¿Hasta cuándo las mujeres de Chile, en particular las víctimas de violencia de género, deberán aguantar que la ministra de SERNAM las responsabilice de los asesinatos cometidos por hombres agresores, cuyo machismo, de base en sus relaciones, se ve reforzado por un Estado negligente, que no garantiza la vida de las mujeres?
¿Hasta cuándo deberemos soportar que se nos diga que la denuncia es la solución a los femicidios que van en escalada en Chile, cuando este país no tiene un sistema de protección integral efectivo y eficiente para las víctimas?
¿Hasta cuándo seguiremos escuchando en los medios de comunicación que los criminales, asesinos de mujeres, las matan porque perdieron el control y los celos los cegaron, cuando lo que en realidad pasó, es producto de una historia de violencia, de repetidas acciones de sometimiento a una mujer que termina con su muerte?
¿Hasta cuándo veremos a las mujeres salir de tribunales, luego de una denuncia, con papeles en sus manos que indican que sus agresores no pueden acercarse a ellas, cargadas de una sensación de desamparo frente a un Estado obligado internacionalmente a proteger su vida y que no lo hace en su debido momento?
¿Cuándo, quienes administran la justicia, entenderán que frente a cada causa de violencia intrafamiliar que ven, tienen en sus manos la vida de una mujer y las de sus hijos?
¿Hasta cuándo continuarán haciéndonos creer, que la política pública en violencia contra las mujeres es efectiva y eficiente, si nos siguen matando y con una alevosía descarnada que sólo muestra el contexto de impunidad en el que actúan los agresores?
¿Cuándo será el día que quienes diseñan la política pública para parar la violencia contra las mujeres, la harán escuchando a las víctimas y entendiendo que los contextos en los que viven las mujeres son sustantivos y condicionan el carácter de la violencia y los riesgos a los que se enfrentan ellas día a día?
¿Cuándo entenderán que la prevención es la herramienta que permitirá que las mujeres vivamos una vida libre de violencia. Que es fundamental para la transformación cultural, específicamente de las desiguales relaciones de poder entre los sexos, que son las que se sustenta esta problemática?
¿Qué debemos hacer para que los agentes auxiliares de justicia comprendan que una denuncia, es un mensaje directo al agresor y que él no quiere escuchar: esto no va más, tú ya no tienes “privilegios” sobre mí, por ende un hombre que está dispuesto a ejercer más violencia para seguir sosteniendo la relación de sometimiento con la denunciante lo que incluye su muerte?
¿Hasta cuándo seguiremos siendo testigos de fiscales y jueces que renuncian a la investigación de una causa de violencia contra una mujer, y no comprenden que esta es fundamental en el proceso de reparación de la víctima?
¿Hasta cuándo continuaremos soportando que se nos diga que la violencia contra las mujeres para ser delito, debe mostrar ser constitutiva de maltrato habitual, cuando quienes la viven saben que es un delito permanente… incluso cuando “no se ve” “no se escucha”… porque la violencia se siente siempre?
¿Cuánto más deberemos esperar para que la legislación que debe prevenir, atender y sancionar la violencia contra la mujer, se ajuste a los parámetros internacionales de los instrumentos del derecho internacional de los derechos humanos de las mujeres?
¿Cuántas muertas más seguiremos contando, porque si bien la violencia contra las mujeres no es un tema de números, lamentablemente los números sí importan?
¿Cuántas mujeres asesinadas más? 39 son las asesinadas según SERNAM en el marco de la restringida Ley de Femicidio, 54 según la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres en el marco del derecho internacional de los derechos humanos.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo?