“No me temblará la mano”, sentenció la señora Evelyn Matthei, candidata presidencial de la derecha, en una rápida mención al tema mapuche en una visita a la Araucanía, para señalar que aplicará la Ley Antiterrorista ante cualquier evento que afecte a la seguridad ciudadana, en dicha región, sean o no mapuches los responsables. Por cierto, agregó, en el caso de los mapuches será una aplicación de la Ley con la correspondiente verdad de los hechos.
Durante la dictadura militar escuchamos muchas veces esa terrible frase de boca del dictador:“No me temblará la mano, señores”…Y los hechos represivos se desataron con graves efectos.
¿Estaba consciente la señora Matthei de sus dichos en la Araucanía? Yo creo que sí, pues la “cultura” represiva está en el ADN de la derecha. No hay una consideración histórica de los hechos, ¿porqué ciertas comunidades indígenas ocupan determinados terrenos? Porque eran ancestrales y porque el Estado usurpó las tierras y las entregó a terceros, colonos primeros, particulares después, forestales a posterior.
Y la “transferencia” se hizo sin tapujos, con ley y sin ley; con orden y con violencia; con mentiras y engaños.En suma, usurpación.
¿Es justa la demanda de los pueblos indígenas en la actualidad en relación con las tierras iancestrales? Es justa. Y más del 70% de los ciudadanos, en diversas encuestas, respaldan dicha demanda. En consecuencia, lo normal es que un/a candidato/a presidencial señale su voluntad de buscar una solución política para un problema que, desde sus orígenes es político.
¿Cómo hacer justicia ante la demanda de tierras y territorio?
Nos llega una noticia reciente desde Honduras. El gobierno ha firmado cinco títulos legales que reconocen derechos territoriales del pueblo Miskito y el Estado les ha cedido 970.000 hectáreas de tierras en la región de Mosquitia.Esto es el 6% del territorio nacional hondureño.
Como consecuencia de este acto patriótico, a favor del pueblo Miskito, las compañías de minería, gas, petróleo y madera ahora tendrán que reconocer a los miskitos como legítimos propietarios de la tierra.
Cabe recordar que el presidente de Honduras es Porfirio Lobo Sosa, del Partido Nacional, de tendencia liberal. Esto sucede en una nación de América latina, con un gobierno liberal, en donde –asumimos- al Presidente Lobo Sosa, no le tembló la mano para firmar las cinco leyes que hoy le dan pleno imperio territorial a los indígenas miskitos.
Esa es la diferencia con Chile y su candidata liberal, la señora Evelyn Matthei.
Es también la diferencia con una oposición (la Nueva Mayoría) que habrá de comprender que la causa indígena en Chile, hoy está en otro escenario y que la antigua concepción de pobreza y falta de integración, como tradicionalmente se califica el llamado “problema indígena” ha dado paso a un concepto nuevo y moderno que es de inclusión y pleno reconocimiento de derechos colectivos.
Más temprano que tarde el Estado de Chile ha de seguir el ejemplo de Honduras y de otras naciones modernas y civilizadas del mundo.