Josefa Errázuriz, flamante Alcaldesa de la Providencia dijo a la ex Presidenta Bachelet, al momento de recibir su llamado de felicitaciones: “Presidenta, la forma de hacer política en Chile, cambió”. No podríamos estar más de acuerdo, la solución a los problemas de una institucionalidad política desgastada, corroída por malas prácticas, absolutamente ajena al sentir ciudadano, no puede provenir de las cúpulas.
Si la oposición quiere formular un Nuevo Proyecto País, con el cual construir una Nueva Mayoría y conquistar el gobierno no lo puede hacer sólo esperando a santa Bachelet, la forma de hacer política en Chile, ha cambiado.
Lo dijimos en una columna anterior: “Los movimientos ciudadanos llegaron para quedarse”, efectivamente, analizando la Región Metropolitana vemos que los triunfos de candidatos democráticos en Huechuraba, Independencia, Recoleta, Santiago, Providencia, Ñuñoa, La Reina y Peñalolén, no pueden explicarse sino por la activa presencia de los movimientos ciudadanos.
Vemos casos emblemáticos como Santiago, Providencia y Ñuñoa, donde las organizaciones ciudadanas jugaron un rol de primera línea para construir procesos unitarios en un gran arco de partidos y movimientos sociales y políticos.
Constatamos como la solidez de organizaciones sociales en La Reina y Recoleta, comunas por largos años controladas por alcaldes autoritarios, ha contribuido a que estas comunas accedan a gobiernos comunales más democráticos. Todas estas evidencias muestran claramente que hoy, el mundo social es un actor fundamental,
Debemos dejar en claro que la gran mayoría de los candidatos a alcaldes y concejales manifestaron públicamente su voluntad, disposición y compromiso con las organizaciones ciudadanas, para apoyarlas, otorgarles espacios para su acción, generarles competencias, y aportar a la formación de más y mejores líderes.
Los nuevos alcaldes y concejales no pueden seguir prescindiendo de las organizaciones sociales, muy por el contrario, deben buscar su apoyo y actuar en conjunto con ellas. Los municipios deben abrir sus puertas a sus vecinos y a sus organizaciones, fomentar y promover la organización ciudadana, otorgándoles accesos a espacios para el desarrollo de sus actividades, ayudarles a adquirir competencias para formular proyectos con fondos concursables y apoyar su financiamiento.
Sin un mundo social organizado y participativo, será muy difícil emprender la verdadera democratización de los municipios y del país en su conjunto. Probablemente muchos alcaldes y concejales se verán tentados a mantener las actuales prácticas de gestión, o serán asimilados por el sistema y no generarán cambios efectivos.
De la gente y sus organizaciones dependerá que esto no suceda, ellos han empoderado a una cantidad importante de concejales y alcaldes, ahora deberán exigirles que se alineen con lo que plantearon en campaña.
Promesas de campaña fueron abrir las puertas de los municipios, iniciar su democratización, transparentar la gestión y sobre todo los presupuestos, pero fundamentalmente, informar a los ciudadanos y pedirles su opinión antes de iniciar cualquier proyecto de envergadura: modificación de Planes Reguladores, intervenciones urbanas importante, nuevos proyectos de inversión cuyo beneficio social no esté claro y cualquier otro proyecto que altere la calidad de vida de la población.
Los dirigentes sociales por su lado, deben asumir la tarea de conducir a sus organizaciones en este proceso y apoyar la formación de nuevas organizaciones. La sociedad civil organizada es el único garante verdadero de un proceso de democratización real de los municipios
Sin embargo, para que exista gobernabilidad de verdad y se generen climas propicios para ejercer la gestión municipal, también deben estar presentes las fuerzas políticas de la comuna, restablecer el diálogo entre todos los actores políticos, pero por sobre todo, instalar un proceso de diálogo permanente entre los actores políticos y sociales será sin lugar a dudas una de la tareas más difíciles.
La ciudadanía desconfía de grandes empresarios, políticos, ministros de estado parlamentarios y todo representante del poder económico/político. El alto nivel de abstención refleja de manera nítida esto y será tarea tanto de los líderes sociales, como de los líderes políticos y de las autoridades municipales, trabajar por la nueva forma de hacer política que ha mencionado la alcaldesa de Providencia.