20 abr 2014

Unidos por Chile

Hace una semana, la tragedia del enorme incendio en la ciudad de Valparaíso, conmovía a Chile entero. Horas después, sin llamamiento previo, por su propia inspiración e iniciativa, una vastísima movilización de jóvenes voluntarios surgía con una mística incontenible.

El estado de catástrofe decretado para responder más eficazmente a los requerimientos generados por la emergencia, permitió observar la fusión de la energía de miles de jóvenes de las aulas universitarias y secundarias con los jóvenes provenientes de las diferentes instituciones de la Defensa Nacional.

Meses atrás, a raíz de cumplirse cuatro décadas desde el derrumbe de la democracia y la implantación de la dictadura, en muchos foros, una vez más, se hizo la pregunta acerca de sí Chile, era o no, un país reconciliado consigo mismo y capacitado para mirar el futuro, sin el riesgo de una fractura en su ser nacional.

La fuerza multitudinaria de la solidaridad hacia Valparaíso, indica firmemente que el reencuentro nacional es un hecho instalado profundamente en el corazón de las nuevas generaciones, que independientemente de las posiciones divergentes sobre nuestro pasado histórico reciente, existe en el alma nacional una actitud común, una visión que nos hermana y reúne cuando una tragedia golpea al país.

Chilenos y chilenas sentimos que se debe socorrer y levantar al hermano en desgracia, y la juventud chilena tomó el liderazgo de ese esfuerzo.

En la aldea global que nos cobija se vive de manera tan vertiginosa, se suceden los hechos en una dinámica imparable, que provoca una realidad tal que las personas se distancian de sus respectivos desafíos como país.

Además, no pocos Estados están tan debilitados que sus naciones se dividen y sucumben ante nuevos y radicalizados separatismos, creados por el resurgimiento de antiguos nacionalismos.

En Chile, no obstante la necesidad de encarar el desafío de la desigualdad, frente al cual hay diversas visiones, se registra una convergencia de quienes constituimos el país, de estar unidos en lo esencial, de fortalecer la democracia y superar sus carencias.

Chile se define desde sus hijos, no desde el mercado, la nación se forma desde un compromiso de pertenencia, básico e irreemplazable que, ante la desgracia y la catástrofe que ha sacudido a Valparaíso se ha manifestado con una potencia y envergadura que permite tener confianza en el futuro.

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  • Gonzalo Kittsteiner Rojas

    Estimado Camilo:
    .- Yo también celebro la entrega y el esfuerzo de miles de chilenos, jóvenes, adultos y ancianos; todos unidos a para ir en ayuda del que sufre, en el Norte o Valparaíso. Pero para que nazca ese deseo de ayuda, debe existir una clara toma de conciencia del rol.de cada uno en esta sociedad. No sólo hoy, la juventud esta dispuesta a salir en ayuda del compatriota caído. Cuantos casos podremos nombrar; es sólo hacer memoria de las calamidades públicas que cada cierto tiempo debemos afrontar. Creo que no es de ahora esa espontanea condición solidaría que le nace a la mayoría de los chilenos para salir en ayuda de un compatriota en desgracia, ya lo llevamos en nuestro ADN. Porque el temple aguerrido de los habitantes de nuestra nación para afrontar las pruebas que nos pone la naturaleza, ya es reconocido en varios lugares del mundo. Chile debe seguir por la misma senda de crecimiento, el ámbito económico, social y personal. Tenemos el ” neque ” y la capacidad de salir victorioso frente a cualquier adversidad.
    Finalmente, la desigualdad la podremos enfrentar, unidos, con mayor crecimiento, mejor educación, siempre cuidando los logros alcanzados como país hasta el día de hoy. Creo que lo peor que le puede pasar a este país, es polarizar posturas o querer pasar la aplanadora o retroexcavadora. Chile requiere de políticas consensuadas; ya que las mayorías transitorias de un sector, se fortalecen cuando la contra parte es integrada a estos importantes cambios que nuestra clase política aspira para nuestro país. La polarización puede traer nefastas consecuencias y perder todo lo que hemos avanzado en estos últimos 40 años como nación.