Lo que hoy llamamos comuna de Independencia es el resultado de una identidad local que se asienta en la historia y la tradición de un territorio determinado. Pero también es una zona demarcada por decisiones administrativas que apuntan al manejo eficaz de las necesidades y derechos de los ciudadanos que ahí viven, se desplazan y trabajan.
Un Plan Regulador es entonces, el instrumento que permite el crecimiento armónico y justo de una comuna, procurando su progreso económico, social y cultural.Su fin es incrementar, junto a otras herramientas e iniciativas, la calidad de vida de sus vecinos y preservar los más íntimo y sustancial del lugar: su espíritu.
La comuna de Independencia es relativamente nueva –no así el sector de la ciudad en el cual se encuentra y que se remonta a los anales de su fundación- y comienza a perfilarse el año 1981, debido a la reorganización administrativa del país.
Ese año, la comuna de Santiago fue dividida y sus límites modificados, dando paso a la formación sucesiva de nuevas comunas: Recoleta en 1981, Estación Central en 1985 e Independencia en 1991 (sectores emblemáticos de la ciudad como el Hipódromo Chile pasaron a pertenecer esta última comuna).
Independencia se conformó así de una parte de lo que era la comuna de Santiago, el lado sur; Conchalí por el lado norte y Renca en el poniente. De hecho, heredó parte de los planos reguladores comunales de cada una de estas comunas.
Sin embargo, a partir de marzo de este año la comuna de Independencia tiene, por fin, un nuevo Plan Regulador más cerca de las demandas ciudadanas.
Por primera vez desde su creación, contamos con un instrumento elaborado y diseñado a partir de un proceso ciudadano y participativo, que responde a los más modernos estándares de desarrollo urbano aplicados en Chile, asegurando el mayor equilibrio posible entre crecimiento y sostenibilidad.
Uno de los objetivos importantes de este documento es regular el negocio inmobiliario y revitalizar los espacios públicos con proyectos habitacionales más amigables. Con este fin introdujimos en su elaboración a profesionales con una mirada moderna y de largo plazo, que integraran las necesidades de la población y el cuidado del entorno urbano.
Aprobamos, por ejemplo, una altura máxima de 10 pisos para los edificios, siempre que sean construidos sobre los ejes viales principales de la comuna.
Mientras que en el interior de los barrios, la altura permitida es de sólo 2 o 3 pisos como tope, lo que permite un equilibrio entre desarrollo inmobiliario y protección de los mismos.Además, a cada departamento le corresponderá al menos un estacionamiento.
Con esta medida creemos que disminuirá la cantidad de autos que se estacionan en lugares no permitidos de la calle, produciendo congestión, desorden y mal uso del espacio público.
Otro gran problema de nuestra comuna es su enorme déficit de áreas verdes, por lo que este nuevo plan regulador apunta a reaprovechar para este fin espacios como platabandas y bandejones.
También es primordial mejorar la pavimentación de calles y veredas, además de renovar la infraestructura de nuestros establecimientos educacionales, estadios y lugares de recreación.
Todas estas acciones complementan las directrices de este valioso instrumento para el trabajo municipal, un nuevo Plan Regulador elaborado 100% en Independencia.