El miércoles 11 de diciembre pasado el Senado ha aprobado por 29 votos a favor, 6 en contra y 1 abstención el proyecto de reforma constitucional que asegura el voto de los chilenos en el exterior.
Con ello se avanza decisivamente en la concreción de ese anhelo por tantos años perseguido de que nuestros compatriotas puedan participar en la definición de los destinos del país, no importando el lugar donde residan, lo que contribuye a la ampliación de nuestra democracia y a la efectividad del derecho a sufragio que contempla la propia Carta Fundamental.
Conseguir este preciado objetivo, sin embargo, ha conllevado un largo camino y mucha perseverancia.
Más de 22 años han trascurrido desde que el entonces diputado Carlos Dupré presentara en 1991, luego de la restauración de la democracia, el primer proyecto de ley para regular el voto de los chilenos en el exterior.Dicho proyecto no obstante aprobarse en la Cámara de Diputados en 1994, fue objeto de objeciones de constitucionalidad en el Senado.
El año 2000 se presentó una indicación sustitutiva a dicho proyecto por parte del Gobierno del Presidente Ricardo Lagos, cuando ejercí como Canciller, que se hizo cargo de todas las observaciones de constitucionalidad.
A pesar de ello este proyecto no contó con el apoyo necesario de los senadores de la Alianza para conseguir su aprobación.
Con posterioridad se presentó otro proyecto de ley por parte de la diputada Isabel Allende el que contó con el apoyo de los Gobiernos del Presidente Ricardo Lagos y de la Presidenta Michelle Bachelet. Dicho proyecto fue votado en la Cámara de Diputados no consiguiendo la mayoría necesaria de los 4/7 de los diputados en ejercicio por la abstención o rechazo de los diputados de la Alianza.
Una nueva iniciativa legal presentó, entonces, la Presidenta Michelle Bachelet, sin conseguir el apoyo necesario por parte de los parlamentarios de la Alianza para su aprobación.
Al asumir su cargo, el Presidente Sebastián Piñera se había comprometido a legislar a favor del voto de los chilenos en el exterior. Sin embargo las iniciativas que presentó su Gobierno condicionaban el ejercicio del voto de los chilenos en el extranjero a la demostración de un vínculo.
Ello se expresaba en una reforma constitucional que consagraba este derecho sólo a quienes mantuvieran vínculos con Chile y un proyecto de ley que definía ese vínculo en términos de circunscribir el derecho a sufragio sólo a los chilenos que se encuentren o estén residiendo temporalmente fuera del país y que dentro de los últimos ocho años hayan permanecido dentro de Chile por un período continuo o discontinuo de a lo menos cinco meses.
Ello implicaba reconocer un derecho limitado y condicionado a viajar regularmente a Chile, exigencia que rechazamos desde la oposición.
En estas circunstancias, en el marco de la discusión del proyecto de ley sobre inscripción automática es que el Gobierno se comprometió a legislar a favor del voto de los chilenos en el exterior con el sólo requisito que nuestros compatriotas se inscribieran en los consulados.
A partir de entonces insistimos reiteradamente al Gobierno en la necesidad que enviara dicho proyecto de ley. Incluso con la senadora Isabel Allende le solicitamos el patrocinio para una moción parlamentaria que habíamos redactado sin lograr resultados positivos.
Es en este marco que junto con el senador Patricio Walker y la senadora Isabel Allende presentamos un proyecto de reforma constitucional para asegurar el voto de los chilenos en el exterior por el sólo hecho de encontrarse inscritos en los registros que mantendrían los consulados.
En la discusión de esta iniciativa en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado logramos por fin conseguir el necesario acuerdo político con los senadores Alberto Espina y Hernán Larraín,que han permitido la aprobación de este proyecto en el Senado.
Uno de los elementos más destacables de esta iniciativa es que se consagra el derecho al voto de los chilenos en el exterior por el sólo hecho de solicitarlo al Servicio Electoral. Ello tiene la virtud que una vez aprobada esta reforma constitucional no podrá condicionarse el ejercicio del derecho a voto a ninguna clase de vínculo.
Por supuesto que hubiésemos deseado, como lo planteamos en la moción original, que el derecho a voto de los chilenos en el exterior no sólo se ejerciera respecto de las elecciones presidenciales(incluidas las elecciones primarias) y los plebiscitos nacionales, sino que también se pudiese ejercer en las elecciones parlamentarias, pero tenemos que valorar el enorme paso que significa que las elecciones del pasado domingo sean, como esperamos, las últimas que se realicen sin la participación de nuestros compatriotas que residen en el exterior.
En la aprobación de este proyecto ha sido decisiva la larga lucha dada por las organizaciones de chilenos que residen en el exterior por revindicar su derecho a participar en la definición de los destinos de su patria.
El domingo que recién pasó asistimos a una jornada electoral ejemplar que se coronó con el gran triunfo de la Presidenta electa Michelle Bachelet. Sin embargo, a todos nos ha preocupado el alto nivel de abstención electoral.
En este sentido resulta simplemente inentendible que algunos todavía rechacen la idea de ampliar la participación electoral, permitiendo que lo hagan nuestros compatriotas que residen en el exterior.
Esperamos que se siga tramitando con el mayor sentido de urgencia esta reforma constitucional aprobada en el Senado y que luego se pueda despachar rápidamente la Ley Orgánica Constitucional, para que también podamos oír la voz de nuestros compatriotas que viven en el extranjero. Chile somos todos.