Hace poco más de una semana el ministro Longueira puso en el debate político sus planteamientos presidenciales. Como hábil estratega sus palabras causaron efectos al interior del oficialismo sobre un tema que cada día es más sensible y aumenta su temperatura.
Desde ese momento, se han sucedido días de proto-definiciones presidenciales. La tesis Longueira abrió un debate que no sólo parecía dormido, sino también que estaba sometido a la tiranía de las encuestas.
Si bien hay consenso en el bloque de gobierno que no es el momento “definitivo” de las definiciones, si era una coyuntura en la que había que sincerar posiciones. Era el momento de avanzar. La tesis Longueira movió las aguas y movilizó las voluntades, los deseos y las pasiones. La coyuntura presidencial, desde ese momento adquirió otra lógica.
La elección de un candidato presidencial implica, entre otros, definir el mecanismo que se usará para escoger la mejor alternativa. En esa dirección, el oficialismo tiene cuatro caminos. En primer lugar, están las encuestas que dan cuenta del mejor posicionado para la Opinión Pública. En segundo, surge la idea de realizar primarias. En tercer término, la designación “a dedo” por los partidos y finalmente, ir a una primera vuelta presidencial con dos o tres presidenciables.
En relación a los postulantes potenciales Longueira menciona cinco alternativas. En efecto, junto al tridente (Allamand, Golborne y el mismo) agrega a otros dos ministros –más bien, ministras- Matthei y Schmidt. Sin embargo, los presidenciables reales se reducen a tres. El independiente Golborne y los dos militantes históricos del sector.
En ese cuadro presidencial lanza su tesis. Ella apunta que en términos de mecanismo el sector debe usar uno “participativo” para elegir a su abanderado.Cada coyuntura tiene su afán. En efecto, hace un año se mostraba partidario de las encuestas. La política es dinámica y la realidad porfiada. Ya sabemos que un año en política es mucho tiempo. Y ello, para lo que ha pasado y lo que podría pasar.Dentro de ambos mecanismos, el más participativo es la primera vuelta presidencial.
La tesis Longueira, por tanto, plantea que si va Bachelet a la presidencial el sector deberá competir en primera vuelta con tres alternativas: un RN, un Udi y un Independiente. La razón política tiene que ver con la necesidad táctica de sumar votos de todos lados –sobretodo, de una DC que no lleva candidato-, con que la Udi debe tener candidato y con que la ex mandataria no gane en primera vuelta.
La razón emocional tiene que ver con el hecho de que el Ministro se re-encantó con la política y no se quiere quedar sin opción presidencial.
Rápidamente sus planteamientos quedaron aislados. Los primeros dardos vienen de su propio partido. El Consejo del partido –realizado un día después de hacer públicos sus planteamientos- se mantuvo cauto y neutro frente al tema presidencial.No hubo proclamaciones ni definiciones. El Partido siguió en la indefinición entre Longueira y Golborne. El ideal es Longueira y lo pragmático es Golborne. Se mantenía el equilibrio entre ambos al interior del partido. No era el momento de proclamaciones.
Sin embargo, mientras se insiste en que el partido debe tener candidato –al son del “se siente, se siente, Longueira Presidente”- se emite un voto político que le da vida a Golborne. El nuevo presidente –Melero- afirmaba que “será un objetivo de esta directiva tener un candidato presidencial de la UDI” y que Longueira ha ido ganando un posicionamiento “más amplio y transversal, que… lo pone en una posición mucho más competitiva, lo que genera mucho entusiasmo al interior de la UDI”.
Las reacciones de Golborne no se hicieron esperar. El ministro de Obras Públicas tiene sus fichas en las encuestas y en que su posicionamiento se mantenga, a lo menos, hasta fin de año. En esa dirección declara que “el tema de las elecciones presidenciales es una materia del año 2013. No nos pongamos nerviosos”.
En relación a la tesis Longueira, afirma que “es una idea adicional, pero a mí no me parece la más apropiada… la unión hace la fuerza”. Para ganar hay que construir “amplias mayorías, que se logran con unidad, con una sola integración, con un programa común”. En relación al candidato esperaba que fuera “de unidad”. Sobre el mecanismo a usar para la definición final sobre el postulante era una decisión de los partidos.
Tiempo atrás, el presidente de RN –Carlos Larraín- se mostraba partidario de que el mecanismo fuera “la primera vuelta presidencial”. La idea pierde fuerza
Las declaraciones de una semana de proto-definiciones siguen. En esa dirección, el senador Larraín también prefiere candidato único como la mayoría del sector. Junto al candidato único surge –con mucha fuerza- el mecanismo de primarias como el más adecuado hoy para elegir el abanderado oficialista.
Mientras es una idea dominante en RN desde hace mucho tiempo –Allamand, Espina, Hinzpeter, Pérez, etc.-, ha comenzado a ganar fuerza en la Udi. En esa dirección, De la Maza afirmaba que si la competencia está equilibrada había que ir a una “primaria abierta”. Con estas palabras, deja abierta la posibilidad de que las encuestas sean el mecanismo a usar. Mal que mal, “se debe actuar con realismo político”.
Ese mismo realismo es el que está en el fondo de los planteamientos del senador Espina.
Afirma que quiere candidato único elegido en una primaria abierta. Sin embargo, deja abierta la posibilidad de que “si un candidato está muy bien posicionado en las encuestas y… ninguno quiere competirle…. No se puede inventar la competencia”.En relación a los tres mejor posicionados hoy, afirma que la opción de Golborne “es la más potente… Las cifras demuestran que tiene más adhesión ciudadana”. Hay que cuidar, por tanto, su candidatura.
Los planteamientos presidenciales del sector siguen inundando el panorama. La pelota ha caído –esta semana- en el gobierno y RN. En el partido los apoyos a su presidenciable se multiplican (Chahún, Larraín, Lily, Monckeberg, Brown, Desbordes) y la fórmula de las primarias se fortalecen.
El gobierno, por su parte, no entra a un debate que debe seguir otros cauces. Sin embargo, no debemos olvidar que el Presidente y el ministro del Interior son de RN y cercanos al ministro de Defensa. Es más, si se avanza en la Ley de Primarias podremos saber cual es el mecanismo por el que se jugará el gobierno –y, por tanto, su candidato.
No es el momento de definiciones finales. Pero, ya hay algunos avances. Si priman las encuestas, será Golborne el candidato. Si hay competencia al interior del oficialismo será una primaria o una primera vuelta presidencial entre la dupla Allamand-Golborne.
En ambos escenarios, el que mayores probabilidades tiene para ser el candidato del oficialismo es el ministro de Obras Públicas que entre sus ventajas está el hecho de que es hijo de la meritocracia y de la Educación Pública.
En el sector, nuevamente, se debaten ente el pragmatismo y las convicciones y entre la economía y la política.