Hemos sabido que se retomó la discusión en las comisiones unidas del Senado de Agricultura, Medio Ambiente y Bienes Nacionales, sobre la Ley de Fomento Forestal.
Nos enteramos de esto en medio de las movilizaciones de decenas de comunidades mapuche tanto en las comunas de Cañete y Tirúa de la Provincia de Arauco, como Collipulli, Ercilla y Victoria en la Provincia de Malleco.
La movilización es por recuperar predios que, según la memoria de los mayores, fueron suelos agrícolas en proceso de recuperación por parte de las comunidades en los 70, hasta la violenta contra reforma agraria y el establecimiento del decreto 701 de Fomento Forestal en la dictadura de Pinochet, instrumento a través del cual se expandió el imperio forestal de los grupos Angelini y Matte.
Las comunidades tienen la intención de volver a sembrar trigo y papas en estos fundos, como se hacía anteriormente, y dejar crecer el bosque nativo en los sectores privilegiados para ello. Hace años no se veía tan amplia movilización, y las comunidades están atentas a la represión policial que pueda generarse una vez terminado el período de elecciones.
En los ngillatun (rogativas) y trawün (encuentros) realizados en todos los procesos, los ancianos han puesto el principal énfasis en los espacios de estos fundos que anteriormente contaban con bosque nativo, vertientes, arroyos y humedales, donde vivían cientos de especies animales y pájaros de distintos tipo, donde se podía recolectar todo tipo de comestibles según las épocas y diversidad de remedios para las machi, y que hoy son un desierto sin vida.
Nos encontramos en el proceso de la tercera cosecha forestal en estas tierras, tras 30-40 años de ocupación por parte de las forestales Mininco, Arauco y Volterra principalmente. Los efectos ambientales, sociales y culturales son desastrosos.
En este contexto, y dado los resultados de la Consulta Indígena que Conaf llevó a cabo hace un año para la discusión de esta ley, nos parece que cualquier Ley de Fomento Forestal debe excluir explícitamente la bonificación por parte del Estado a la forestación exótica con fines madereros y de celulosa en el Territorio Mapuche, correspondiente a las Provincias de Arauco y Bío-Bío en la VIII Región, y a las Regiones IX, XIV y X.
Esto ya que el informe de Consulta de Conaf muestra claramente que el proceso fue rechazado por gran amplitud de las organizaciones mapuche, y que incluso las que se dejaron consultar, manifestaron su férrea oposición al pino y al eucalipto, por el desastre ambiental que han provocado.
La comisión unida que está discutiendo este proyecto está compuesta por los senadores J.A. Coloma, José García Ruminot, Hernán Larraín, Jaime Quintana, Ximena Rincón (en reemplazo de Mariano Ruiz-Esquide), Isabel Allende, Soledad Alvear, Antonio Horvath, Alejandro Navarro y Ena Von Baer.
La mayoría la tiene el Pacto Nueva Mayoría, cuya candidata presidencial ha manifestado explícitamente su intención de no contravenir los convenios internacionales suscritos por Chile relativos a los Pueblos Indígenas.También el senador Horvath se ha mostrado de acuerdo en que debe legislarse con diferencias territoriales dada la complejidad del tema en territorio mapuche.
La Comisión está informada de que cerca de ¾ de las plantaciones forestales hoy están en territorio ancestral mapuche, así como de los conflictos que esto ha producido.
También está informada de los concluyentes datos de los estudios de Conaf del 2011, que muestran cómo miles de hectáreas de bosque nativo siguen siendo reemplazadas con plantaciones exógenas, lo que constituye un crimen ambiental y cultural, así como cientos de miles de hectáreas agrícolas.
Nos parece que la discusión de esta ley, siendo un tema tan sensible para el territorio mapuche, sería una buena oportunidad para que el parlamento dé pruebas de su voluntad de un nuevo trato a las justas reivindicaciones territoriales del Pueblo Mapuche.
La demanda del movimiento mapuche es derechamente la expulsión de las forestales de Wallmapu. Los grupos económicos Angelini y Matte tarde o temprano tendrán que dar por perdida esta batalla, dada la masividad actual del movimiento en Arauco y Malleco.
Si el parlamento o el poder ejecutivo no son capaces de catalizar por vías legales la demanda mapuche, el movimiento continuará avanzando a través del Control Territorial y la autodefensa.
El Parlamento, por tanto, tendría su fuerte cuota de responsabilidad en los consecuentes enfrentamientos con las fuerzas especiales policiales que puedan darse en las próximas semanas.