Apenas unos días después de ocurrido el aluvión los vecinos afectados asistimos al desfile de varios ministros de la República. Entre ellos la visita del ministro de Obras Públicas quien entre otras actividades hizo eje de su estadía en la “entrega para su uso” de un puente mecano que se instaló en la calle Magallanes, luego que el puente que estaba allí instalado fuera derrumbado para nuestra sorpresa ya pasado lo peor de la catástrofe.
Con la inmensa mayoría de los vecinos sin poder regresar a sus casas, con montañas de tres metros de alto de lodo, arenilla y troncos en las calles, en medio de un clima de desconcierto, con las autoridades actuando de manera tardía, reactiva, descoordinada y esporádica; una ministra del Trabajo que en visita anterior, desautorizaba al alcalde; la gobernadora retirándose de una reunión del Comité de Emergencia luego de haber sido reconvenida a viva voz por el intendente, el presidente de la República de vacaciones o de viaje por Asia en un despliegue comunicacional del que fueron testigos y cómplices los grandes medios de comunicación, ese 22 de Marzo, diez días después de ocurrido el aluvión, un sonriente ministro entregó un puente provisorio como una solución para la población.
Los damnificados nos preguntamos si era necesaria la presencia del Ministro para un hecho irrelevante, la burla de la utilización política de nuestra desgracia para aparecer proactivo, cuando en realidad los diseños de los puentes nuevos y su ejecución llevan años durmiendo el sueño de los justos.
El despliegue fue impecable en todo caso, ante la presencia de vecinos protestando y luego de intercambios telefónicos de personeros del gobierno rápidamente se hicieron presentes empleados del MOP, uniformados en chaquetas azules y rojas. También se formaron como retaguardia del Ministro jóvenes voluntarios y todas las cámaras apuntaron hacia esa escenografía bien montada.
El puente que se instaló de manera desprolija, tuvo que ser cerrado una semana, porque se olvidaron de enviar lo necesario para instalar la pasarela peatonal. Luego de eso se constata que con el barro omnipresente en la ciudad, los coches patinan al atravesarlo.
Ayer 21 de abril la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, anuncia que efectuará trabajos de mejoramiento tanto de la entrada como de la salida en el dichoso puente, por lo tanto estará cerrado al tránsito.
Parece que nos congratulamos cuando entregamos medias aguas y consolidamos los campamentos, parece que nos acomoda sostener el cinismo que implica inaugurar soluciones parche y pretender que la opinión publica se quede con esa imagen, que finalmente los afectados sabemos es una mala fachada.
El desafío para quienes estamos del otro lado del cerco comunicacional es también el abismo que separa a los ciudadanos de los partidos políticos, parlamento, de este gobierno y gobiernos anteriores.
Están acostumbrados a hablar y decidir en círculos. Y si los titulares refrendan esa lectura, siendo parte de la misma puesta en escena, tanto mejor.
En tanto el ciudadano sabe que pasado el destello comunicacional, no será titular, porque finalmente nunca lo fue, el titular era lo espectacular de la desgracia que se podía mostrar en términos noticiosos.
El ciudadano sabe de los que se pasearon por fuera, por el margen, por el límite de sus problemas, que apenas vieron el barro desde un vehículo oficial, sin tener que respirar la humedad y la dificultad diaria.
Gobernar para la agenda mediática. Inaugurar para la foto.
Debiera estar prohibido anunciar anuncios, ante-proyectos, estudios para solucionar a futuro, y todo aquello que apenas representa un condicional deseado que los ciudadanos ya sabemos es igual a nada.
Esa es la metáfora del puente mecano.