La Asociación de AFP ha publicado un informe (Diario El Mercurio, 15 de noviembre 2013), en el cual afirma que un 69 por ciento del fondo de pensiones se debería a la rentabilidad obtenida por su gestión del mismo. Personeros de dicha organización, encabezados por su presidente, han venido repitiendo periódicamente dicha especie.Se trata de una afirmación falsa y constituye publicidad engañosa, que amerita una sanción de parte de la autoridad.
La afirmación de la Asociación de AFP se fundamenta en la comparación entre la revalorización total del fondo de pensiones, incluyendo la corrección monetaria del mismo por inflación, con el valor final del fondo.
Al descontar la corrección monetaria, la revalorización acumulada del fondo de pensiones entre el año 1982 y el año 2012 alcanza a 44,2 billones de pesos, cifra que equivale a un 58 por ciento del fondo de pensiones, que a diciembre del último año considerado acumulaba 76,6 billones de pesos. Todas estas cifras y las que siguen están expresadas en pesos de diciembre del 2012.
En el mismo período, las AFP se embolsaron comisiones de administración por un total de 7,1 billones de pesos.Por su parte, las compañías de seguros relacionadas con este negocio cobraron primas netas – es decir, primas cobradas menos beneficios pagados -, por un total de 12,6 billones de pesos.
En otras palabras, los administradores del sistema cobraron por sus servicios un total de 19,7 billones de pesos, cifra que corresponde a un 15 por ciento del fondo de pensiones. Dicho monto, embolsado por los administradores en dinero efectivo, se aproxima bastante al total de pensiones pagadas por el sistema de AFP, las que sumaron 23,3 billones de pesos en el mismo período.
De este modo, la revalorización neta del fondo de pensiones entre el año 1982 y el año 2012, la que puede atribuirse a la gestión de los administradores del mismo, se reduce a 24,4 billones de pesos, que equivalen a un 32 por ciento valor del fondo de pensiones en diciembre del último año considerado.
Sin embargo, con posterioridad a la crisis del 2007, la revalorización neta del fondo ha sido negativa. Entre el año 2008 y el año 2012, la revalorización neta del fondo alcanzó a -2,5 billones de pesos. Es decir, la revalorización bruta entre esos años fue inferior a las comisiones de administración cobradas por las AFP y las primas netas embolsadas por las compañías de seguros.
En otras palabras, desde la crisis, la rentabilidad del fondo en ese período no alcanzó para pagar los cobros de los administradores del sistema, y la cuantiosa diferencia – equivalente a más de cinco mil millones de dólares- corrió por cuenta de los aportes de los afiliados y el fisco.
La propaganda de la Asociación de AFP tampoco menciona que entre el año 1982 y el año 2012, los aportes de los afiliados sumaron 57,9 billones de pesos, los que equivalen a un 76 por ciento del fondo de pensiones a diciembre del año 2012, incluyendo 55,5 billones de pesos en cotizaciones obligatorias.
Tampoco menciona que, adicionalmente, entre el año1982 y el año 2012, el fisco aportó al sistema de AFP subsidios en dinero efectivo, por un total de 17,2 billones de pesos, que equivalen al 23 por ciento del valor del fondo de pensiones a diciembre del último a año considerado.
Es decir, entre el año 1982 y el año 2012, los afiliados y el fisco aportaron al sistema de AFP un total de 75,2 billones de pesos, en dinero efectivo. Dicha suma equivale al 98 por ciento del valor del fondo de pensiones a diciembre del último año considerado.
Estas cifras están basadas en información oficial publicada por la Superintendencia de Pensiones (SP), y están contenidas en el estudio de CENDA “Resultados para sus Afiliados de las AFP y Compañías de Seguros relacionadas con la Previsión: 1982-2012”, el que está publicado en www.cendachile.cl, junto a sus memorias de cálculos, enlazadas directamente con el sitio de la SP y las otras fuentes oficiales en que se apoya.
Las mismas fundamentan que la referida publicación de la Asociación de AFP constituye publicidad engañosa, puesto que exagera de modo significativo su propio aporte al fondo de pensiones.
No es la primera vez.