El pasado 20 de mayo, cuando la huelga de hambre de 4 comuneros mapuche llevaba ya 67 días, el renunciado asesor de asuntos indígenas del gobierno de Chile, Sebastián Donoso, intervino en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de Naciones Unidas.
El ahora ex funcionario comenzó su intervención haciendo referencia a la visita de la delegación chilena al mismo foro en abril del año pasado.
Recordó el contexto de la tragedia natural del terremoto, pero olvidó que pocas semanas después empezó el drama humano de la huelga de hambre de 34 presos mapuches, que sorprendió tanto al gobierno que prefirieron ignorarla por meses.
A continuación Donoso habló de la consulta que el gobierno quiere establecer para implementar el Convenio 169 de la OIT.
Los logros que le causan satisfacción -“el gobierno ha dado pasos decisivos”- refieren a situaciones hipotéticas futuras relativas a los procesos de consulta que se quieren iniciar.
Puros logros hipotéticos. Pero se subraya la convicción de que “representan un paso fundamental”.
Pero se calla lo más importante: que el Estado de Chile, a pesar de los insistentes llamados de los Relatores Especiales sobre DDHH de los indígenas (2003, 2009, 2010), sigue aplicando la Ley Antiterrorista en el conflicto que tiene, junto a las empresas forestales, Mininco y Forestal Arauco, con las comunidades mapuche.
Terminó Sebastián Donoso invitando a Chile al Relator James Anaya (autor de las últimas 2 declaraciones de un organismo de la ONU contra la ley antiterrorista).
Más razonable sería que el Relator tuviera cierta suspicacia respecto al gobierno, y tomara contacto directo con la CAM, con el Parlamento Autónomo Malleco, con la Alianza Territorial, el Wallmapu Fütra Trawün, el Consejo de Todas las Tierras, Wallmapuwen y las demás organizaciones emblemáticas en la lucha por la autonomía territorial mapuche (si omito alguna no es adrede).
De esta manera podrá asegurarse de que el gobierno no le muestre la fachada bonita mientras oculta la basura bajo la alfombra.
No “venda la pomada”, como decimos en Chile.