16 oct 2013

Celuadictos, ¿la generación del presente?

La reciente hospitalización en estado grave de un joven que se lanzó del tren para coger su celular, la detención de un obrero inglés por negarse a dejar de utilizar este aparato en el avión, la posición encorvada de miles de usuarios en el Metro, unido al creciente uso en los gimnasios, son síntomas claros que la masividad es la conducta habitual sin desconocer los peligros que encierra para la salud mental de los usuarios.

Los beneficios son indiscutibles: medio instantáneo de contacto con la familia y amigos, objeto que posee información de la más amplia gama, economía en el lenguaje en la medida que se utiliza un sistema de rituales creados para tal fin, escuchar programas y música, bajar aplicaciones, uso de Gps, tomar fotos, grabar, envío de archivos, manejo con movilidad simple, uso de juegos que simplifican el extenso tiempo de viaje, medios de lectura y estudio, incluso como reloj despertador, etc.

Sin embargo, avalando las innumerables aplicaciones positivas, desde la Humanología se ha hecho un estudio exhaustivo de los comportamientos que van asociados a las carencias o desajustes que implica, descubriendo una gama inmensa de características que deterioran al ser.

Entre ellos se encuentran los referidos a los procesos de incomunicación con lo real a partir de la virtualidad, la asociación de este instrumento con la prolongación de la mano impidiendo separarlo de ésta, la dependencia diaria del objeto al constituirse en un órgano asociado a la vida biológica, el estrés extraordinario al centrar la atención en la recepción permanente de mensajes (incluso creyendo recibirlos aunque no sea así), el quiebre del diálogo en presencia del otro al dejar inconcluso el acto comunicativo por atender la llamada, todos los cuales inducen a pensar que se está construyendo una identidad asociada a problemáticas internas que deben ser miradas con atención.

En el caso del aparato educativo se ha constituido en un problema general especialmente cuando las clases participativas se ven interrumpidas por un estudiante cuya concentración está en el objeto y no en los contenidos recibidos, considerando un derecho tenerlo permanentemente activado, además de afectar notablemente la capacidad de reflexión puesto que la reducción del lenguaje incide desfavorablemente en la potencialidad creativa.

Pensar se ha convertido en un verbo alejado de la realidad. Si el porcentaje de uso fuera directamente proporcional al empleo en actividades productivas académicamente el resultado sería completamente diferente.

La celuadicción es el apego extremo a este instrumento, el cual se convierte en parte indispensable de la vida del individuo y cuya falta significa un conflicto para su poseedor, logrando que lo virtual se convierta en una prioridad ante lo real, lo humano, lo concreto.

En este sentido, la tecnología no tiene responsabilidad en este hecho pues es conducida por personas. Por tanto, pese a no ser un asunto de Estado, el sistema educativo y de salud tendría que poner atención rápida en este fenómeno que, de no ser atendido con prontitud, puede conducir a una generación verdaderamente incomunicada, e incluso solitaria, pese al uso permanente del mensaje.

Tal vez llegó la hora de hacer un silencio para pensar en los nuevos caminos que puede otorgar el desarrollo tecnológico antes que sea demasiado tarde.

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  • Lilia Gomez

    Articulo que refleja la realidad de la juventud y la adultez que en conjunto dedican sus tiempos a lo virtual y no a lo real. Es hora de tomar conciencia que lo mas importante es la búsqueda de la felicidad y la única comunicación que sirve es aquella que enaltece al ser humano.

  • Barbara Xilene Riquelme Victor

    los celuadictos son parte de este mundo extremadamente rápido.
    En la educación esto se refleja a la hiper “educación” que se les comienza a dar a los niños desde edades cada vez mas tempranas, necesitamos (me incluyo) tener ” respuestas” rápidas, y lo pongo con comillas, porque en el fondo recibimos un vomito de cosas que nuestro cerebro no esta preparado para procesar porque nuestra generación de rapidez no nos deja pensar, analizar, problematizar, etc.
    efectivamente están ocurriendo problemas físicos con el uso de estos aparatos, tenemos niños con dolores de espalda, el dedo pulgar se especula comenzara a crecer por su hiper uso que esta teniendo, y un sin numero de efectos… pero el mas traumático es la deshumanización… ya no miramos de forma picara a quien nos gusta sino que le mandamos un emoticon, no decimos secretos al oído porque mandamos inbox, no decimos las cosas a la cara sino que un muro a muro, no se dan serenatas porque ahora se mandan archivos, pésima caligrafía pero golpeamos teclas como locos, no sabemos ortografía porque la maquinita nos soluciona el problema… y lo que no trae el celular… lo podemos encontrar en alguna APP.
    el problema no es el aparato, ni el internet, ni nada de eso… el problema es que al parecer necesitamos agregar un sapiens mas a nuestro nombre científico para lograr comprender por fin que son parte de nuestra vida y no nuestra vida!

  • juvenal

    Lo que advierte el Profesor Santa María es clarísimo: estamos incomunicándonos y no nos hemos dado cuenta de ello, porque no estamos habituados a auto observar críticamente nuestro propio comportamiento. Si se nos hubiese enseñado algo de autoconocimiento, habríamos descubierto que somos individualistas en la masa, que estamos viviendo la soledad e incomunicación en la muchedumbre.

    Descubriríamos que – por alguna razón – nos estamos alejando de la realidad y del análisis que hacemos de ella cuando nos juntamos con otros.

    Quizás la celuadicción, nos haga pagar más dinero por un servicio que siempre será poco. Nunca los minutos que compremos nos alcanzaran para “comunicarnos” todo lo que queremos y con ello, será tiempo de contestar la interrogante crítica. ¿Quién está ganando? Y las consiguientes ¿Cómo opera la celuadicción?¿Qué

    consecuencias tiene en cada caso particular?¿Existe una terapia que ofrezca eliminarla?¿Habrá médicos, laboratorios farmacéuticos, psicólogos y terapeutas ocupacionales que la traten?

    Como siempre, el sistema se beneficia de los seres humanos individuales, porque estos no abordan de una vez por todas, su evidente distorsión de la jerarquía valórica que les genera altos niveles de estrés, altera su capacidad de pensar (disminuyéndola y desvinculándola de la realidad) y facilita su dependencia de externalidades,

    Si aún estuviésemos a tiempo, propondríamos que las conductas generadas por la tecnología fueran monitoreadas con el fin de prevenir desajustes mayores. Sin embargo, las propuestas más relevantes sobre el autoconocimiento y la reflexión crítica iluminados por valores,.deben surgir en el campo de la educación y en las familias –para reflexionar y aplicar desde sus primeros niveles y desde el noviazgo.

    Juvenal Hernández C.