La “teoría 3 m”
Antes de hablarles de esta teoría, les recuerdo que el año pasado, en un vano intento de huir del bullicioso año nuevo, y lleno de un insufrible cotillón, viajé a Marte.
Sí, y les describí el extraordinario viaje. Pero igual fui alcanzado por “Los Marcianos llegaron ya, bailando cha-cha-chá…” o ¿reaggeton? (joder, no rima).
Montado en un “DragonFly”,(imaginario, mal pensados),esta vez, entre enervado y melancólico, viajé a ¡Titán!
En esta gélida luna de Saturno, con temperaturas casi de -180 grados centígrados, (muy bueno para el horroroso calor actual), llueven gotas de metano. (Bueno, en algunos lugares de la tierra, llueve Arsénico y Sulfuros).
Pero como llevaba mi poderoso traje espacial de oferta, anti-metano, ¡no me pasó nada!
El problema fue que la niebla y las tormentas de hidrocarburos no me dejaron ver nada, y descorazonado,(y algo deprimido), me subí a mi libélula psicodélica, y viajando por los “agujeros de gusano”, surfeando sobre las “supercuerdas”, busqué algún exo-planeta habitable en el sistema HeliónPrimus, más allá del punto Omega.
Y encontré uno donde las mujeres tienen bocas pulposas de gozo vital y convencido, junto a suspiros azules.
Allí, todos los cisnes son negros, las mariposas amarillas no vuelan, y las películas se dan al revés en cámara lenta.
Los edificios están hechos de un sol, y el cielo no existe, porque tampoco hay estrellas que todavía no nacen.
El problema, es que suena día y noche por los parlantes, una sola canción: “…Si tú supieras cuanto me enloqueces Juana, María…”con pegajoso ritmo de cumbia (de los Vásquez, por si no sabe).
¡Noooooooo!
No me quedó más que bailar con la Juana María, hija de la reverberación solar, hecha de deseos ancestrales, antojos, fantasías, y necesidades i -(ni)-maginables.
Pero, ¿qué mundo era este?, pregunté con un lamentable destello de doble conciencia.
Por suerte, el exceso de serotonina en las zonas prefrontales y occipitales disminuyó, y tras un último corcoveo del “Dragón Volador”, aterricé el primer día del último año.
Asombrado, lleno de nostalgias y desperdicios de memoria, miré la más silenciosa de las mañanas, la del 2012, cuando no hay nadie en la calle, y la ciudad es extrañamente amistosa.
Y sin sacarme el traje hecho de “partículas de Dios”, me fui a acostar dándome cuenta que amanecía como “Él que conoce el misterio”… de la “Teoría 3 M”: ¡nada! (perdón, contaminación futbolística)…Ser un Maestro, que conoce el Milagro del Misterio.(Única manera de llegar vivo al 2013).