La falta de un adecuado comportamiento de los asistentes a la fiesta de los Jaivas en el Parque Forestal puede ser una adecuada fotografía de lo que sucede cuando no existe una contrapartida de responsabilidad cívica.
Digámoslo de una vez, el parque y sus alrededores quedaron convertidos en un asco, incluso hubo daños a propiedades y robo de obras de arte.
Por supuesto que los organizadores tienen responsabilidad al no poner a disposición de los asistentes ciertos elementos básicos como basureros suficientes, baños químicos etc.
También el municipio es responsable porque no es la primera vez que esto sucede en ese lugar y ya debía de existir un protocolo a ejecutar cuando se autoriza este tipo eventos.
Pero nada funcionará adecuadamente si no cuenta con la cooperación de los asistentes, esto equivale a señalar que el derecho a usar y gozar de la propiedad pública como es este parque, sólo se puede ejercer si existe en sus usuarios la responsabilidad de comportarse de forma adecuada, con cuidado de la infraestructura y preocupación por hacer agradable el evento, a todos los asistentes y vecinos del sector.
Derechos y deberes o derechos con responsabilidad, así funcionan las sociedades más desarrolladas.
El tema podría quedar ahí, en un espectáculo de música al aire libre, pero durante la semana en este mismo medio una diputada en ejercicio y candidata a la reelección seguramente como parte de su campaña desplegó un verdadero festival de derechos, sin haber nombrado la palabra deber en ningún momento, no parece ésa la mejor forma de hacer formación cívica. No es la primera(o) ni única(o) que lo ha hecho.
Cada derecho otorgado debe tener como contrapartida una responsabilidad para quien lo ejerza, de lo contrario y es la tentación que se empieza a delinear en nuestro horizonte, crecerá la disfuncionalidad colectiva y se le traspasarán al Estado un conjunto de obligaciones que debieran al menos tener co-participación de las personas y que como ya quedó demostrado en la historia reciente si no es así, termina provocando el colapso económico y la pobreza social.
A pesar de todas las carencias actuales, Chile ha avanzado lo suficiente como para no poner en peligro lo conquistado inaugurando un nuevo festival de derechos sin inculcar las responsabilidades que los permiten.