Como hace décadas, la derecha vuelve a intentar culpar a los comunistas de cuanta movilización y protesta se produce en el país, que tienen su origen en las deficiencias, injusticias y falta de respuestas concretas de parte de la autoridad.
Dirigentes de la UDI y personeros del gobierno de Sebastián Piñera, con prácticas anticomunistas, anticuadas y desproporcionadas que no se ajustan a la realidad, explícitamente o por la vía de la insinuación, declararon que el Partido Comunista promueve la toma de liceos, la agitación de los trabajadores, la violencia y hasta se dijo que podíamos estar volviendo a prácticas terroristas.
Se podía pensar que esas prácticas violentas de la derecha, utilizadas a lo largo de la historia y sobre todo para atacar al Presidente Salvador Allende y promover el Golpe de Estado (lo que sí constituye una práctica terrorista), habían terminado. Pero siguen.Incluso fueron grotescas las palabras de la ministra Evelyn Matthei y el diputado Alberto Cardemil cuando hubo denuncias respecto a violaciones de derechos humanos.
La agenda del gobierno y su gabinete se sustenta en instalar la idea de que los estudiantes promueven la violencia y de ahí criminaliza las tomas de liceos y por defecto a toda la movilización por la educación. En eso hay un paso muy corto para profundizar más represión y vejámenes a los jóvenes.
Se produce una alianza férrea entre autoridades del gobierno y alcaldes de derecha para llevar la fuerza pública a actuar de manera desmedida. Y quieren sacar adelante la Ley Hinzpeter, que sería la institucionalización de la represión más brutal y absurda.
Mientras tanto, el gobierno sigue sin dar respuesta a los profundos y urgentes problemas del sistema educativo, enviando, por ejemplo, una reforma tributaria que privilegia a la educación privada y a los sectores de más altos ingresos y que es profundamente insuficiente para solucionar los problemas de la educación.
El Partido Comunista respalda las demandas del movimiento estudiantil. Apoya una profunda transformación en el sistema educacional, está por poner fin al lucro y por una educación pública gratuita y de calidad. Considera que las organizaciones estudiantiles tienen derecho a movilizarse, protestar, expresarse y emplazar a las autoridades, cuando no son escuchadas ni tomadas en cuenta por las autoridades.
No hay nada más que eso. El PC no necesita dar instrucciones a los estudiantes, algo que, por lo demás, ellos no aceptarían.
Son calumniosas y parte de una campaña mediática del gobierno, de la derecha y de algunos alcaldes acusar al PC de promover la violencia. Eso es para desviar la atención del problema central. Es volver a la época en que se decía que los comunistas se comían las guaguas.
En vez de estar en esos caminos, el gobierno y la derecha deberían hacer esfuerzos por encontrar respuestas, soluciones y diálogo. En ello el Partido Comunista está disponible, sobre todo en el campo del Parlamento para aprobar proyectos y reformas que posibiliten transformar el sistema educacional chileno.
No hay que dejar de decir que en la medida que aumente y se agudice la movilización social, la protesta popular y el reclamo ciudadano, la derecha, el gobierno de Sebastián Piñera y los medios de prensa conservadores, van a querer insistir en que el PC alienta la violencia y la ilegalidad.
La opinión pública debe estar alertada respecto a esa situación que promueve el anticomunismo y tiende a desprestigiar a las organizaciones opositoras.