiel seguidor del estilo Bielsa. Los que admiramos al rosarino no podemos estar de acuerdo con esta definición a Sampaoli.
En la cancha (que es lo que más importa) se puede decir que su estilo de juego es similar, pero fuera de ello dista mucho de la realidad.
Sampaoli ya dejó botado a un club (Universidad de Chile) por la ambición (legítima) de dirigir la Roja de todos, negociando con Jadue cuando aun había un entrenador en ejercicio ¿eso también es moralmente aceptable? Creo que no.
Y ahora se encuentra haciendo una campaña publicitaria para indicar al mundo del fútbol que desde julio de 2015 se encuentra disponible.
Ya cuando al Bichi se le empezó a hundir el barco, todos pedíamos volver al estilo Bielsa- tal como lo desarrollé en una columna anterior- y Sampaoli encajaba perfecto en esa elección, pero reflexionando con el paso del tiempo, y con la visión que da este, se puede decir que entre el rosarino y el de Casilda la ética entre uno y otro, es absolutamente distinta, no sé cual sea mejor o peor, solo digo que es diferente.
Sin duda los méritos de Sampaoli para estar entre uno de los DT más cotizado es por sus logros deportivos, pero debería ser agradecido de la tierra que le dio la oportunidad de desarrollarse profesionalmente y no dejar botada a una selección a tres meses del inicio de un proceso eliminatorio.
En virtud de lo anterior la directiva de la ANFP, es ahora la que tiene la palabra, o hace respetar el contrato o bien, se pone de cabeza a buscar un DT que nos dirija en la copa América y en las próximas eliminatorias mundialistas.