A lo menos 108 personas, en su mayoría niños y mujeres, fueron aniquilados por milicias pro-gubernamentales en Siria, República árabe del Oriente medio, gobernada desde hace 49 años por el Baaz (partido por el renacimiento árabe socialista).
Desde 1970 el país es regentado por la familia Assad. Hace un año se inició un movimiento ciudadano por “Una Siria sin tiranía ni ley de emergencia”. Las protestas sociales han causado miles de muertos. Los informes de organismos internacionales en DDHH como Amnistía Internacional pueden ser ampliamente apreciados en Internet.
El viernes 25 se realizó una nueva manifestación en Hula. La milicia reprimió con extrema violencia y simplemente procedieron a liquidar a mansalva a los participantes, incluso ingresando brutalmente a sus hogares. Mujeres y niños fueron masacrados a tiros en plena calle.
El mundo, (o eso creemos) ha reaccionado con tristeza ante estos hechos de violencia, especialmente ante las imágenes que circulan profusamente en las redes virtuales.
Gran parte de las naciones europeas están adoptando severas medidas diplomáticas y están expulsando a los Embajadores de Siria de sus países: España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Bélgica, Bulgaria, Australia, Suiza, Holanda, entre otros que consideran al Gobierno Sirio como responsable de estas matanzas.
Pero Damasco cuenta aún con el respaldo de China y Rusia. Este último país, rompiendo los protocolos de un acuerdo de embargo de armas a Siria, igual trafica con armamento a la nación árabe.
Por cierto, el Gobierno de Siria responsabiliza a los “terroristas”. Los violentos gobernantes de Turquía, Ruanda y Bosnia, en su tiempo también culparon al “terrorismo” de cruentas matanzas de miles de personas. Es un camino sin límite.
El punto más relevante de todos estos conflictos, como dice el columnista de El País, Guillermo Altares, es que “ningún Presidente ha hecho de la política contra el genocidio una prioridad y ninguno ha pagado un precio político por ello” (“Siempre son demasiados muertos”, (El País, 30 de mayo 2012).
Ya sabemos que la “razón de Estado” normalmente se aleja de la Ética Política. El problema es que 108 víctimas inocentes de la violencia gubernamental ya no están vivos para reclamar su derecho a vivir. Nuestras condolencias al pueblo sirio.