Un torito joven, llamado Frambuesa, de propiedad de un particular que responde al apodo de “Frutilla” apareció en un pozo urbano – San Carlos de Apoquindo, en una irónica alusión al estado actual del equipo de fútbol de la UC – del cual no podía salir.
La pregunta que muchos nos hicimos de inmediato fue: ¿Y cómo entró?
Un oficial de carabineros diría: “por razones que se investiga” y es probable que el Fiscal (ex) Peña lo entienda como una maniobra distractiva de una célula terrorista que deberá ser detenida a la brevedad.
¡No! Justamente los que estuvieron presos por 8 meses acusados de organizar células terroristas y fueron sobreseídos definitivamente, podrán reclamar que esta noticia es una cortina de humo para que el bochorno del gobierno (ministerio del interior), de Peña ya nombrado y de los fiscales en actividad, pase inadvertido por las mayorías.
Y no pude sino recordar a Piñera, el presidente.
Él y muchos se preguntan: ¿y cómo se metió en esto?
No sólo en la presidencia, lo que ha sido contestado por el trashumante Tironi en un best seller, sino en cada paso que da. Porque el presidente logra, a cada paso, desandar lo avanzado o desacreditar lo que sus colaboradores hacen.
Después de muchos esfuerzos el marquesito Bulnes consigue reunirse con los estudiantes, en una cita en la que todos estuvieron tensos y un poco enojados.
Pero, a la salida un ambiente de esperanza, tensa esperanza, porque se anuncia que habrá una segunda reunión: “El próximo miércoles nos reuniremos a hablar acerca de la gratuidad de la educación”. Frase repetida por todos, incluso por Gajardo.
Suspiros de alivio. Entonces… entonces el presidente declara a todos los medios de comunicación: “La gratuidad en la educación chilena es imposible”.
¿No estaba enterado del logro de su ministro estrella?
¿Le dio envidia y quiso hacerlo fracasar?
¿No entendió que gratuidad y gratuidad tienen el mismo significado?
¿No quiso que los muchachos se ilusionaran con voladores de luces?
Se anuncia el presupuesto, pero en lugar de hacerlo el Ministro de Hacienda, como había sucedido siempre hasta ahora, quiere hacerlo el presidente.
Y dice una frase que abre un nuevo debate: “es el presupuesto más alto de la historia”.
Entonces los comentaristas le recuerdan que siempre el presupuesto es más alto que el del año anterior y por lo tanto cada vez es el más alto de la historia.
Piñera responde: “es un incremento mayor del esperado”. Si, responden sus comentaristas, pero es el menor incremento de los últimos cinco años. Plop. Exijo una explicación, diría alguien.
¿En qué momento y en qué circunstancias Frambuesa cayó en el pozo?
Pero cuando el presidente anuncia el presupuesto hace un llamado a la oposición a discutir con altura de miras y espíritu de colaboración (sin conocerlo, Escalona se opone).
Se abre así una posibilidad de poner atención en este tema y dejar otras discusiones fuera.
Entonces – y aprovechando que falta poco para la reunión con los dirigentes de los estudiantes que marchan y se toman escuelas – el presidente anuncia personalmente y con bombos y platillos un proyecto de ley para castigar con cárcel las tomas y los desmanes en las marchas, con responsabilidades para todos los que estén cerca.
Gran momento, porque entonces muchos dirigentes comienzan a manifestar sus desconfianzas y a suponer que hay amenazas para los dialogantes que Bulnes está esperando.
Camila, nueva integrante del Comité Central de las JJ.CC. anuncia que ellos “no pisarán el palito”, ante lo cual el presidente Fram…, perdón, el presidente Piñera ratifica con dureza lo que él espera que se apruebe en el Congreso.
¿Cómo se las arregló Frambuesa para meterse en ese hoyo?
Por supuesto que los dirigentes de la Concertación (incluidos los liberales) se opusieron al proyecto, sin percatarse de dos detalles: que no ha sido enviado todavía y que ellos no lo han leído.
Exijo saber la forma en que Frambuesa se metió en el pozo.
La guinda de la torta (u otra fruta, en realidad) la puso Lagos W, quien comparó a Frambuesa con la Concertación diciendo: “Es que la Concertación es como el Toro Frutilla, se mete en el pozo, pero sale pronto”.
Dos detalles: primero, el toro no se llama Frutilla, lo que demuestra que además de no conocer la realidad, sigue creyendo que con el cambio de nombre basta para que las cosas sean distintas; segundo, que al toro lo sacaron otros del hoyo y por aquí no se ve quien tenga esa voluntad.