En pocos días más son las elecciones primarias y hay algo que me preocupa más allá de los resultados. Me preocupa la falta de interés de la comunidad.
En las elecciones municipales pasadas comenzó a operar el voto voluntario, una ley con buenas intenciones, pero que en la práctica se tradujo en que el gran ganador de los sufragios fue la abstención, con un porcentaje total cercano al 60 por ciento a nivel nacional. Esto no sólo alteró algunos resultados que las encuestas daban por seguros, además demostró una crisis de representación política y poca conciencia de lo que significa tener la libertad para elegir a quienes nos gobiernan.
Lo que sorprende no es el descontento con los candidatos, con las propuestas o con los gobiernos pasados, lo que realmente preocupa, es la poca valorización que tiene el derecho a votar.
“El voto es el instrumento más poderoso jamás concebido por el hombre para derrotar la injusticia y destruir las terribles paredes que encarcelan a hombres para ser diferentes de otros hombres”, señaló Lyndon Johnson, ex presidente de EEUU, gestor de la ley que dio derecho a votar a los afroamericanos estadounidenses en 1965.
La igualdad para sufragar es muy reciente en nuestra historia, en Chile sólo en 1952 las mujeres pudieron votar por primera vez en unas elecciones presidenciales y no se puede olvidar el proceso vivido por el país para cerrar las heridas y volver a manifestarse en las urnas democráticamente tras 17 años.
Tenemos que tener conciencia de nuestra oportunidad de mejorar la realidad del país, de la importancia de manifestar nuestra opinión, de que “con votos se construyen hospitales, con la indiferencia no se construye nada”, señalaba el político español Alfredo Pérez Rubalcaba.
Es más, es en las urnas donde se puede cambiar la historia de una nación. Gracias al derecho a voto en 1994 Nelson Mandela llegó a ser el primer presidente de raza negra de Sudáfrica; el 2008 ocurrió lo mismo con Barack Obama en Estados Unidos y en 1990 la nicaragüense Violeta Chamorro se convirtió en la primera presidenta de latinoamérica electa a través del sufragio.
Si no votas, dejas que otros decidan por ti quién gobernará, cuando votas, se fortalece la democracia.
Como Vice presidenta de Renovación Nacional, obviamente quiero que gane Andrés Allamand, como chilena, quiero que gane un país con opinión. Por eso te invito a votar el próximo 30 de junio. Vota para ganar.