Chile ha crecido de manera sostenida en los últimos 20 años en torno al 5 %, se ha reducido la pobreza en casi 2/3, y lo mejor que en 10 años más de 2 millones de personas dejaron de ser pobres.
El FMI califica a Chile como una de las 6 economías más dinámicas del mundo, pero algo falta, como hacer un mejor país para todos, aprovechando sus mayores riquezas naturales en pos de construir una sociedad más justa y con más equidad social. La pregunta que nos debemos hacer entonces ¿seremos capaces de crecer a tasas de 5% en los próximos 20 años?
Por eso Chile necesita una estrategia competitiva de negocios que maximice su marca minera, que nos lleve a ser campeones mundiales, tanto en producción de cobre y otros metales, como en producción limpia, segura, confiable, en armonía con las comunidades y pueblos originarios, y con una adecuada distribución de la riqueza. Esa es una de las tareas pendientes.
Para desarrollar este país, la ingeniería es la palanca o el motor de desarrollo, y como tal deberá enfrentar nuevos desafíos en el concierto mundial, estos desafíos son complejos, difíciles y variados, y su principal desventaja radica en que Chile no se ha industrializado.
Tampoco los candidatos a la presidencia lo tienen contemplado. Es preocupante la displicencia del mundo político con respecto a la minería, por eso ahora es el momento de dar el segundo paso: industrializar nuestras riquezas naturales.
Las tendencias y desafíos para la Minería.
Falta compartir una visión de país, con una política de consenso para resolver el tema energético, no es posible que para el 2020 tengamos que estar apagando las luces para economizar, así tendremos una industria herida.
La ingeniería debe enfrentar la dicotomía de leyes de yacimientos decrecientes a lo largo del tiempo y el aumento en el manejo de grandes cantidades de materiales, roca removida, grandes stock pile, importantes flotas de camiones o transporte a gran distancia por correas transportadoras, lo que demanda grandes CAPEX y mayores financiamientos.
El mundo propende hacia una minería subterránea para explotar grandes yacimientos, lo que demanda mejores tecnologías, operaciones más seguras, y Chile está a la vanguardia de aplicar los mejores métodos de explotación a gran escala como Panel Caving, y distintas variantes de socavación.
El mundo va hacia una total automatización y eso trae nuevos desafíos en mejores prácticas en mantención y confiabilidad de los sistemas productivos.
La minería chilena ha perdido competitividad y eficiencia en sus procesos, esto trae un alza sostenida en sus costos operacionales.
El año 2008 Chile tenía un costo medio de 1,43 U$/Lb y el resto del mundo estaba en 1,64, es decir el país era más competitivo en un 11,5% , pero ahora en el 2013 aumentó su costo a 2,23 U$/Lb mientras que el resto del mundo llega sólo a 2,11.Esta pérdida de competitividad es grave y requiere urgentes medidas como políticas de estado.
Otro gran desafío para la ingeniería chilena, es diseñar mejores proyectos, sustentables, libres de riesgos, en armonía con el medio ambiente y las comunidades, otra tarea pendiente.
La ley de cierres de minas recientemente promulgada, obliga a la ingeniería a realizar mejores y más inteligentes diseños sustentables, rentables, confiables y responsables para entregar en el futuro un mundo mejor a nuestros hijos y nietos.
Otra tendencia a futuro es realizar ingeniería con mejores y más inteligente infraestructura en armonía con los planes de urbanización y plena satisfacción de la comunidad.
La escasez de energía y agua es dramática, siendo un factor negativo para el fomento de nuevos proyectos y pérdida de competitividad, tarea pendiente.
El nuevo juego empresarial obliga a la ingeniería de consulta a trabajar unida con una sociedad cada vez más caprichosa, que exige participación en los nuevos proyectos en minería infraestructura, telecomunicaciones, puertos y obras viales.
La industria minera enfrenta el aumento de altos costos de operación que le quita competitividad, los inversionistas terminan huyendo a otros mercados más baratos, como Perú, Colombia, México y recuperarlo es una tarea muy difícil.
Otro desafío que debe enfrentar la ingeniería es hacer minería en altura con ambientes extremos, y en yacimientos cada vez más profundos, pobres y complejos en su procesamiento de minerales.
El rescate de los 33 mineros de Atacama fue una epopeya mundial, mostrándole al mundo la calidad de la ingeniería chilena, siendo actualmente la minería su mejor marca país.
Del mismo modo, debemos pensar en una ingeniería planetaria, que tenga como características primordiales entre otras, ser 100% sustentable incorporando el cambio climático, sin desconocer el fenómeno de inversión de los polos magnéticos que traen innumerables cambios en el planeta.
El fin del boom minero, el cierre de algunas minas, los malditos altos costos operacionales, la falta de políticas públicas, están mermando nuestro futuro, porque muchos de nosotros no estamos viviendo nuestros sueños, estamos viviendo nuestros miedos que nos paraliza.
La innovación exige conciencia y equilibrio para transportar las ideas del campo imaginario, al campo de las realizaciones.
Los invito a dar el segundo paso: ¡Minería industrialízate! Nuestros nietos merecen un mejor país.