La semana pasada conformamos junto a un grupo importante de parlamentarios (as) la Bancada Transversal por la Asamblea Constituyente, situación de gran importancia para el momento que está viviendo el país.
Esta bancada transversal supo recoger las demandas ciudadanas, sumado a nuestra convicción de que es clave tener una nueva Carta Fundamental redactada en el marco de un objetivo común y democrático, cuyo foco es que Chile sea una nación moderna, inclusiva y representativa.
Por este motivo, nuestra carta de navegación debe estar a la altura de las necesidades actuales y no seguir rigiéndonos por una Constitución que no refleja las demandas de un país que crece y avanza hacia el desarrollo y en democracia.
Es importante tener presente que el Gobierno está impulsando con fuerza y celeridad, una serie de reformas estructurales que sin duda le cambiarán el rostro a Chile. Estos proyectos los apoyamos con lealtad, pero creemos que es urgente comenzar ya con esta discusión, sociabilizando la iniciativa en todos los sectores de la sociedad.
También es necesario destacar que el proyecto de una nueva Constitución, está en el Programa de Gobierno, como una de las iniciativas de mayor relevancia, por lo que desde ya es fundamental abrir el debate y aportar con ideas para determinar cuál es el mejor mecanismo que garantice la carta fundamental que el país necesita. El proyecto de nueva Constitución es parte clave de las reformas estructurales que está impulsando la Presidenta Bachelet.
Por lo tanto es primordial alcanzar acuerdos políticos transversales para impulsar este proyecto con la solidez que requiere este tipo de cambios profundos. El tema ya está instalado en la opinión pública, y ahora necesitamos unidad, altura de miras y sobre todo mucha responsabilidad, para encabezar junto a la ciudadanía este anhelo democrático.
Y para lograr este objetivo de tener una nueva Constitución, es importante discutir con seriedad y no criticar sin fundamentos. No es cierto que con nuestro apoyo a la Asamblea Constituyente estemos renunciando al mandato que nos ha entregado la ciudadanía, de hecho esto refuerza claramente el mandato que nos entregan las personas, mediante una mayor participación popular.
Tampoco creemos cierto que sea necesaria una crisis institucional profunda para convocar una Asamblea Constituyente.Es más, con esta iniciativa nos estamos anticipando y sobre todo resguardando nuestra gobernabilidad democrática.
Para ello, es importante estar unidos, sin perder la racionalidad del debate y sobre todo sin personalismos, ya que es una tarea común, donde nadie está por sobre el otro. Acá todos debemos remar por un objetivo común, que es cambiarle realmente el rostro a Chile y su gente, que demanda mayor inclusión social, más y mejores oportunidades.
Todas las posiciones son tremendamente respetables y deben entrar al debate, pero nosotros estamos seguros que esta Asamblea Constituyente sí es necesaria y urgente y que sin duda continuaremos firmes en este proceso histórico.
Necesitamos revitalizar nuestra democracia, y que sea mucho más inclusiva, donde los ciudadanos efectivamente puedan aportar y que se sientan real y efectivamente partícipes de los profundos cambios que está viviendo Chile.