En materia de cómo enfrentar las próximas elecciones municipales la oposición ha llegado a un acuerdo clave: un solo candidato a alcalde validando, además, el mecanismo participativo de primarias ciudadanas para definir donde ello sea necesario.
Falta que a este pacto, que es electoral y programático, se agregue el PRO y, para ello, que Marco Enríquez Ominami, se sume a este esfuerzo de unidad y no disperse, en una acción autorreferencial que sería inentendible, una parte de la votación de la oposición.
En el caso de los concejales , el PPD, a través de su presidenta Carolina Tohá, ha propuesto que la Concertación lleve una sola lista de Concejales, que la DC tenga un tercio de los cupos, acorde a su votación, que el PRSD lleve al menos uno por comuna y otros en aquellos lugares donde tenga mayor votación y que la lista contemple una cantidad significativa de cupos para líderes ciudadanos y actores sociales, por tanto, ampliar la lista de la oposición hacia la ciudadanía y los movimientos sociales para que también estos estén representados directamente en los municipios.
Tohá ha llamado al PS a reconstituir un acuerdo privilegiado dentro de la Concertación para fortalecer y perfilar más el ala de izquierda.
Lo primero que hay que subrayar es que este planteamiento no es extraño a la historia de la Concertación. Ella nace como una convergencia entre la izquierda, representada por el PS y el PPD, y el centro político representado por la DC y el PRSD. De hecho, hasta el año 2008, las listas y acuerdos electorales de la Concertación reconocían, a través de sub pactos, estas alianzas.
Lo claro es que ha sido negativo para la Concertación el desperfilamiento experimentado por ambos sectores. Hemos perdido votos hacia la izquierda y hacia el centro y, por ello, la recomposición de estas alianzas dentro de la Concertación permite, de una parte, que ante la población aparezca nítidamente una postura de izquierda, a través de la acción conjunta del PS y del PPD, y, de otra parte, aparezca también con nitidez la postura más de centro de una DC que tiene una posibilidad de captar los votos perdidos y de canalizar el descontento especialmente en esta parte de los sectores medios del país.
Aquí no se trata de dividir la Concertación entre progresistas y conservadores. Hay un progresismo laico que recoge la tradición y el peso de la izquierda en la historia de Chile del siglo XX, que debe ser conducido por una alianza estratégica del PS y el PPD que se haga cargo de este gran sentimiento existente en la sociedad.
No contribuye a recomponer los lazos entre la Concertación, la sociedad y la ciudadanía, con todos los nuevos fenómenos que la cruzan, el que la DC aparezca en una alianza excluyente con el PS, y envíe con ello una señal equívoca a los electores que debe recuperar; como el que no se reúna en un bloque el PS y el PPD o que el PRSD se autoexcluya y conforme una lista a concejales por fuera de la Concertación, estimulando con ello a los personeros que aún siendo minoritarios en la cultura radical de hoy, pretenden llevar al Partido Radical Social Demócrata a una alianza con la derecha e incluso ingresar al gobierno.
Este grupo radical ya lo intentó al inicio del gobierno Piñera promoviendo un acuerdo con la derecha para gobernar la Mesa de la Cámara de Diputados y aún fracasando es una amenaza latente de la cual nadie, en la Concertación y en la oposición, puede desentenderse.
Hoy nos sirve la claridad, la coherencia y la apertura a cambiar la propia Concertación para establecer un diálogo con la sociedad que se moviliza y rechaza, en la educación como en el medioambiente, el modelo de economía de mercado de matriz neoliberal que está tan drásticamente presente en nuestra economía y que produce profundas desigualdades y exclusiones.
Lo mejor es lograr la unidad de toda la oposición para enfrentar a la derecha en las municipales, es utilizar las primarias como herramienta de participación directa de la ciudadanía en la decisión de los candidatos, es tener una lista única de concejales abierta a un nuevo componente de ella: los líderes ciudadanos, las organizaciones sociales y, a la vez, sellar acuerdos internos de la Concertación que potencien a cada sector ante los electores y reúnan, a la vez, a esa ciudadanía no militante que vota por la Concertación y se siente parte de esta historia.
Si ello no es posible y se llega a dos o más listas, el PPD llevará su propia lista abierta a otros sectores de la oposición y donde al menos la mitad de los candidatos serán líderes ciudadanos, locales y temáticos.
Hay una gran posibilidad de ofrecerle a la ciudadanía una alternativa capaz de derrotar a la derecha y al mal gobierno en las próximas municipales y todos debiéramos trabajar para que este logro se realice.