En las Naciones Unidas, se practica “tolerancia cero” con el personal, por toda falta en el cumplimiento de sus obligaciones y observancia de las normas de conducta que se esperan de un funcionario internacional.
El respeto a la dignidad de los pueblos y los países anfitriones, las tradiciones y la cultura, figuran entre estas obligaciones.
Desde 2004, la MINUSTAH trabaja intensa y dedicadamente con las autoridades de Haití para estabilizar el país, fortalecer sus instituciones, consolidar el Estado de derecho y, por consiguiente, proteger los derechos económicos y sociales de sus ciudadanos.
Por ello, nos sorprendió y desagradó profundamente haber sabido que algunos soldados de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH) habrían tenido un comportamiento abusivo y degradante con un joven haitiano.
Tomamos drásticas decisiones tan pronto se nos informó que estos hechos repudiables habrían ocurrido en la región de Port Salut. Inmediatamente abrimos una investigación preliminar para reunir y preservar todos los elementos y las pruebas relacionadas con este incidente.
Por su parte, el Comandante de la Fuerza de la MINUSTAH ordenó también de inmediato el confinamiento en sus cuarteles de los soldados involucrados, con el objeto de evitar que tuvieran alguna influencia en el desarrollo de la investigación.
Paralelamente, se remitió el caso a la Misión Permanente de Uruguay ante las Naciones Unidas en Nueva York pues, de conformidad con los acuerdos que rigen las relaciones entre la ONU y los países contribuyentes de tropas en las misiones de mantenimiento de la paz, son las autoridades de esos países las encargadas de arrojar luz sobre tales alegaciones, proceder a su procesamiento judicial y pronunciar condenas cuando corresponde.
En efecto, un equipo uruguayo de investigadores llegó a Haití el 4 de septiembre. La investigación se encuentra en pleno desarrollo.
Hemos acogido con respeto la carta humilde y digna del Presidente de Uruguay al Presidente Martelly mediante la cual, en su nombre y en nombre de Uruguay y su gente, pide disculpas a las autoridades y al pueblo de Haití por los abusos cometidos por algunos soldados.
Hemos acogido con satisfacción el firme compromiso y la acción inmediata del ministro de Defensa de Uruguay en este sentido, así como la medida disciplinaria del mando de las fuerzas armadas uruguayas de relevar de sus funciones al comandante de la unidad naval en Port-Salut.
Hemos apreciado igualmente la determinación de las autoridades uruguayas de llevar a cabo la investigación de los hechos hasta sus últimas consecuencias y aplicar las penas máximas según la responsabilidad de cada uno de los soldados involucrados.
En ese sentido, hemos agradecido muy sinceramente la ejemplar reacción del gobierno uruguayo y sus instituciones, todo lo cual confirma y explica el prestigio internacional del cual goza ese país, particularmente en sus contribuciones al desarrollo de las misiones de Naciones Unidas.
Por nuestra parte, estamos haciendo un seguimiento pormenorizado de lo ocurrido, tanto para informar al Secretario General acerca del cumplimiento de sus instrucciones, así como también para tomar medidas preventivas que impidan que se repitan estos repudiables hechos.
Adicionalmente, Naciones Unidas realiza acciones tendientes al apoyo a las víctimas de explotación y abusos sexuales, la cuales consideraremos implementar.
Estamos profundamente indignados.
Tales actos son inexcusables y condenados por la MINUSTAH.
Los actos de unos pocos no deben empañar los de millares de militares, policías y personal civil que sirven a la MINUSTAH y Haití de manera impecable, con esfuerzo y sacrificio personal y familiar, desde el año 2004.