El proyecto para cambiar el sistema electoral binominal por uno más proporcional, no parece ser una iniciativa más entre las tantas que han presentado otros gobiernos y parlamentarios desde el retorno a la democracia.
A diferencia de procesos anteriores, el ambiente se ve favorable para un cambio de este tipo y el gobierno sabe que la clave para su aprobación, además de tener ordenada a su propia coalición, estará en los apoyos que logre en RN, Evopoli, Amplitud e independientes.
Sin embargo, algunos puntos del proyecto merecen ser discutidos en profundidad. En particular, los vinculados al aumento del número de parlamentarios, el costo para el Estado por el incremento y el tipo de competencia que se generaría en el sistema.Las discrepancias que surjan en estas materias harían fracasar el proyecto.
Aumentar el número de parlamentarios es una medida impopular. Sería impresentable que con más escaños a repartir, el nuevo diseño que reagrupa a los distritosactuales no mejore la representación de las fuerzas políticas de menor votación pero igualmente significativas, y que en el fondo terminen eligiendo más parlamentariosde los dos principales bloques políticos.
Por ello, se deben exponer muy bien la justificación de tener 47 puestos más en el Congreso, y por qué no otro número o cupos compensatorios.
Vinculado con lo anterior, es poco razonable creer que un aumento en el número de parlamentarios no conlleva, de alguna forma, un incremento del presupuesto del Estado que se destina al Congreso.No parece recomendable negar lo evidente.
El proyecto apunta también a aumentar la competitividad e incertidumbre y evitar que queden fuera del Congreso candidatos con altos porcentajes de votos. Si bien estos elementos son positivos, algunos efectos no deseados se podrían producir.
Por ejemplo, que el problema ahora sea que candidatos con muy baja votación, y que estén muy lejos de las mayorías, lleguen al Congreso arrastrados por un candidato fuerte, como suele ocurrir con los concejales.
Asimismo, habría que acostumbrarse en este tipo de elecciones a largas listas de candidatos en los distritos y circunscripciones grandes, como también pasa en la elección de concejales, generando desconocimiento y baja identificación en la población.
En definitiva, el desafío y la responsabilidad de nuestras autoridades está en lograr la difícil combinaciónde buenas políticas para el país con apoyo ciudadano a éstas.