“Creemos haber encontrado el mecanismo básico de copia por el que la vida procede de la vida. Imaginarás que estamos muy emocionados”.Esto escribió el científico Francis Crick en una carta a su hijo Michael de 12 años, hace 6 décadas. En la misma carta le explicaba en qué consistía el ácido desoxirribonucleico y las bases (ADN) que lo componían (adenina, citosina, guanina y timina).
El descubrimiento de Watson y Crick transformó radicalmente la investigación biomédica y la biología en su conjunto, transformándose en un hito científico solo comparable a la ecuación de Einstein E=mc2.
Tras el hallazgo de la doble hélice, la ciencia tuvo la base para explicar cómo los seres vivos pueden transmitir un mensaje hereditario y determinar su fenotipo, posicionando a la genética en la disciplina biológica más revolucionaria del mundo moderno.
La publicación en la revista Nature que, en abril de 1953, dio a conocer estos hallazgos fue muy tímida e inusualmente breve, al ocupar sólo una página, con solo seis referencias bibliográficas. Su única ilustración fue la doble hélice que dibujó a mano Odile Crick, la mujer de Francis, tras una breve descripción que este le transmitió en su casa de Cambridge.
Lo curioso, es que esta imagen de doble hélice había sido demostrada experimentalmente, en forma previa, con la técnica de cristalografía de rayos X por la investigadora Rosalind Franklin, y la foto obtenida por ella para su tesis facilitada a Watson y Crick por su jefe, Maurice Wilkins (quien finalmente compartió el Premio Nobel con ellos).
Esto permitió a Crick darse cuenta de que el ADN estaba hecho de dos hélices antiparalelas y que las reglas de apareamiento que las regulaban bastaban para explicar la propiedad esencial de cualquier sistema vivo para sacar copias de sí mismo. La idea resultó correcta y sobrevino la revolución.
A partir de este trabajo se pudo desarrollar el dogma de la biología sobre el paso de genes a proteínas y los avances posteriores permitieron el desarrollo de las primeras técnicas de ingeniería genética que a la larga fueron imprescindibles para producir proteínas recombinantes, tales como la insulina “artificial”.
También a partir de este descubrimiento se avanzó en la secuenciación del ADN y crear la tecnología para leer nuestros genes de manera individual, anticipando el desarrollo de la medicina personalizada.
La conducta que Watson y Crick asumieron después de este descubrimiento fue criticada por muchos científicos, quienes los acusaban de ser arrogantes y soberbios.
Sin embargo, ¿cómo pretendían esperar que Crick fuese humilde tras descubrir, con solo 25 años de edad, el secreto de la vida?