30 sep 2013

Políticas y opinión pública

Durante mucho tiempo pensamos que bastaba con que las políticas públicas se basaran en indicadores objetivos como crecimiento, desempleo, inflación, entre otros indicadores.Sin embargo, hoy pareciera no ser suficiente lo anterior ante un escenario de crecimiento económico con alta movilidad social donde la clase media se expande y en consecuencia, suben las expectativas.

Surge así la necesidad de satisfacer esas expectativas en un tiempo razonable.En caso contrario esas demandas se transforman en descontento, pese a estar viviendo en una economía exitosa.Ello, conlleva el riesgo de estallidos sociales y una presión al sistema político desde las calles, que puede desestabilizar la democracia.

En consecuencia, los gobiernos tienen hoy el desafío de intentar anticipar cómo la gente va a percibir el proceso de desarrollo y la expansión económica. Anticipar quiere decir interpretar adecuadamente cómo las personas reciben los estímulos y enfrentan las dificultades en su vida diaria.Se trata de traspasar los buenos resultados de la economía nacional a la gente, de modo que perciba que el progreso también se instala en su entorno.

Consideremos que dos décadas atrás había 200 mil jóvenes en educación superior y hoy están sobre 1 millón. No obstante este gran progreso, uno de los conflictos sociales permanentes de los últimos años tiene relación con las demandas por una mejor educación superior.

Detrás de ello está el nivel de gasto que implica para las familias el sistema educacional, llegando incluso a la deserción universitaria por motivos económicos.Eso provoca una gran frustración y es un área donde se requiere capacidad de anticipación al diseñar un sistema que garantice acceso.

En este escenario, donde las políticas públicas son puestas en tela de juicio por la ciudadanía, los medios de comunicación tienen un rol que también debemos revisar.Ello, puesto que la necesidad de alcanzar mayores audiencias puede empujarlos a sumarse al descontento popular o inclusive exacerbarlo por medio de decisiones editoriales como las imágenes que se escogen para ilustrar, los testimonios que se seleccionan o los titulares de las notas respectivas.

Sin embargo, si el foco está en el bien colectivo, además de explicar el contexto y la génesis de los conflictos, hay que señalar un camino de esperanza, concediendo los tiempos necesarios al sistema político para resolver los problemas.

En este contexto, el rol de un ThinkTank es acumular conocimiento muy aplicado respecto de lo que funciona y no funciona en la práctica, en determinados temas y especialmente, respecto de las demandas ciudadanas que emergen.

En consecuencia, los Centros de Estudios deben tener la capacidad de acumular esas buenas ideas y tener sentido de la oportunidad para plantearlas en el momento adecuado.

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  • Francisco

    Alejandro:

    Gracias por sus opiniones y aportes sobre temas relevantes para nuestro país.