España no levanta cabeza.
A la recesión que se extiende más de la cuenta, a los recortes de salarios y las subidas de impuestos, a los contratos precarios o la falta de expectativas laborales para seis millones de personas, se añade la ineficacia y los malos manejos de la clase política.
Con sus actuaciones, los partidos políticos españoles ya no son creíbles ni son ejemplo de transparencia para los ciudadanos. Los escándalos de corrupción que involucraban a militantes de segunda o tercera alcanzan ahora a dirigentes de primera fila y altos cargos.
El encarcelamiento de Luis Bárcenas, por más de veinte años, gerente, tesorero, además de senador por el Partido Popular en el Gobierno, ha añadido más inestabilidad política,económica y social a un país zarandeado desde hace cuatro años por una crisis que ha elevado los niveles de pobreza, que condena a una juventud preparada a la emigración y que da carta blanca al modelo económico liberal en detrimento del estado del bienestar más justo e igualitario.
El Gobierno de Mariano Rajoy no ha necesitado las zancadillas del mayor partido de la oposición – el Socialista- para tropezar y quedar al borde del abismo. Uno de los suyos, considerado hace unos meses “decente” y ahora , caído en desgracia, “delincuente”, se ha encargado de tirar de la manta y dejar al descubierto los trapos sucios de un partido que llegó al poder como adalid de eficacia, orden , honestidad y transparencia.
Más de lo mismo, de acuerdo a lo que ahora se sabe y se investiga en los tribunales.
Luis Bárcenas asegura que después de cuatro años de ir y venir a los juzgados es el hombre más conocido de España y es por ello rogaba que no le quitaran el pasaporte porque era imposible que se fugara del país. Pero el juez Pablo Ruz que lo investiga por cohecho , blanqueo de capitales y evasión fiscal, no solo lo dejó sin pasaporte sino que además ordenó su ingreso en prisión para que diera cuenta de una vez por todas de las actividades ilícitas cometidas cuando era fiel guardián de los presupuestos del Partido Popular.
Bárcenas, locuaz con los medios de comunicación,primero con el diario El País y ahora con El Mundo , se había negado a responder ante el juez sobre el origen de unos 50 millones de euros depositados a su nombre en cuentas bancarias de Suiza y en otros paraísos fiscales.
La decisión del magistrado, agotado por tantas evasivas, ha puesto al borde de un ataque de nervios a los dirigentes del Partido Popular. El ex hombre de confianza había amenazado que de verse sin el apoyo de sus amigos de partido contaría TODO sobre las ilegalidades cometidas cuando se encargaba de las cuentas.
Desde ya, en su primera comparecencia ante el juez tras ser encarcelado ha declarado que las notas difundidas por el diario El Mundo le pertenecen. Esto vendría a corroborar que durante años en el Partido Popular habría existido “una caja b” que habría servido para pagar sobresueldos a dirigentes del partido, entre otros , al actual presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y al ex presidente José María Aznar.
En esas notas que Bárcenas ha reconocido por fin ante el magistrado como suyas figuran nombres de empresarios que habrían hechos donativos por cantidades superiores a las permitidas por la Ley de financiamiento de partidos políticos.
A esto hay que añadir la conexión estrecha del ex tesorero con la llamada trama GURTEL, investigada por sobornos pagados por empresas que fueron beneficiadas con licitaciones públicas.
Este dinero negro fue utilizado por Bárcenas para comprar favores y conciencias , para ocultarlo fuera de España y para pagar sobresueldos a los altos cargos del Partido Popular.
La mayoría absoluta que tiene el Partido Popular en el Congreso frena cualquier iniciativa de la oposición para que comparezca Mariano Rajoy y explique cuánto de verdad hay en lo declarado por Bárcenas ante el juez. Las peticiones para que dimita y se convoquen nuevas elecciones generales corren igual suerte.
Rajoy sólo ha sacado la voz a última hora y lo ha hecho para afirmar “que las instituciones del Estado nunca serán chantajeadas”,en directa alusión a la amenaza de “tirar de la manta” de su antiguo hombre de confianza.
Se ha revelado que hasta hace unos días Mariano Rajoy y Bárcenas cruzaban mensajes de apoyo mutuo y de fidelidad a través de sus celulares.
La decisión del juez de encarcelar al ex tesorero rompió esa amistad. A partir de ahora, que cada cual aguante su vela.
Y en este río revuelto de escándalos no se escapan otras agrupaciones políticas. El Partido Socialista tiene abierto varios frentes en los tribunales. Uno de ellos en Sevilla , donde una juez que investiga el reparto a diestro y siniestro de cientos de millones de euros en falsos expedientes de regulación de empresas ha citado a declarar a veinte altos cargos de la Comunidad de Andalucía. Entre ellos, una ex ministra del gobierno de Rodríguez Zapatero.
La capacidad de aguante de los españoles ante tanto escándalo de corrupción debería ser materia de análisis.En una década se han investigado 800 casos y han sido detenidas unas dos mil personas por actividades corruptas.
Solo el cuatro por ciento de los españoles confían en los políticos.