Seamos francos, el gobierno está haciendo un esfuerzo por cumplir con sus promesas para los primeros 100 días, presentando numerosos proyectos. Por eso la derecha lo critica, ya que parece una avalancha de proyectos, superior a lo que ellos pueden enfrentar.Pero, si no los hubiese presentado, se lo acusaría de incumplimiento.Así es la política hoy.
Los proyectos presentados estaban en el programa de gobierno y, por cierto, eran sólo enunciados generales. Ahora se ve el detalle y entonces aparecen voces discrepantes, porque se tocan intereses de los que deciden o de sus amigos.
Walker, presidente de la DC, aprovechándose de su puesto, da opiniones personales sobre asuntos marginales pero dándole una dimensión como si fueran principales.Usa la sorna – tal vez para estar a tono con Eyzaguirre – y un lenguaje que denota cierta agresividad algo contenida, impropia de su posición. Porque él, como presidente de su partido, debe lograr acuerdos internos primero y luego expresar eso en la privacidad de las reuniones de su coalición, en busca de consensos y no de conflictos como lo ha hecho.
Tratando de parecer más suave, acomoda la verdad, tal como lo hizo para celebrar como victorias las derrotas electorales que ha encabezado. Perder entre 300 y 400 mil votos, como lo vivió la Democracia Cristiana, no es una victoria, ni aunque se la vista de seda.
Mi amigo Jorge Pizarro, con una lucidez notable y un estilo agudo que no le conocíamos, ha confrontado a Walker para decirle con toda precisión que no puede seguir comprometiendo al Partido en sus luchas particulares.
No se trata, nos ha explicado, de estar de acuerdo con todo lo que el gobierno propone, pero sí en las líneas gruesas, buscando perfeccionar los detalles en los que pueda haber errores, imprecisiones o distintas miradas técnicas o políticas.
Yo no fui partidario de la candidatura de Bachelet, pese a coincidir en aspectos sustanciales de su programa, básicamente porque estoy convencido de que parte de los vacíos de la actual gobernante es no saber elegir adecuadamente a sus colaboradores. Y los hechos han demostrado que es así. Pero aun con jugadores mediocres, Sampaoli en la U y Héctor Tapia en Colo Colo, demostraron que con buena dirección se pueden lograr triunfos importantes. Y ella está avanzando, aunque le faltan Bonini y Berizo.
Cuando vemos los proyectos en el área educacional, se notan los vacíos y la falta de solidez de quien encabeza el proceso. Todo se ha marcado por el sesgo economicista, convencidos como están los liberales y los marxistas (un poco de cada cosa tiene el Ministro) de que la economía es la estructura de la que depende todo lo demás. No sé si sus propuestas sobre el lucro, sobre los colegios subvencionados y las eventuales nuevas responsabilidades que tomará el ministerio de Educación en la administración de colegios, son las más acertadas.
Creo que se comete un grave error al pretender crear una subsecretaría de Educación Parvularia, entendible para quienes creen que las estructuras burocráticas solucionan los problemas. La preocupación por la infancia no pasa por allí. Ya nos lo dirá Estela Ortiz, uno de los buenos nombramientos.
Pero, lo más delicado es que no se ha entrado en lo sustantivo de la educación. Se habla de calidad, pero no se tratan los temas centrales que pueden apuntar a ello: qué enseñar, cómo enseñar y cómo se forman quiénes deben enseñar. Este es el tema central y no solamente a quiénes enseñar.¿Por qué sucede esto? Porque los que están a cargo no entienden los temas de fondo y sólo saben de economía.
Esto es lo que debió plantear Walker, pues para los demócrata cristianos, más importante que el lucro, son las personas; más relevantes que los negocios de los sostenedores, son los contenidos; más relevantes que los problemas de la forma o de los dineros, son las decisiones sobre los nombrados temas sustantivos. Pero eso requeriría saber de la doctrina que inspira a la DC y a él le interesa la economía.
Quienes somos demócrata cristianos podemos estar de acuerdo en muchas cosas de las que se discuten hoy y que las proponen distintas tendencias. Pero lo importante no sólo es opinar, sino proponer, tomar iniciativa, reasumir el papel de vanguardia que algún día tuvimos y eso es lo que echamos de menos en esta hora, cuando hay que iniciar el camino hacia la construcción de un nuevo orden social.