Hicimos los cálculos: estudiamos Medicina en la PUC y el título de médicos en la U de Chile en 1962 (hace 50 años). Entonces pagábamos $ 35,000 al año en la PUC cada año y durante siete.
¿Cuánto sería HOY el costo equivalente en pesos de 2012? Serían $ 1.800,000 (un millón ochocientos mil pesos al año) después de ajustar % de inflación acumulada y dos transiciones de $ pesos a Eº escudos y de Eº a $.
La carrera de Medicina hoy en PUC y/o en la U de Chile o privadas fluctúa en los 5 millones de pesos. La diferencia entre lo calculado y lo actual puede corresponder al costo de tecnologías incorporadas y… quizás a un lucro. Prefiero llamar RENTA a lo que se recibe por un trabajo.
Además de lo que pagábamos en la PUC fue la Iglesia Católica y el Estado de Chile los que subvencionaron nuestra carrera.
Mi formación y status derivó de un rol social y hoy constituye para nosotros un magneto diligente al trabajo de un gremio poco enfocado en el servicio.
Fuimos afortunados al estudiar Medicina en la UC que sin College, nos favoreció con profesores de Ramos Básicos con cultura, conocimientos y nos entusiasmaron por la ciencia con la visión de respetar las ideas de otros. Y en CLÍNICAS a docentes exigentes que nos traspasaron esa exigencia para entregar el servicio de la medicina.
Ya no somos los mismos. Hemos cambiado de opinión y de ideas. Hoy nos interesa más el prójimo y los grupos de prójimos que sufren en el planeta. No tenemos una posición política sino otra posición mental. No deseamos aparecer modernos que ya llegamos a la cima. No hemos llegado a ninguna cumbre. Seguimos escalando apenas este monte improbable.
Por esos años se emancipaba África del colonialismo europeo que se había apoderado a metralla limpia de propiedades de los africanos que perdieron vida, gobernabilidad y virtudes originarias a manos de los colonialistas europeos.
No olvido a Juan XXIII, aunque estaba en otro curso con su Concilio Vaticano II para el aggiornamiento de la Iglesia. Oh, Papa cándido, el que fumaba dos cigarrillos después de comida, generó entre nosotros aunque no nos dimos cuenta la Teología de la Liberación en América Latina entre los años 62 al 66.
Mis amigos académicos de los EEUU que no son hippies me enseñaron cómo el poder de los ogros militares se encargaron de despachar monjitas que recorrían caminos, asesinar al Obispo Romero en plena misa vernácula y por acá cerca al cura Camilo, nuestros ilusos combatientes por un mundo algo mejor.
Sin flamear la bandera del cambio palabra profunda ahora familiarizada con lo más epidérmico de lo superficial repito que gracias a ustedes, más que la moda que llevamos encima hemos cambiado y gracias a cada uno de mis compañeros de curso.
Hoy en día, países de todo el mundo aspiran a convertirse en “sociedades del conocimiento” y “economías del conocimiento.” El extraordinario valor del conocimiento es, por supuesto, que no hay límites a su crecimiento o el valor que puede generar.
¡Hay que sanar la vida!