Para entender el surgimiento de la CAM, se debe comprender la maduración del neoliberalismo en las zonas Mapuche, sobre todo en actividades que fueron un símbolo como las empresas forestales, la construcción de la represa hidroeléctrica Ralco, el ducto de Celco en la zona de Mehuin el avance del turismo sobre toda en la zona del Lago Lleu-Lleu en la provincia de Arauco.
En la vida cotidiana, lo antes expuesto significó la contaminación de aguas, erosión de la tierra, cambio en el clima de la región y la pérdida de tierras por el avance forestal lo que se tradujo en una nueva oleada migratoria hacia las ciudades.
Esto, más el impacto sociocultural que significó la construcción de Ralco, con la destrucción de cementerios, rükas y el traslado de su gente hacia otras zonas (permutas) comenzó a ser una nueva variable de rencor que politizó a los Mapuche de mitad de la década del noventa.
Ante esta realidad objetiva, los futuros militantes de la Coordinadora Arauco Malleco se vieron en la disyuntiva de crear una alternativa a lo que ellos analizaron como el exterminio de su forma de ser ante la expansión del capital.
Con este análisis, dentro de un proceso indígena latinoamericano en ascenso desde inicio de la década del noventa, más los aspectos subjetivos de politización comenzada por el Consejo de Todas las Tierras (CTT), se inició una metamorfosis endógena que dio a luz una nueva forma de hacer política.
Así, incendio de casas de agricultores, maquinaria y camiones forestales; corte de cercos y enfrentamiento con policías dentro de una perspectiva anticapitalista, mostraron la decisión de resistencia para concretizar el desarrollo ideológico y por lo tanto proyectual del mundo Mapuche.
Es bajo este panorama en que emerge una nueva generación Mapuche, en la búsqueda de dar soluciones concretas a los problemas que afectaron al mundo indígena neo liberalizado desde mitad de la década del ochenta.
Pero además fue una generación que tomó los planteamientos ideológicos que se vinieron discutiendo con Ad-Mapu y profundizado bajo el CTT.
A la autodeterminación y nación, esta nueva organización planteó la identidad territorial, independencia y Liberación Nacional. Lo que se explica a su vez, por la convergencia con Mapuche provenientes de militancias de izquierda, generaciones universitarias y gente de comunidad.
Reinterpretando la historia de su mismo pueblo, estas convergencias generacionales retomaron a los antiguos héroes Mapuche, como Leftrarü, Pelantarü, Lientür Kilapan, Mañin Wenü, entre otros. Rememoraron a su vez un pasado de libertad, esplendor económico y desarrollo comunitario envuelto en la cosmovisión de su pueblo.
Ello, más los antecedentes internacionales, legitimaron una des-opresión del Estado chileno luego de la Ocupación de La Araucanía, proceso que los forzó a vivir en la pobreza, legitimó el despojo territorial, los calificó de indios y borrachos.
Por ende, el resurgimiento del Weichafe, el guerrero Mapuche que libró las batallas de la libertad en el pasado heroico, volvió. Con él, la legitimidad de la resistencia histórica por el estado de subalternización aplicada bajo el nuevo contexto sociopolítico de términos del siglo XX y en permanente observación con los procesos internacionales que utilizaron la violencia política como estrategia para realizar sus planteamientos ideológicos como protesta social.
El primero de diciembre de 1997 tres camiones en la zona de Lumaco son incendiados por futuros militantes de la CAM, esta acción modificó el escenario sociopolítico en que se vino desarrollando las relaciones entre el gobierno y el mundo Mapuche, generándose una nueva transición en el mundo indígena que para 1999 vio emerger un Movimiento Político Mapuche más o menos definido.
Ese año se consagró la política Mapuche en torno a la recuperación de tierra iniciada como herramienta desde la Reforma Agraria y vuelta a re-tomar por Ad-Mapu a fines de los 80’ y continuada por el CTT en los 90’, generando un nuevo ciclo reivindicativo.
También dio paso al surgimiento de las organizaciones Mapuche que fueron el motor del MPM, al ya reconocido Consejo de Todas las Tierras, se vislumbró con mayor notoriedad la Asociación Ñancucheo de Lumaco.
Nació la Identidad Territorial Lafquenche en la comuna de Tirúa que entre movilizaciones y el triunfo de Adolfo Millabur en la alcaldía dieron sustento a su programa político y por supuesto, la Coordinadora Arauco Malleco, el motor de combustión en esta etapa, al mismo tiempo que comenzó el declive de Ad-Mapu.
Así, terminó de redondearse una actuación política fertilizada desde principios de la década del noventa, cuando el CTT comenzó todo un trabajo de siembra ideológica en los campos Mapuche.
Es dentro de este contexto, en que comenzó a fraguarse una nueva forma de hacer política para el pueblo Mapuche que se consolidó con el surgimiento de la Coordinadora Arauco Malleco, cambiando la historia de este pueblo.